Capítulo 42: Thomas

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Ya era medianoche cuando vimos a la cámara que apuntaba a la casa donde estábamos moverse, esa era la señal de que Pauline había logrado hackear la sala de control y era hora de comenzar a operar nuestra escapada.

-¡Vamos!- anunció susurrando Mike, quien poseía los planos de dónde se hallaban las cámaras de vigilancia.
Salimos en una fila, trotando con pasos silenciosos y con la cabeza agachada.
-Paren- susurró de nuevo el líder del grupo, estirando un brazo para que nadie pasara delante de él, esperamos a que la cámara se moviera y luego seguimos avanzando por el camino bastante iluminado para ser de noche, parando tras de cada cámara y esperando a que esta rote.

-Estamos apunto de llegar al sector de las patrullas, John, quédate escondido tras esos arbustos- John asintió y Chad le entregó a la pequeña Amy, que se encontraba durmiendo profundamente, John caminó con ella en sus brazos y se ocultó justo después de que yo notara que él no poseía ningún arma.

Me acerqué, pasé por el mismo lugar por el que él había ido a esconderse y introduje la mitad de mi cuerpo entre los matorrales.
-John- le llamé y le extendí una de las pistolas que yo traía.
-Tiene 5 municiones- dije, y él hizo un gesto de rechazo con la mano.

-No puedo... Aún no lo supero- supe que se refería a su hija, de algún modo él había desarrollado temor a poseer armas por lo que le hizo a Haiden.
-No seas idiota- solté un tanto estresado.
-No es por ti, es por ella- señalé con el arma a Amy y no esperé respuesta por parte de él, sólo le dejé el arma a un lado y me fui.

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Chad's P.O.V:

Thomas volvió con el resto del grupo y seguimos con nuestro plan, caminamos sigilosamente y nos ocultamos tras la pared de una casa al ver a los primeros guardias caminando con unas linternas.
-¡Ya!- dije cuando ya estaban alejándose, y todos atravesamos corriendo el camino libre de construcciones hasta refugiarnos en el próximo muro
-¡Alto ahí!- salté del susto y giré rápidamente mi cabeza para poder verlos, eran dos sujetos jóvenes y cada uno apuntaba un arma hacia nosotros.

Miré a mi alrededor analizando la situación y detrás de mí se encontraban Becca, Mike, Thomas y Nat. Faltaban 2 personas del grupo.

-Perdón, señor- dije mientras formaba una escusa en mi cabeza.
-Lo que pasa es que mis amigos y yo salimos a buscar a estos dos chicos que habían desaparecido y nos tenían preocupados- señalé a Thomas y Nat.
-Y justo los habíamos encontrado cuando ustedes aparecieron, avisamos a guardias pero no los pudieron encontrar, ustedes deberían hacer mejor su trabajo-
Pretendí furia, pero por sus expresiones me da la impresión de que no se creyeron absolutamente nada de lo que dije.

-Ustedes no pueden estar aquí a esta hora, tendremos que revisarlos y llevarlos a "la comisaría"- comenzaron a aproximarse a nosotros y yo entré en pánico y comencé a gritonearles lo pésimos que eran cumpliendo su trabajo, cuando dos manos aparecieron tras los guardias e impidieron que ellos gritaran tapándoles la boca, luego ambos hombres cayeron al suelo, dejando ver a Zoe y a Carter detrás de ellos, cada uno con un cuchillo ensangrentado en la mano.

-No era necesario- les dije examinando los cuerpos cubiertos de sangre.
-Claro, hubiera sido mejor que ellos hicieran que nos mataran a nosotros- respondió el chico con sarcasmo.

No seguimos discutiendo, escondimos los cuerpos y Mike se puso de nuevo en la delantera para guiarnos, pasamos desapercibidos por otro par más de guardias y nos ocultamos para descansar detrás de uno de los jardines perfectamente podados.

-Ya casi estamos fuera- Mike apoyó sus manos sobre sus rodillas, los planos guardados en su mochila sobresalían de ésta.
-Rodearemos aquella construcción y nos toparemos con las rejas, no más guardias desde aquí-

-Bien, ¿Entonces qué hacemos aquí parados descansando? Ya vámonos- expresé ansiosamente.
-Carter, ¿tú puedes ir a buscar a John y Amy?- el chico asintió y se fue sin provocar ningún ruido.
Nadie dijo nada, sólo se formaron de la misma manera de antes y seguimos avanzando.

Por un momento me armé de esperanza, corriendo más rápido para cruzar lo más pronto posible esa reja, como yo era el último en la fila, fui el último en enterarme de lo que pasaba cuando todos pararon de golpe y desconcertados, me abrí paso entre mis compañeros, y apenas pude ver sobre las cabezas de las chicas, mi expresión instantáneamente dio un giro de 180°.

A un paso de nuestra salvación, justo frente a las rejas, había una larga columna de hombres armados impidiendo el paso por cualquier clase de vía de escape, y todos nos estaban apuntando justo a la cabeza.

-¿Qué demonios?...- exclamó Mike, pero no pudo terminar su oración, debido a que en nuestro campo de visión apareció Adam, sujetando a Pauline, quien estaba atada de brazos con una cuerda.

Él la empujó hacia nosotros y la chica casi impacta de cara en la dura acera, pero entre todos la agarramos y le quitamos la cuerda de las manos.

Adam se irguió y rió fuertemente con una risa espantosa.
-¿Saben?- la voz se le cortaba entre sus carcajadas.
-No era un mal plan el suyo, de no haber sido que escapaban de mí- rió aún más ruidosamente, lo que lo hacía bastante molesto.

-Debo admitir que no me divertía así hace mucho tiempo siguiéndoles la jugada, qué mocosos ingenuos son ustedes-
-¿Qué quieres decir con eso?- le gritó Mike, representándonos.

Adam dejó de reír, y con una sonrisa malévola se acercó al chico muy de cerca, para intimidarlo.
-Todo fue un juego, yo supe desde el principio que ustedes conspiraban contra mí-

Todos quedaron en silencio, nadie se atrevió a hablar, entonces Adam decidió seguir con su relato.
-Si se preguntan por qué no los maté en un principio, fue porque necesitaba una carnada, además quería pasármela bien un rato-
"Carnada" esa palabra se guardó llena de confusión en mi mente, ¿Éramos la carnada? ¿Para quién?.

-Y mi plan resultó a la perfección- se frotó las manos maliciosamente.
-¡Mátenlos!- ordenó a todos los hombres que no dejaban de apuntarnos y él desapareció sin dejar rastros. Cuando ellos se comenzaron a acercar, el tiempo se detuvo por un segundo y junté toda la información recién adquirida en mi mente.

¿Adam siempre supo todo y finjió amabilidad? ¿Fracasamos rotundamente? ¿Si él no podía matarnos porque éramos carnada, ya atrajimos lo que él quería?

«¿Así acaba todo? ¿Ahora vamos a morir?»

Llamando a tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora