delirios..Parte 17

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Los días pasan, en la junta decidimos contratar la agencia de viajes de Jhon. Eso significaba verlo más seguido, semana tras semana muy cerca de Emily. A ella al parecer no le desagradaba mucho. Muchas veces salía de la oficina y lo veía coqueteándole. Causándome una sensación de ardor y calor en mi estómago y mi pecho. Algunas semanas desde su contrato me dirijo al ascensor una tarde para irme a casa. Antes de cerrarse entra Jhon muy apresurado.

—¡oye Albert!—Entra y el ascensor cierra, mantengo mi mirada fija en el marcador de pisos tratando de ignorarlo.

—quiero un consejo tuyo— Lo miro con el ceño fruncido.

—eh... bueno, es sobre Emily, tú la conoces mejor que yo y...— Lo interrumpo.

—no soy consejero— No quiero hablar de Emily y menos con él

—lo sé, lo sé, pero solo dime que cosas le gustan, es que quiero algo mas con ella, algo serio, tú sabes... dar el paso—Mi corazón se puso como un caballo rebelde sin frenos, sentí como mi sangre comenzó a hervir.

—dime que debo hacer para...—lo interrumpo pegándolo de la pared del ascensor de forma brusca, tomándolo del cuello de su camisa, lo miro muy cerca a los ojos y quien sabe con qué semblante que Jhon me miró aterrorizado y más blanco que de costumbre.

—te dije que no soy consejero, si quieres llegar a Emily esfuérzate tu solo— El ascensor abre, salimos,  yo cerrando y abriendo mi puño y él acomodándose el nudo de su corbata.

—disculpa... no quise molestarte— Me dice trás de mí. En ese momento sentí vergüenza. Respiro hondo y me detengo.

—perdóname Jhon, no es mi mejor día— Le digo y me alejo rápidamente. Estos son celos, siento que estoy perdiendo a Emily. Llego a casa y Luisa me recibe como siempre con sus atenciones.

—señor, siéntese— Me sirve un delicioso jugo bien frío.
— ¿señor que le pasa?.. Está como triste—Me dice sentándose en el comedor frente a mí. La miro pensativo.

—cosas de la vida Luisa, no sé qué hacer con mi vida. Eso me pasa.

—¿Por qué lo dice señor?— Suspiro.

—por qué estoy tratando de silenciar mi corazón, de reprimirlo y creo que no terminará bien— Le digo con una sonrisa triste. Ella pone su mano sobre la mía

— ¿es por esa señorita?.. ¿Emily?

—es Emily, mi ángel, yo...mi eterno dilema.

—¿su ángel?

—si Luisa, es una larga historia de la que no deseo hablar en este momento.

—señor, muy en el fondo de su corazón usted debe saber qué es lo que quiere, lo que más ocupa su mente y corazón, eso es lo que con seguridad más ama—Aunque pienso mucho en mi ángel, Emily no solo está en mi mente sino también metida en mis venas.

—ah, señor, lo llamó el doctor... usted no ha asistido a la cita ni atiende sus llamadas—Subo los hombros y respiro hondo.

—¿Qué le dijo?

—que es urgente que vaya a consulta.

—gracias Luisa... hablaré con él— Ella se pone de pie.

—sabe le haré algo muy rico de cena, para que su corazón se sienta mejor—Me dice y va a la cocina. sonrío con cariño ante sus cuidados maternales. Me levanto y subo a mi habitación. —ah señor, seguro Anahí está en su habitación guardando la ropa que lavó esta tarde—Me dice. Estoy a punto de entrar y ella va saliendo.

—señor... estaba guardando la ropa que le lavé.

—está bien Anahí, gracias— Entro a la habitación, descanso y media hora después bajo a cenar. Luisa preparó un rico pollo en salsa de almendras y de postre un delicioso pie de chocolate.

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