Llamando a tierra

Capítulo 48: Amy

Una marca se hizo ver en la piel de mi muñeca, reflejando lo ajustado que se encontraba la pulsera. Sentí algo, como si me llenara una sensación reconfortante.

Hice lo primero que se me ocurrió, tiré con fuerza de las cuerdas que me ataban y algo sorprendente ocurrió, éstas cayeron al suelo, quemadas.

De inmediato corrí hacia la salida, pero en el momento en el que intenté abrirla y no pude, mi padre me tomó de la cintura y me arrojó lejos de mi vía de escape, en ese instante el barco dio una fuerte sacudida y comenzó a sonar una alarma.

Él pareció disgustarse y me inmovilizó en el suelo. Mientras se estiraba para recoger su inyección, se debilitó y logré safar un brazo de su agarre dándole un puñetazo en el rostro. Él gritó de dolor y me estremecí de horror al ver que su mejilla había quedado en carne viva.

-¿Que?- articulé mirando mi puño con asombro. Otra vez observé la flor en la palma de mi mano y no pude evitar emocionarme por lo que pude llegar a hacer.

Rápido, le quité la jeringa y se la inyecté, al instante dejó de gritar y moverse para todos lados, no supe si estaba dormido o muerto, pero le resté importancia. Agarré lo que quedaba del collar de Jeff, la flor, y lo guardé en mi bolsillo, mientras tiré de una patada la puerta que me retenía y salí corriendo.

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La gente se encontraba desconcertada, probablemente nunca habían estado en una situación como aquella. La mayoría se metía en sus hogares, mientras unos pocos curiosos se quedaban afuera a averiguar lo que ocurría.

-¡Amy!- vi a Jeff en medio del revuelo, me acerqué y lo abracé por mi tensión y nerviosismo.
-¿Qué pasó? No habías dado señales de vida en una semana-
-Mi padre me descubrió, tenemos que irnos ya- le tomé del brazo y lo guíe a una zona abierta, con vista al mar, para saber dónde se encontraba Emma.

Y ahí estaba, parada, esperando alerta junto a Chad. Al verla corrí hacia ella y la envolví en un rápido pero no menos emotivo abrazo de reencuentro, me miró de arriba a abajo y no pudo aguantarse las lágrimas.

Abracé a Chad de la misma manera y me di la vuelta hacia Jeff, quien estaba mirándonos un poco apartado e incómodo.
-Él es Jeff, vendrá con nosotros- él saludó tímidamente con su mano.
-Chicos, tenemos que irnos- nos apuró mi hermana, apuntando a un jet que sería nuestro medio de transporte.

-Yo...- oí hablar a mi amigo y me volví a él, extrañada.
-No puedo irme sin despedirme de mis padres, Amy- me rogó en un susurro, pero yo le comprendí totalmente.

-Necesitamos hacer algo primero- les indiqué y al momento aparecieron unos hombres armados acercándose.
-No se preocupen, nosotros los detendremos- gritó alguien desde un puesto de francotirador y Jeff y yo salimos corriendo.

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Entramos en su casa y recorrimos todas sus esquinas pero ellos no estaban. Jeff dio un grito desesperado
-Necesito...-
-Lo sé- le interrumpí.-Pero tenemos que irnos-
Su expresión revelaba su pánico y dolor, pero se tragó el nudo de la garganta y asintió.

-¿Mamá?- oí decir a mi lado con su teléfono móvil.
-¡Jeff! Estoy con tu padre buscándote, ¿Qué está pasando?- se podía sentir la angustia en la voz de la mujer.
-Mamá, escucha, tengo que irme, les prometo que voy a estar bien, los amo- dijo entre llantos.
-¿Hijo? ¿De qué hablas? ¿Peter?- él cortó la llamada antes de seguir escuchando, me sentí terriblemente enrabiada conmigo misma por haber causado esa triste y cruel separación.

-¿Estás seguro de que...-
-Si, ya vámonos- se fue corriendo intentando anular sus sentimientos.

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-¡Listo!- indicó mi hermana cuando llegamos, pude ver a un tierno niño de unos años menor que yo acercarse a nosotros, tenía el cabello de un color similar a la miel, ojos claros y algunas pecas.
-Revisé las cámaras, todo es un caos, no pude hallar la posición de Adam y eso no puede ser nada bueno- señaló.
-Está bien, Sam, entra al jet con tu padre y sólo larguémonos de aquí-

Tenía un tono y una mirada tan sobre protectora, que no cabía duda de que Sam era su hijo, «Mi sobrino».

El vehículo tenía tres filas de asientos más el puesto del conductor, él entró a la parte delantera y Jeff y yo entramos a la última parte, la de más atrás.

Al sentarme se hicieron presentes aplausos de los asientos adelante nuestro, yo era muy pequeña cuando estaba con ellos, pero aún así me acuerdo perfectamente de casi todos sus rostros y nombres, Mike, Thomas, Sara, Carter, Zoe.

Emma y Chad entraron a mi lado y el jet se puso en marcha.

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En el camino, todos nos poníamos al tanto de lo que nos había ocurrido durante todos estos años, yo les conté toda mi historia, y ellos me explicaron sobre el LED, que yo era especial y que quizás esa era la razón de Adam para convertirme en su rata de laboratorio.

-En efecto, Sam es nuestro hijo- comentó Chad y Sam enfocó su mirada en mí y me saludó con una sonrisa, a lo que respondí con el mismo gesto.

-Y ¿Te acuerdas de Becca?- habló Emma, a lo que yo asentí, ella era una de las que más me acordaba por su ruda personalidad.
-Está casada con Mike, y se quedó en casa cuidando de sus dos hijos pequeños y uno que viene en camino- me tapé la boca sorprendida y miré a Mike, quien iba conduciendo, con un gesto de aceptación.

-Carter y Pauline también están juntos- volvió a mencionar.
-Y tenemos grandes planes para el futuro- comentó una chica abrazando a Carter, supuse que ella era Pauline.

El ambiente quedó en silencio y me acerqué a Emma para preguntarle en un susurro acerca de la única persona de la cual no sabía su nombre.
Ella se mostró conmocionada al oír mi pregunta.
-James- le llamó y el hombre se dio la vuelta, Emma le hizo una señal hacia mí.

-Hum... Hola Amy- se escuchaba nervioso.-Yo... Soy tu hermano-
Sus palabras quedaron dando vueltas en mi mente y me tardé en procesarlo, él estaba esperando mi respuesta y, perpleja, lo abracé, en medio del abrazo susurré para mí misma, "Un hermano".

En ese momento hubo una fuerte turbulencia.
-Chicos, tenemos un problema- dijo Mike desde su cabina.
-Nos están atacando-