4.0. Ruphert, el excentrico (+18)

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Hello gente! Gracias por estar y gracias por votar. No me vayan a odiar por lo pasadito de tono de este capítulo, pero fue necesario por el personaje que representa este viejo verde. Si bien no es de mis personajes favoritos, representó un enorme desafio salir de mi cascarón y escribir una historia tan oscura como ésta  con tantos temas tabú. Espero lo disfruten desde el punto de vista de que el personaje no les resulte artificial sino bastante cercano a la realidad, porque ese es mi fin, crear personajes realistas que provoquen cosas en el lector. Recuerden que es ficción, así que si van a criticar algo háganlo con fundamento. En fin, a disfrutar y después me cuentan.

***


~ JesúsSuárez fue condenado a inyección letal por sus crímenes de segregación racial ~



–  Tania mueve  tu precioso culito que tengo que orinar– rezongo meciéndola mientras poso mi mano en su trasero de veinte mil dólares.

–        Papacito quédate un poco más – dice tratando de retenerme y haciendo pucheros.

–        ¡Que te muevas mujer!. ¡Que la vejiga está a punto de estallarme!. – grito apartándola bruscamente. Maldita niña. Todo es culpa mía  por cumplir todos sus caprichos.

El primer chorro sale tímido pero luego lo dejo fluir. Gimo del alivio.

Cuando vuelvo a la cama me doy cuenta del desastre que es la habitación. No es que me interese, ya que al fin y al cabo la mucama del hotel limpiará el desastre. Río para mi mismo mientras rasco mi barriga. ¿Quién hubiera dicho que un viejo de sesenta y cuatro años se iba a estar comiendo - en esta etapa de su vida - a un caramelito de veinticinco?. No dejo de imaginarme a las mucamas cuchicheando sobre los desastres de la habitación y la cantidad de cajas de condones vacíos. ¡No, si éste semental tiene para rato!.

Tania esta acostada boca abajo, su espalda arqueada y esas impresionantes tetas sobresaliendo de si pequeño torso. Me la montaría ya mismo  si no fuera porque tengo que tomar mi medicación para el corazón y desayunar algo. A ésta  edad hay cosas que no se pueden postergar. Le doy una nalgada sonora a Tania y esta chilla con esa voz de urraca que tiene.

***

–        Ye te he dicho que no. ¿A caso te crees que cago el dinero? – me quejo mientras llevo una porción de huevos revueltos a mi boca. Tania como de costumbre pone su mejor cara aniñada como si me importara, lo único en lo que estoy pensando es meterme en su escote y mordisquear esos senos que tan caros pagué.

–        Si ni siquiera es tu dinero, es el de tu ex mujer – vuelve a insistir. Eso es lo malo de enredarse con putas, después de succionarte las bolas lo siguiente es succionare los bolsillos. – Es solo un pequeño levantamiento de cejas – dice levantándolas exageradamente – Y un poco de botox aquí y aquí – dice señalándose los labios y la frente.

–        Mi difunta mujer, no mi ex. - la corrijo -. A Ruphert Francis  Beccar ninguna mujer se dará el lujo de dejarlo – enfatizo.

Tania - toca huevos como siempre -, se acerca a mi lado y sigue insistiendo pero esta vez desliza mi cremallera y comienza a jugar con Sir Beccar – como lo llama ella-. Me remuevo en mi asiento mirando de lado a lado y mas de una vieja mojigata en mesas cercanas comienzan comienza a cuchichear. Las observo con mi mejor sonrisa de ya quisieran montarse a éste  semental y súbitamente me levanto tomando a Tania por la cintura y casi arrastrándola hasta la habitación.

Dark Gold Fragance [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora