Capítulo 3: I

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Regresé a mi casa el domingo por la mañana y me encerré en mi habitación.

Mi padre estaba muy preocupado y me dolía verlo así, pero la verdad es que no podía hacer mucho para cambiar la situación.

Todo había sido tan difícil y traumático...

André la había lastimado tanto...

Se abrazó a sí misma luego de salir del baño el miércoles por la mañana.

No había ido a trabajar y se reportó enferma. No quería verlo en absoluto.
Se recostó en la cama con todo y bata y se puso a pensar en lo poco que había hecho esos días.

Sólo había asistido al almuerzo con Grenda el lunes para no quedar mal y la verdad es que se había distraído mucho.

Había recibido llamadas de André, pero se negó a contestarlas. Rubí la iba a ver a diario y conversaban un rato.

Sus heridas se fueron curando con el paso de esos días y ese día se podía decir que estaba mejor.

Se acomodó en posición fetal en la cama y decidió cerrar los ojos por un rato e intentar dormir aunque sea un momento.

Desde ese día,  no había podido pegar el ojo y su cuerpo lo estaba resintiendo porque estaba muy nerviosa.

****

Abrió los ojos ligeramente al sentir que halaban su cabello.

Se encontró con unos dedos torpes y regordetes tratando de tomar más cabello y llevarlo a su boca.

Volvió a cerrar los ojos y cayó en un sueño tranquilo y sereno.

*****

Abrió los ojos al sentir que no podía respirar bien.

Sentía una presión en la espalda que le quitaba el aire. Era como si saltaran sobre su espalda.

Se giró y un peso cayó sobre la cama, a su lado. Dirigió su mirada hacia el lugar y se encontró con una linda bebé de ojos café enormes, que la miraba con una sonrisa.

-Ma ma- saludó Andrea.

-Hola, amor- agarró a la bebé y la abrazó.

La niña se acurrucó entre sus brazos y apoyó su cabeza sobre su pecho.

-Hija...- giró la cabeza y se enfocó en su padre-. André está abajo... quiere hablar contigo- informó su padre.

No,  ella no quería hablar con él.

-No quiero hablar con él- dijo ella acariciando el cabello de su hija.

-Pues vamos a hablar... me estás evadiendo y necesito que me escuches, que me perdones. - dijo él entrando a la habitación.

Amelia se incorporó rápidamente y lo enfrentó.

Estaba ojeroso y molesto, pero ella supo que no estaba furioso con ella.

-No quiero verte- ella acunó a la bebé entre sus brazos y se acurrucó entre sus almohadas en la cabecera de la cama.

-Perdón... por favor... escúchame- pidió. Amelia miró a su bebé y acarició su cabello.

-Andre... es mejor que te vayas- dijo el padre de Amelia.

-No, ella debe escucharme- él parecía agobiado.

-Quiero que te vayas- repitió ella. Él asintió y se dirigía hasta la puerta cuando se giró.

-Debo llevarme a la niña,  Amelia- la mujer se sintió deprimida de inmediato.

Serie Inocente #3: Inocencia Oculta. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora