Y entonces apareciste frente a mí, eras tan real, mi cuerpo acariciaba tu torso desnudo.
Mis manos que rodeaban tu cuello, y acariciaban tu piel, tu hermosa y delicada piel, esas mismas manos que tomaron las tuyas para que se unan, para que se junten, esas mismas manos que ahora acarician tu suave rostro, un rostro empapado de lágrimas, lágrimas cristalinas, lágrimas profundas.
Detesto cuando lloras. Daría hasta mi vida propia por verte siempre sonreír, pero ahora no puedo evitar sentirme bien por tus lágrimas.
Porque sé que hoy, son a mi favor. Al fin has aceptado estar conmigo, hoy, acostados en sábanas blandas.
Hoy, mientras tomo tu mejilla y te beso los labios, esos labios que tanto anhelé besar, esos labios que se apoderan de los míos mientras me observas, mientras me miras con esos ojos brillantes, tan brillantes que no puedo evitar perderme en ellos. Y es que te amo tanto vida mía.
Me has hecho demasiada falta.
Y cuando deslizo mi boca para besar tu cuello, gimes; y cuando deslizo mis manos a tocar tu piel, suspiras.
Cuanto he anhelado este momento.
Pero me despierto, me despierto en una cama vacía, sin tí; y no puedo evitar llorar.
Y es que, amor mío, otra vez volví a soñar contigo.Otra vez; sólo te he tenido en un sueño en donde no eres real.