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Se podía decir que la hora del almuerzo era la preferida de Jihoon. No tenía que caminar de aquí para allá como un loco y eso hacía que no se encontrara con Seungcheol.

Nunca veía a Cheol a la hora pico en el comedor, tal vez se encontraba follando en los baños como el asqueroso que era.

Estaba Jihoon parado frente a las cocineras con una bandeja en sus manos a la espera de recibir su comida cuando siente algo caliente en su nuca, como una respiración.

-Estás tan bueno que te haría un traje de saliva. –Le susurró.

Jihoon hizo mueca de asco y agarró su jugo y lo vació en el cabello de Seungcheol.

-Eso es repugnante.

-Pero es la verdad. –Le guiñó un ojo, ni se había inmutado por las acciones del chico.

-Eres un idiota. –Rodó los ojos.

-Pero te encanta. –Le sonrió de lado y Jihoon solo lo ignoró y empezó a caminar hacia una mesa vacía pero Cheol corrió hacia él y lo agarró del antebrazo- ¿No te gustó mi piropo?

-No, fue patético. Como todos, siendo sincero.

-Dame otra oportunidad. –Le dijo sonriente. Jihoon solo rodó los ojos y asintió para terminar rápido con esto- ¡Uy! Qué perrito más hermoso que eres, -Le dijo Seungcheol y acarició su cara- ¿Tienes número de teléfono?

Jihoon lo miró ojos aniquilantes- ¿Me dijiste perro?

Seungcheol le devolvió la mirada y empezó a tartamudear:- Bueh.... Eh, sí... Así decía e-el piropo que leí anoche, -Se rascó la nuca nervioso- ¿Te gustó?

-Ese fue, incluso, peor que el otro.

-¡Dame otra oportunidad! –Le gritó.

Jihoon se soltó del agarre del pelinegro y siguió caminando hacia una mesa;- ¡Ya ríndete! –Le gritó a lo último.

-Algún día caerás, yo lo sé. –Pensó Seungcheol mientras se iba a sentar para buscar nuevos piropos en su celular.

Piropos [Jicheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora