Acaricié la mano de Mauro mientras estábamos recostados en el sofá de nuestra sala.
Besé su cuello, cuando tocaron el timbre y me puse de pie. Él estaba dormitando y justo cuando me alejaba, me tomó de la mano.
—Están llamando a la puerta, voy a abrir- besé su cabello y me alejé.
No quería estar en su lugar por nada del mundo. Perder un hijo no era relajo y no podía ni llegar a imaginar su dolor.
Mañana era la misa, en memoria a un año más por la pérdida de Kevin y ya todo estaba organizado.
Justo cuando estaba llegando a la puerta, Franco empezó a llorar y fruncí el ceño. De seguro se había mojado. Él odiaba estar sucio.
—Yo voy con Franco, Amelia- informó él. Asentí con la cabeza y abrí la puerta principal de la casa.
Quien estaba del otro lado era André y se veía cabreado.
—¿Por qué no has ido a ver a tu hija? La niña está triste porque no pasas tiempo con ella como es debido - cerré después de que él pasará como Pedro por su casa y lo guié hasta el salón.
—Fui a verla ayer... ayer hoy no he podido ir, ya que tanto Mauro como Fran...- me interrumpió.
—Franco no es tu hijo... estás dejando a nuestra hija de lado por un arruinado y no lo voy a tolerar - traté de calmarme. No quería discutir con él y menos hoy. André estaba muy molesto conmigo desde que me había casado.
Furioso. Hasta parecía odiarme.
—No la estoy dejando de lado, yo le dedicó tiempo y... - volvió a interrumpir.
—¿Para eso querías el juicio? ¿Para esto? Estás abandonando a mi hija para jugar a la familia feliz con tu marido- preguntó colérico.
—Eso no es así... yo simplemente estoy tratando de cumplir con todo. Voy a verla y pasamos tiempo juntas, trato de acercar a Andrea a su hermano y...- su ceño se frunció cuando escuchó lo último que dije.
—No es su hermano- dijo lentamente-. No es tu hijo. ¡No es tu responsabilidad!- gritó.
—No grites en mi casa- exigí. ¿Quién rayos se creía para venir a gritarme a mi propia casa?
—Entonces...
—Entonces nada. Yo no estoy siendo irresponsable. Yo amo a mi hija y estoy con ella, ella debe entender que tiene un hermano y que es Franco y que a los dos los amo - su mirada fría me recorrió.
—Nunca pensé que esto pasaría y que tu de desligarías de esta forma de nuestra hija. Todo por un aparecido- negué con la cabeza.
Mi padre me lo había comentado una vez y no le quise hacer caso, pero era cierto. André estaba criando a nuestra hija con muchos consentimientos. Le cumplía todos sus caprichos, lo que la hacia malcriada y berrinchuda. No podía ser así.
Andrea había llegado al punto de hacernos a Mauro y a mi una escena en un supermercado por unas gomitas.
Se puso a llorar y se tiró al suelo.
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Serie Inocente #3: Inocencia Oculta. ©
RomanceElla se enamoró del hombre de sus sueños y estaba a punto de casarse con él, cuando un suceso desafortunado, acabó con su historia de amor. El hombre de sus sueños se convirtió en su peor pesadilla que hasta le arrebató lo más importante en su vi...