Delirios...Parte 27.

128 23 4
                                    

Subimos al auto y partimos hacia un plantío a unos 200 km de allí, donde nos estaría esperando el helicóptero. Emily y yo íbamos abrazados en el auto. yo voy acariciando su mano, me siento feliz de tenerla a mi lado, ansioso de poder disfrutar ese mágico momento junto a ella.

_Albert_. Dice ella recostándose de mi pecho.

_dime_. Respondo tomando su mentón.

-no quiero que termine este día_. Me dice y beso su frente.

_mañana se abra acabado..._. Suspira.

_yo tampoco quiero que termine Em_. Le digo besando los nudillos de sus manos. Nos abrazamos con más fuerza cada vez, Emily acaricia mi mejilla y me mira fijamente a cada momento. Estamos felices pero también sentimos miedo, es como si pensáramos que este sería uno de los últimos momentos felices que pasaríamos juntos. Ella me toma de las mejillas llevando mi mirada a la de ella.

_¡te amo Albert!_. Me dice con dulce voz. Recuerdo la primera vez que me dijo que me amaba. Escucharla decir eso aquella vez me dio mucho miedo y quise ponerla a mil km de distancia. Ahora esas dos palabras endulzan mi corazón, me hacen querer tenerla muy cerca de mí y no dejarla ir nunca más. Hago silencio, beso su cabello y Roy interrumpe ese mágico momento.

_señor, aquí es_. Me dice señalando una enorme cerca, eran cerca de las diez y media. Nos bajamos y ayude a Roy a abrir la pesada cerca para poder pasar con el auto. Había mucho frio, la noche era bastante oscura, escuchamos los ladridos de unos perros, entramos de nuevo al auto y recorrimos un camino de tierra que atravesaba una especie de siembra. Al terminar el camino un anciano con una lámpara corre hasta el auto.

_buenas noches, ¡bienvenidos!_. Dice y los tres bajamos. Lo saludo extendiéndole mi mano. Roy abrió la maleta y sacó nuestras provisiones. Nos presentamos y el anciano nos condujo hasta una cabaña. Era un señor de baja estatura, con barba blanca y arreglada, se presentó como Derek Simmons.

_ ¿café?_. Nos pregunta. Aceptamos.

_en un momento los llevo con Patrick, él es quien piloteara el helicóptero hasta la montaña donde podrán ver mejor el espectáculo natural _. Nos dice. Tomamos el café y él nos dio algunas sugerencias, las cuales oímos con mucha atención.

_estarán allí hasta las dos am, aproximadamente, luego Patrick los traerá de vuelta, al menos que llueva, aquí las lluvias son imprevistas. En tal caso, si Patrick considera necesario, deberán bajar antes. El frio allí es muy fuerte, supongo que trajeron buenos abrigos_. Dice mirándonos a los tres.

_por supuesto, vinimos preparados_. Le dije.

_bien. Salgamos_. Él se adelanta, vamos detrás y en una planicie tras la cabaña está el helicóptero. Saludamos y Patrick nos hizo abordar. Nos despedimos del señor Derek. Emily y yo estábamos muy emocionados. Mirábamos por la ventanilla del helicóptero como la fuerte brisa producida por las elites hacían mover con fuerza los arboles cercanos. Minutos después el helicóptero pisa la cumbre en una planicie, nos bajamos y Roy siguió con Patrick hasta otro sitio donde habían más personas para ver el espectáculo. Era muy oscuro así que encendí una lámpara de combustible. Son más de las once, colocamos una colcha sobre el suelo. Nos cubrimos bien y esperamos. Emily tiembla del frio así que tuve que abrazarla fuerte contra mi pecho. Es un escenario fascinante. La luz de la lámpara le da un toque romántico al momento. La luz ilumina su cara haciendo ver sus ojos más claros. El cielo se ve despejado, nos acostamos sobre la colcha mirando al cielo y no sucedía nada. Veinte minutos, treinta y nada aun. Ya comienzo a desespérame un poco. Gire a ver a Emily y hablamos muy de cerca. De pronto veo un reflejo rosa sobre su cara y escuchamos gritos de emoción en los alrededores. Ambos giramos nuestra vista al cielo y era de un rosa oscuro, ¡genial!... se quedó así unos segundos, luego cambió a violeta, y luego verde, de pronto el cielo parecía una enorme cámara fotográfica y nosotros los famosos en una alfombra roja. Eran como muchos flashes de muchos colores. Nos sentamos y Emily comenzó a grabar emocionada. Yo no podía cerrar mi boca. Los diversos colores se reflejaban en todo el alrededor. Eran como fuegos artificiales. En este caso, más bien naturales, una de las cosas más fascinantes que haya visto jamás. Le quité la cámara a Emily, la puse a un lado, la recosté sobre la colcha y me coloque sobre ella. Nuestros ojos se miraban ansiosos. Ella acaricia mi cabello, le doy un beso, un beso que salió de lo más hondo de mi corazón. Me quite de sobre ella, me coloco a un lado, y solo mirábamos y mirábamos. Comencé a gritar eufórico.

Delirios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora