Era tan extraño pasar de disfrutar de el toque de alguien y sentirse segura a sentirse temerosa con la idea de perder ese contacto.
La verdad es que nadie iba a creer lo que había sucedido en realidad, cualquiera pensaría que él me atropelló y que tras eso conducía ebrio y a exceso de velocidad.
Eso no pintaba bien en ninguno de los casos.
-¡Hijo! - gritó una mujer-. ¡Mi hijo! - llamaba una madre. No podía ver nada que no fueran estrellas ya que me estaban inmovilizando el cuello. No lo voy a negar, tuve que reunir toda mi fuerza de voluntad para no armar un espectáculo y luego tener que pasar por desequilibrada para no explicar la razón de mi hafefobia.
Mi corazón latía muy rápido y sentía la boca seca... estaba a punto de entrar en pánico de no ser por su voz.
-Estoy bien... ella no mucho- respondió Mauro.
-Pensé lo peor cuando nos llamaron del hospital y nos dijeron lo de Kevin- abrí los ojos como platos cuando uno de los para médicos se acercó a mi.
Cerré los ojos y esperé a que me atendieran.
¡Maldita sea, Amelia!
Si no te gusta que te toquen no te accidentes.
********
Me desperté al sentir que acariciaban mi cabello y no me molestaba para nada que lo hicieran.
Observé a quién me tocaba el cabello y me encontré con Mauro.
-Tuvieron que sedarte...- asentí con los ojos cerrados y los ojos se me llenaron de lágrimas.
-Lo siento... es algo que no puedo controlar- sollocé.
-¿Sabes?... creo que estás yendo por el buen camino... soportaste mucho antes de explotar- sonrió y acarició más mi cabello.
-Si, pero igual me da mucha pena- obviando todo lo demás, la preocupación por mi hija, me empezó a corroer-. Mi bebé... - André me iba a matar.
-Ya están llamando a tus familiares- asentí.
-¿Cuando me podré ir?- pregunté curiosa y con ganas de ver a mi hija.
-La verdad es cuando te vengan a buscar... me imagino que tu... - apartó la mano de mi cabello y me miró serio-. Tu esposo ha de estar por llegar- negué con la cabeza.
-No estoy casada- él asintió y me miró expectante-. Y estoy separada del padre de mi hija- tenía la necesidad de explicarle. De dejarle claro que no tenía compromisos de índole amoroso.
-¿Cuantos años tienes? - preguntó.
-Veinte- respondí- él asintió y volvió a acariciar mi cabello-. ¿Tu?- pregunté.
Sonrió.
-Treinta y tres- tenía la misma edad que André.
-Tienes la misma edad que el padre de mi hija- él frunció el ceño.
-Así que te gustan mayores... - reí. La verdad no sabía.
-No sabría decirte- lo miré a los ojos.
-¿Cómo que no?- preguntó.
-Fue mi único novio- confesé. Mirándolo a los ojos.
Esos ojos.
Él me miró fijamente también. Sus ojos se cristalizaron de un momento a otro.
-Aún no sé si agradecerte o no por salvar mi vida... la verdad es que no sé qué hacer- llevó ambas manos a su cabeza-. Mi vida ya no tiene sentido- estiré con cuidado mi mano y tomé una de las suyas.
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Serie Inocente #3: Inocencia Oculta. ©
Storie d'amoreElla se enamoró del hombre de sus sueños y estaba a punto de casarse con él, cuando un suceso desafortunado, acabó con su historia de amor. El hombre de sus sueños se convirtió en su peor pesadilla que hasta le arrebató lo más importante en su vi...