delirios..Parte 23.

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P.O.V. EMILY.

Giro por toda la habitación gritando.... Bajito de la felicidad. No lo puedo creer, Albert y yo en Europa, solos, el uno para el otro, me dejo caer sobre la cama, una cama hermosamente vestida de rojo con blanco, una riquísima corcha decorándola, al fondo una gran ventana que deja una preciosa vista hacia las edificaciones de la ciudad, al fondo del panorama se ven edificaciones en forma de castillos, un cristalino lago que los rodea donde se refleja la luna, salgo al balcón para respirar el aire puro y ver las luces de la ciudad, muchas aun encendidas, miro el hermoso lago quieto, apacible. Respiro hondo levantando un poco mi cara hacia arriba sintiendo la caricia de la suave brisa, de pronto percibo un exquisito olor, un perfume que se me hace familiar, giro mi cara y veo en el balcón de al lado al dueño de tan embriagante fragancia, es Albert, siento sonrojar al ver que me ha estado mirando, quien sabe desde cuando lo hace.

_ ¿cuánto tiempo llevas ahí Albert?_. Me sonríe y cosquillitas suben de mi estómago a mi pecho.

_ ¿no puedes dormir?_. Le pregunto recostándome del borde del balcón.

_Salí a admirar la vista, un momento, no creí que estuviera tan hermosa_.me dice y me sonríe.

_yo también Salí a hacer lo mismo, y si, es muy agradable_. Le digo jugando con mi cabello.

_bueno, iré a ducharme e intentar dormir_. Le sigo diciendo.

_yo también_. Me dice. Y me guiña el ojo. Entro de nuevo a la habitación, voy al baño y quedo admirada, con la boca abierta al ver la bañera. Con pétalos de rosa y velas aromáticas de cada lado, una botella de vino y algunas copas. Voy hacia la cama, me siento, me quito las botas, luego la ropa y los accesorios, quedo en la cama en ropa interior, tomo el colgante que me regalo Albert, lo observo..."cualquier miedo que tengas con relación a mi quiero que desaparezca"...lo aprieto entre mi puño y siento una emoción recorrer mi cuerpo y llegar a mi corazón. Cierro mis ojos y me tiendo sobre la cama, luego me levanto y saco de mi maleta un pijama rosa manga larga, voy a darme un baño tibio de tina, siento mi cuerpo relajarse tanto que casi me duermo en ella. Al cabo de un rato salgo, me coloco mi pijama y como unas frutas que me dejaron en la habitación de bienvenida, sobre una mesa de mármol con vidrio de cristal, en el recibidor de la misma. Husmeo la cesta y observo que hay frutas, chocolates y también galletas de fibra... espera... ¿chocolates y galletas de fibra? ...uunnh irónico...rio, abro el empaque de un chocolate, me tiendo sobre la cama, lo cómo mientras pienso en Albert...¡que caballero!...es lo que más me atrae de él, Albert no me hace sentir como si fuera un pedazo de carne que comer, muerdo un trozo de chocolate , lo degusto poco a poco...¡pidió dos habitaciones!.. Suspiro... mi caballero de armadura reluciente. Aunque cuando lo vi recostado al marco de la puerta, antes de irse a su habitación, sus hermosos ojos, sus fuertes brazos, su boca regia y atrayente, su figura imponente, tuve que ser fuerte para no suplicarle que se quedara, bostezo, el sueño me vence, mejor dejo de soñar despierta, no quiero levantarme mañana con ojeras, cepillo mis dientes y caigo en la cama vencida.

"estoy en un bosque, es de noche, siento mucho frio, siento miedo, oigo lobos a lo lejos... ¿Qué hago aquí?.. Intento mirar y la oscuridad me lo impide, la tenue luz de mi linterna apenas ilumina unos pocos pasos del camino... ¡Emily!... ¡Emily!.. Escucho a alguien llamarme, cada vez su voz está más cerca... ¡Emily! ¡Emily!... esa voz, me es familiar, es Albert... ¡Albert! ... estoy aquí...lo busco con prisa dando pasos torpes por la oscuridad, veo de pronto una luz que me ciega, aclaro mi mirada con dificultad, logro ver la figura de un hombre, me acerco más y es el, es Albert, respiro aliviada, corro para abrazarlo, de pronto la luz brillante se hace más intensa, miro bien y es una hermosísima mujer , tan bella que parece un ángel, de echo es uno, con grandes alas brillantes, se coloca tras de Albert, , abre sus enormes alas y lo cubre con ellas, alejándolo de mi vista, me asusto, ella levanta su mirada hacia mí, me hace señas con su índice para que no me acerque más... luego la luz desaparece y con ella Albert, se fue con ella, no me queda más que llorar, me dejo caer al suelo con un enorme vacío en mi pecho, lloro a mas no poder. Grito llamándolo una y otra vez"... mis ojos se abren y siento lagrimas caer, afortunadamente era solo una pesadilla, me levanto de la cama y tomo el colgante de agua marina, lo aprieto entre mi mano, ¡no tendré miedo!¡seré feliz!¡no te perderé Albert!... duermo con el colgante empuñado sobre mi pecho...los rayos del sol entrando por la ventana me despiertan, me incorporo recordando donde estoy, estrujo mis ojos, me siento sobre la cama y veo una nota sobre la mesita de noche al lado de la cama, ¿Qué es esto?... la tomo, y dice: " buenos días, desayunaremos a las ocho, abrígate bien"... Albert. ¿Cómo llegó esta nota aquí?¿abra entrado Albert mientras dormía?... sonrío negando con la cabeza, me levanto, voy al baño para empezar a alistarme. Me ducho, el agua es bastante fría, no la caliento para despertar bien, mi noche no fue muy placida, minutos después salgo y reviso mi maleta en busca de lo que me pondré. Saco una camisa manga larga a cuadros negro con blanco, un jean pre lavado, unas botas talle alto sin tacón, me visto, me miro al espejo y noto que me falta el cinturón, me lo coloco, me peino con un cintillo echo con una trenza y me bato el resto del cabello, maquillo un poco mis ojos con un esfumado sencillo, me pongo un tono pálido en los labios, por ultimo mi perfume favorito, ahora sí, me miro nuevamente en el espejo, ¡muy bien! creo que no me falta nada, ah, sí, el colgante.me lo coloco, tomo mi bolso y estoy lista... oh, sí, el abrigo. No puede faltar, ahora si salgo de la habitación, cierro la puerta mirando mi reloj, faltan 15 minutos para las ocho, levanto mi mirada y Albert me está mirando, está cerrando la puerta, salimos al mismo tiempo, oh Albert no me mires así, me pones nerviosa...pienso. Camino hacia él un tanto tímida, mirándolo desde aquí siento como el ritmo de mi corazón cambia, se está colocando su chaqueta, levanta los brazos haciendo que su franela se pegue a su pecho, dejando ver una muy atractiva anatomía, me mira y me sonríe, ¡que dientes tan perfectos!... se coloca sus ray ban espejo que tenía sobre la cabeza, no podría verse mejor. Me coloco frente a él.

_buen día... luces bien_. Le digo y el coloca su brazo en triangulo invitándome a tomarme de él.

_tu luces hermosa_. Me dice. Imagino que sonrojo por que el ríe con picardía. Caminamos por el pasillo, sobre un piso rojo con destellos blancos, que refleja nuestras figuras cual espejo. Paredes blancas con hermosas lámparas iluminando el camino, hermosos cuadros que presentan las maravillosas esculturas escandinavas. Llegamos al ascensor. Entramos y un ascensorista muy elegante nos da los buenos días. Saludamos y nos colocamos uno del lado del otro.

_ ¿dormiste bien?_. Me pregunta Albert. Recuerdo mi pesadilla pero no arruinaré este día hablando de cosas tristes .así que sonrío.

_bien... ¿y tú?_. Él se quita los lentes y los cuelga de su franela. Me mira muy de cerca.

_dormí bien... no sabía que roncabas_.me dice con algo de malicia. Sonrojo al pensar que entró a mi habitación mientras aun dormía. ¡Qué vergüenza!... pero disimulo.

_¿me husmeabas mientras dormía?_. Pregunto cruzándome de brazos.

_eh, no, le pedí de favor a una mucama que te dejara la nota_. Respiro aliviada.

_cuando le pregunte si habías despertado me dijo que dormías tan profundamente que roncabas_. Me dice.

_pues tú también roncas Albert_. Le digo riendo con malicia. El ríe sobrado.

_¿cómo sabes? ¿Enviaste a la mucama a espiarme?_.

_mmmhh, descúbrelo tú mismo_. Le digo. El ascensor abre en planta baja. Algunas mucamas conversan en recepción. Me acerco a una, la llevo a un lado y elogio su peinado, arreglándomelas para que me entienda. No sé si me entendió pero me sonrió amable. Volteo y Albert me mira inquisitivo. Hace un gesto de preocupación. Me despido de la mucama dándole un abrazo. Quizás él pensó que la elogiaba por el buen servicio de espionaje. Me acerco a Albert.

_¿y eso?_. me pregunta curioso.

-eh, nada_. Le digo y camino delante de él.

_¡Emily concalves! ¿Esa mucama me espiaba mientras dormía?_. Dice deteniéndose detrás de mí. Yo volteo y rio negando con la cabeza.

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