Capítulo 32: Emma

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Miré por la ventana, con los ojos entrecerrados, el paisaje que dejábamos atrás. Me acomodé en mi asiento y noté que ya todos estaban despiertos a excepción de Amy, quien dormía plácidamente sobre mi regazo.

-Se nota que son de la misma sangre- comenta Chad mirándonos con una sonrisa burlona, y yo me limité a asentir sonriendo también y a acomodarme los mechones de pelo que se habían alborotado al dormir.

-¿Desde cuándo comenzamos a avanzar?- pregunté un poco desorientada, Mike río.
-Hace un buen tiempo, como un par de horas- se notaba que todos estaban cansados, ya que poseían unas ojeras cada vez más notorias, ya hemos estado conduciendo sin rumbo por algunas semanas, y no hay rastros de gente por ningún lado.

Amy de a poco se fue despertando y ahora se encuentra bastante inquieta.
-¿Tienes hambre?- le pregunto, a lo que ella responde asintiendo con su cabeza, ella ya puede entender todo lo que le dicen, pero aún no habla, esto es algo que me tiene preocupada debido a que ya debería desarrollar mejor el lenguaje, pero creo que este problema puede estar relacionado con todas las cosas que ha tenido que vivir y ver a tan corta edad.

-Mike ¿Podemos detenernos un segundo para darle un desayuno a Amy?- dicho esto él dejó de avanzar y yo fui a la parte trasera de la camioneta, para luego sacar un envase de yogur y una cuchara.

Entré de nuevo a la parte de los asientos de la camioneta y ella se encontraba sentada en mi puesto esperando a que yo llegara, la alcé en mis brazos y la senté sobre mis piernas, abrí el envase y se lo sostuve, mientras ella iba sacando el yogur con la cuchara.

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Mi pequeña hermana se había vuelto a dormir sobre mi, y para ser sincera, yo también estaba apunto de hacerlo, ya que mi cabeza estaba apoyada en el hombro de Chad y nuestras manos estaban entrelazadas, lo que me provocaba una increíble calma.

La camioneta se detuvo y Mike nos miró por el espejo retrovisor.
-Creo que es hora de un descanso-
Salimos del vehículo y mis compañeros fueron a caminar por el perímetro, mientras yo me senté sobre el cómodo y frío césped que crecía en el suelo del bosque, pero no pude mantenerme mucho tiempo ahí, ya que al instante Amy se despertó y comenzó a correr torpemente observando el lugar.

Ya todos se habían enterado de que la pequeña tenía una gran habilidad con el fuego, el agua, la mente y las plantas gracias al LED. Ya estaba logrando controlar aquellos "poderes" pero cuando se lo propone puede causar verdaderos desastres, como ahora.

Me miró con sus grandes ojitos marrones, una sonrisa traviesa apareció en sus facciones e hizo crecer un árbol sobre mi, haciendo que este me atrapara y me elevara del suelo, para así ella poder escapar sin ser detenida.
Me bajé del árbol y corrí tras ella, es muy peligroso estar sola en un bosque, y más si eres un bebé y hay unos seres que comen carne humana.

Me guié por las sonoras carcajadas que ella lanzaba a cada paso, hasta llegar a un arroyo y ver que en el lodo del otro lado, se marcaban las huellas de sus pequeños pies, cada día me sorprende más, ¿Cómo pudo cruzar el río?

Hice crecer un árbol que me sirviera de puente hasta el otro lado y me desplacé por el tronco, con cuidado de no resbalar y caerme al agua, y luego caminé hundiendo mis botas en el espeso barro.

Gritaba su nombre, exhausta y un poco enojada, sabía que ella sólo estaba jugándome una broma para divertirse, hasta que dejé de oír carcajadas, en ese momento me alarmé ya que eso no era normal.

-¡Amy!- corrí metiéndome en un sector donde abundaban muchas plantas, así que luché contra ellas intentando salir de ahí.
Y al hacerlo y volver mi vista al frente, di un salto de terror, ahí estaba mi hermana, pero no estaba sola. Estaba rodeada de hombres armados, uno de ellos la tenía en sus brazos y me miró serio, con una expresión indescifrable.

-Creo que se te ha perdido algo-

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Chad's P.O.V:

Estamos atados de pies y manos, luego de escuchar los gritos de Emma, nos encontramos con la pequeña sorpresa de unos hombres armados con unas armas de fuego que yo ni siquiera conocía, ellos nos amenazaron con matar a Amy si no hacíamos todo lo que ellos decían, y ahora estamos aquí.

Escuché con atención lo que hablaba al parecer el líder del grupo, por unos auriculares con la persona que le daba órdenes. Sentí a Emma removerse inquietamente intentando escapar, y como yo sabía que eso iba a ser inútil, puse mi mano sobre la suya, ayudándola a tranquilizarse.

-Si, jefe- dijo el chico que lucía unos dos años mayor que Emma y yo. Luego él se le acercó a pocos centímetros y pude sentir el calor de una herida en mis manos causada por el intento de desamarrarlas para golpear a ese bastardo.

No obstante, seguí intentando tontamente que mis cuerdas cedieran, parecía un verdadero gusano torpe, pero estaba consumido por la adrenalina al pensar que él le haría algo a Emma, al sacar un pequeño aparato negro y cuadrado. Cuando se abrió lo pude comparar con un espejo de mano, éste irradió una luz hacia el cuerpo de la chica, como escaneándolo, luego emitió un corto pero agudo sonido, algo como un "tin" y en la parte superior del "espejo de mano" apareció el rostro de Emma.

Él tecleó algo sobre el mismo aparato y se volvió a conectar a sus auriculares.
-¿Estas seguro?- el chico pareció bastante sorprendido.
-Esta bien- dicho esto, colgó su comunicación con la otra persona y se acercó a nosotros.

-Les haré un pequeño resumen, nosotros venimos de un lugar llamado Hounganville, me llamo James y al parecer ustedes se han ganado la lotería, ya que nuestro líder me ha pedido que los lleve conmigo- habló mientras se paseaba este nosotros.

-¿Qué pasa si no queremos ir contigo?- preguntó con indignación Becca, la chica de los piercings y la mitad del cabello rapado.
-Pues, hoy voy a llevarme a esta niña viva, o muerta- acercó un cuchillo al cuello de Amy.
-Ustedes eligen-

Emma dio una rápida mirada a todos los presentes, en ese tiempo me di cuenta de que Becca y Chris habían quemado las cuerdas de sus manos, pero no servía de nada ya que dos hombres les apuntaban a la cabeza.

-Iremos- respondió Emma por todos, y en ese momento, el tal "James" quien previamente se había sentado sobre una roca esperando una respuesta y con la bebé en sus brazos, asintió, sin cambiar la expresión seria que siempre llevaba en absoluto, se paró y les hizo una seña a sus compañeros, quienes nos metieron dentro de lo que parecía un gran autobús.

Esto no me cuadra, ¿Por qué escanearían a Emma? Tengo el presentimiento de que alguien sabe algo sobre ella y eso es peligroso. Fijé mi vista en mi novia y ambos nos dimos la misma mirada, miedo e incertidumbre. Y pensé:

«Esto no puede ser nada bueno»

Llamando a tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora