Hoy te he vuelto a ver.
Desde a lo lejos, como siempre.
Si me preguntas si te extraño, pues mi respuesta siempre será positiva; no he dejado de amarte desde el momento en que te conocí, desde que tu mirada se conectó directamente a la mía causándome ese cosquilleo tan particular recorriendo todo mi cuerpo.
Desde el momento en que te marchaste de mi vida.Si me preguntas si aún te quiero, mi respuesta no será la misma, no sé exactamente qué es lo que siento.
¿Amor u odio? O acaso, ¿Ambos a la vez?Pero ya he decidido olvidarte, dejarte libre y alejar tus recuerdos del hilo en el que reside mi cordura. He llegado al límite en el que una persona puede amar, y aunque sigo sintiendo ese mismo afecto hacia tí, también siento odiarte por todo el daño que me has hecho.
Si supieras cuán infeliz he sido desde que me alejaste.Y hoy, justamente cuando he decidido abandonarte, vuelves a confundirme. Hoy, como habitualmente lo haces, pasaste a mi lado, con la diferencia de que en aquel momento pude sentir ese aroma frutal tan tuyo manando de tu delicada piel, pude sentir ese choque eléctrico frenando mi corazón al escucharte susurrar algo inentendible, sin poder oír exactamente lo que decías, y sin embargo, sé que me lo decías a mí. Si aún quieres recuperarme, no tengas miedo.
¿Es que acaso no te duele ver cómo sufro por tí?En ocasiones, sigo observándote a la distancia, tú tan feliz; con esos ojos expresivos y esa risa tan cautivante. Y después de tanto amarte, te odio.
Te odio por no compartir tu felicidad conmigo, por echarme de tu vida como a un viejo juguete al que ya no quieres, por jugar conmigo y tirarme al abismo.
Ese abismo del que aún no puedo salir.Y a pesar de todo el odio acumulado en mí, vuelvo a amarte con desenfreno. Te amo con desesperación.
Te amo por todo aquello que no fuimos, por todo aquello que aún vive en mi mente. Te amo por haberme dado aquellos golpes de vida que necesitaba para saber que aún necesito estar aquí.
¿Por qué no regresas a mí?
¿Por qué te niegas a volver a mi vida?
¿Tienes miedo, acaso?
¿Miedo a qué? ¿Al que dirán? ¿Al enojo de la chica a la que tienes en tu vida? ¿Miedo a que yo me enamore nuevamente de tí?¿Qué te impide saltar de aquel límite que te detiene?
Me sigo preguntando qué te hizo odiarme tanto, qué te hizo alejarme de tu lado, qué te hizo cambiar de opinión respecto a mí.
Sigo sin hallar la respuesta a cada pregunta, sigo sin encontrarle la solución al laberinto en el que me dejaste atrapada, sólo quiero que vuelvas, que yo vuelva.
Que volvamos a ser felices juntos.