Sentimientos.

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Habían pasado dos meses desde lo que pasó con Apocalipsis y por ahora, las cosas estaban mas que bien.
Peter y Ororo decidieron quedarse. La chica se convirtió en estudiante, y para el deleite de Charles, era excelente. Peter, por otro lado, no podía aguantar ni cinco segundos con un libro porque ya se aburría. Por esa misma razón, y porque el Profesor había descubierto que el joven era muy bueno y, para su sorpresa y la de muchos muy paciente con los chicos - especialmente con los que recién activaban sus mutaciones-, Charles optó por hacerlo profesor. Algo a lo que Peter reaccionó muy bien.

Erik también se había quedado; pero solo por dos semanas. En ese tiempo, le había llamado la atención cierto joven de pelo gris, casi blanco, que era muy inquieto y, que a pesar de ser nuevo, era muy querido por los estudiantes. Se dio cuenta de que Charles también lo apreciaba mucho y decidió preguntarle sobre el chico.
"Es un chico muy valiente Erik. A pesar de su personalidad arrogante es alguien muy amable y daría su vida por la gente que ama. Ha sufrido mucho, aunque no lo parezca; deberías hablar con él algún día, estoy seguro de que se llevarían muy bien". Eso lo había dejado pensando; ¿se llevarían muy bien? Erik no era tonto, era obvio que eso tenía segundas intenciones. Pero decidió no darle más vueltas al asunto ya que unos días más tarde se marchó.
Y lo que Erik no sabia, era que su partida había dejado bastante afectado al joven velocista.

Ahora, Peter estaba feliz, o eso es lo que todos creían. Todos los días volvía a D. C. a visitar a su madre y hermana, ayudaba a cualquiera que lo necesitara, era muy bueno en los entrenamientos y, en alguna que otra misión, estuvo más que bien - palabras de Hank y Raven, quien también se había quedado -. Tenía una relación bastante cercana a la chica; ella era una de las pocas personas con la que sentía podía hablar cuando estaba mal, cuando tenía dudas, o simplemente por algún que otro consejo. Siempre lo apoyaba en cada decisión que tomaba y trataba de hacerlo sentir mejor.

También era muy cercano a Jean. La pelirroja se había vuelto un gran pilar luego de que Erik se fuera y él quedara destrozado.
Esa noche, inconscientemente, habían empezado una "relación" que solo sucedía por las noches y cuando uno de los dos, o los dos, lo necesitara. Ambos tenían claro sus sentimientos por el otro, que no eran románticos.
Pero cada vez que estaban juntos, Jean sabia que decir para hacerlo sentir mejor, para recordarle que no estaba solo y que siempre tendría a alguien a su lado.

Después de un tiempo, Peter fue sintiéndose mejor y ahora, dos meses después, el chico estaba mucho mejor.

Fue una tarde, algunos jugaban afuera, otros simplemente conversaban o estaban adentro; todos entretenidos en lo suyo. Nadie presto atención al hombre que entraba por la reja principal como si nada.

Erik cerraba la reja detrás de sí, mientras hacia su camino a la mansión con su famoso sombrero y anteojos de sol. Muchos niños al verlo corrieron hacia él; lo cierto es que durante los pocos días en lo que éste estuvo en el lugar había ayudado a muchos chicos y se habían encariñado con él, dándose cuenta que el gran y temible Magneto, no era tan temible después de todo.

- Volviste. - dijo uno de los niños mientras se abrazaba a sus piernas.
- Así es pequeño. ¿Me extrañaron? - preguntó el hombre mientras se agachaba a la altura de los pequeños mutantes para abrazarlos mejor. Erik río al escuchar como los niños gritaban que sí a su pregunta. - Pues, yo también los extrañe.
Y era cierto, Erik había extrañado a los niños, a Raven, a Charles, a Jean, Ororo, Scott y hasta a Hank. Y debe admitir, que también había extrañado a Peter; se había acostumbrado a su personalidad tan alegre e inquieta y a su arrogancia, que no tenerlo cerca se le hizo raro.

Cartas Para Papá // Peter MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora