Dark Gold Fragance [Finalizado]

14. Imposible fingir Sorpresa

Dedicado a todos ustedes: ¡Gracias! Akira_Kuro Pensadoraanhelante Sarahiy ffexx ErikaZea Clemenro RobertoSanchezHerna9 yanina975 aidaquezada javier2207

Todas las personas usamos máscaras, a toda hora y en todo lugar; consciente e inconscientemente. Existen quienes usan sus máscaras para esconderse del mundo o quienes las  portan para luchar contra él. Ya sea para bien o para mal, todos portamos máscaras que nos muestran ante el mundo de un modo totalmente opuesto al que somos; quizás para muchos es más fácil así que la patética realidad.

***

Zackary Thomas, el perro faldero de Mara Gray. Tres hijos, dos nietos, mujer y una hipoteca a cinco años. Trabaja como camarógrafo desde hace más de veinte años y nunca ha mostrado una pizca de ambición por querer escalar en la erguida pirámide de Global News Entertainment. Asiste a la iglesia cada domingo, deja la consiguiente limosna y si no fuera por un pequeño detalle, Zackary seria un tipo para elogiar.

–          Mesero, una más - dice Zack arrastrando las palabras. El mesero enarca una ceja como diciéndole que es suficiente pero Zack - si es que le prestó atención -, le resta importancia.

–          ¿Mala noche? - pregunto amigablemente. Zack se torna hacia mi. Me analiza de arriba abajo y vuelve la atención hacia el vaso de licor que esta siendo llenado. Pido un trago y sonrío a mi reflejo de cabellos caños desalineados y una barba blanca y espesa. Luzco como de unos setenta, pero sólo en la superficie.

–          Algo así - responde Zack.

–          La vida es una mierda, ¿cierto? - digo sorbiendo de mi vaso. Zack sonríe de lado y ladea la cabeza del mismo modo que lo hacen las personas cuando un recuerdo acude a sus mentes.

–          La vida,  mi estimado ... - Zack me observa de lado, sus ojos inyectados en sangre y sus gruesos labios torcidos. Me observa a la espera de una respuesta.

–          Michael - agrego y lo dejo proseguir.

–          Mi estimado Mike ... ¿Puedo llamarte Mike, cierto? - inquiere y asiento-. La vida no es una mierda - balbucea -, las personas lo son.

–          ¿Una mujer? - sugiero.

–          Algo por el estilo - eructa - Mesero, una más - dice arrastrando las palabras.

–          Mujeres, no podemos vivir con ellas pero tampoco sin ellas - agrego cómplicemente. Zack sonríe.

–          A veces me pregunto porqué no me dediqué a otra cosa. Tal vez, la vida es más fácil cuando se vive en la ignorancia.

–          Esa mujer debió de hacerle mucho daño amigo mío.

–          Lo hizo, pero no fui la única persona a la que dañó - agrega con la mirada vidriosa mirando la TV detrás del barman.