Parte sin título 35

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Camino por largos pasillos de paredes blancas, el enfermero me acompaña y nos detenemos en una puerta con una pequeña ventana de vidrio, la abre y me señala dentro indicándome pasar, me hace entrega de una muda de ropa, un pantalón blanco y una camisa manga corta del mismo color, me quitan mis pertenencias, celular, llaves, audífonos, billetera..me despido de la única conexión que tendría con el mundo exterior, especialmente con Emily y me haría más llevadero el tiempo encerrado aquí. Entro a un pequeño baño, donde hay una taza de baño, la regadera, un espejo y un estante con unas toallas blancas dobladas. Me quito mi ropa y me coloco el uniforme de loco, preso y aislado de la sociedad. Salgo del baño y minutos después una enfermera entra.

_buenos días señor Stevenson_. Me dice y me entrega dos pastillas y un vaso con agua, me las tomo, me pide la ropa que traje puesta y al breve instante siento sueño, la veo marcharse mientras no puedo evitar que mis ojos se cierren. Al abrirlos, siento como si dormí una eternidad, de esas laaaargas siestas que lejos de repararte te agotan más, así me sentía, intento ponerme de pie pero me mareo, puedo ver al asomarme por una entrada de luz que casi es de noche, tengo mucha hambre, no sé exactamente cuánto dormí pero sé que fue bastante, giro la manilla de la puerta, está abierta, para mi sorpresa... pero según me han explicado estoy en una parte del hospital donde están los pacientes mas manejables, ha de ser por eso.busco el comedor, lo encuentro y al entrar veo muchas mesas, enfermeros y pacientes comiendo. Este lugar es deprimente, nadie habla, nadie sonríe, todos están como viviendo en otro mundo. Con sus miradas perdidas y sus rostros algo intimidantes, me siento solo en una mesa que está vacía luego de recibir mi porción de comida, empiezo a mirar para todos lados, respiro hondo , veo una chica que se acerca a mi mesa y se sienta con migo, .

_hola ¿Quién eres?_. Me pregunta. Me impresiona, es una chica de no más de veinte años. De larga cabellera negra, ojos marrones, piel trigueña. Muy linda, me pregunto por qué estará aquí...

_hola, soy Albert... ¿y tú?_. Me sonríe dulcemente.

_ ¡luna!_. Me dice.

_ ¡luna!... bonito nombre_. Le digo sonriente.

_¿y por qué estás aquí ¿ ¿estas loquito?_.

_mmmh, un poco, y tú, ¿Por qué estás aquí?_. Le pregunto. Ella extiende sus brazos hacia mi con sus palmas hacia arriba. Tenía marcas de cortaduras en sus muñecas.

_ ¿intentaste suicidarte? ¿Por qué?_.

_si, muchas veces, porque la vida no tiene sentido_. Me dice y me guiña el ojo. Yo frunzo el ceño.

_pero no te asustes, si estoy aquí es porque no deseo volver a hacerlo_. Me dice. Empieza a comer y yo hago lo mismo algo perturbado por esa chica.

_ ¡eres lindo!_. Me dice. Yo le sonrío, ella se levanta, se sienta en otra mesa y veo como conversa de igual manera con todos y les muestra sus marcas. Niego con la cabeza y después de comer me levanto y vuelvo a mi habitación. Me aseo y espero el próximo tratamiento. Abro mis ojos en la mañana y casi no me da un infarto, luna está mirándome fijamente.

_hola ¿Quién eres?_. Me pregunta de nuevo. Se repite la conversación y luego de decir que soy lindo, se va. ¿Cómo entraría aquí? Me asegurare de cerrar bien todas las noches. Los días pasan en la misma rutina, comer, recibir tratamientos, dormir, despertar, asearme, volver a comer, mas tratamientos, llevo como dos semanas aquí, no he vuelto a ver a luna después de algunas ocasiones que la vi en el comedor, y extraño a Emily, me propongo entrar en alguna oficina de incógnito y llamarla. Es de tarde, estoy sentado en el patio viendo a todos jugar, hablar solos, girar como muy felices en su mundo imaginario, pero nada agresivos afortunadamente. Los miro a todos y busco con mi mirada a luna, es extraño no verla. Es muy sociable y siempre quiere hablar con todos. Veo a los enfermeros entretenidos, los doctores sentados hablando entre ellos, es el momento de escabullirme y ver si logro llamar a Emily. Me levanto sigiloso, disimulo haciendo varias paradas hasta que logro entrar al hospital, me meto por varios pasillos, veo a uno que otro miembro del personal médico. Me muevo con astucia hasta que llego a uno de los consultorios. Me asomo con cuidado y no hay nadie. Sobre el escritorio hay un teléfono. ¡Bingo!...lo tomo apresurado y marco el número de Emily, su número está grabado en mi mente desde hace tiempo ya... repica varias veces.

Delirios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora