On Purpose » Lucɑyɑ.

d i e z.

Maya POV

- Maya, ¿vas a decirme a donde vamos? -insistió Lucas una vez más.

Ha estado así como por quince minutos. Unos diez minutos cuando íbamos en el metro y ahora otros cinco minutos mientraa caminábamos directo al parque central, en donde según el tonto periódico decía que habían hecho vandalismo.

Lo ignore y deje que se fuera quejando sólo, en algún momento tenía que callarse, ¿no? Luego de unos minutos más, llegamos.

« Parque Cristopher » Leí en el gran cartel que había a la entrada.

Parecía un parque tranquilo, pero claro que no lo era. Antes yo venía con unas amigas aquí, bueno, con unas ex-amigas. Deje de hacerlo hace un tiempo, veníamos aquí a hacer travesuras, aunque más que eso, hacíamos lo que era un verdadero vandalismo. Jamás me atraparon, y fue por pura suerte. Fui en busca del gran mural que había hecho aquel chico, Tyler, y era realmente hermoso, solo que ya estaba algo rayado por encima por idiotas cómo mi yo de antes.

Lucas de repente había dejado de hablar y se mantenía callado. Quizás se estaría haciendo una idea de lo que quería hacer. Me acerque a la pared, la cual constaba de tres partes. En una parte, estaba el mural que había hecho Tyler, aunque ya estaba arruinado. En otra parte, estaba algunas obscenidades que escribían los estúpidos adolescentes con hormonas alborotadas. Pero había una pared vacía, sin nada. El concreto estaba húmedo y podrido, además lucía asqueroso.

Solte mi mochila y está cayo al suelo, por el golpe se pudo oír el golpeteo de latas, de todas formas no me importo, pero a Lucas sí.

- Oh, no Maya, éstas loca -dijo Lucas incrédulo.

Rodé los ojos.

- Cállate Lucas el bueno -me burlé.

- Al menos me has llamado Lucas -se encogió de hombros, de todas formas no se veía muy convencido con la idea.

- Lucas el bueno -corregí.

El comenzó a quejarse de que esto era una mala idea y deberíamos irnos. Yo hice caso omiso y comencé a rebuscar en mi mochila algunos Sprite en lata. Saque varios colores y tome el color café claro primero.

Me levanté y le eche una mirada a la pared, esto tomaría tiempo pero valdría la pena.

- Maya, ya basta, mejor vámonos a terminar el trabajo, no hay que perder el tiempo -me tomó del brazo.

Yo me solte bruscamente y lo mire mal por su comentario.

- Sí quieres puedes irte, no voy a obligarte a que te quedes.

Aparte mi mirada para posarla en la pared. Sentí cómo Lucas ya rendido se sentaba en el suelo, mirando la pared también. Sonreí automáticamente.

Manos a la obra.

(...)

Pase mi mano por mi sudorosa frente y tire el Sprite el cual ya se encontraba vacío. Resople exhausta y me senté al lado de Lucas, para admirar mejor el gran mural que había hecho. Ya estaba algo oscuro pero en realidad no me importaba mucho.

Lucas miro lo que había hecho bastante sorprendido y eso en parte me hizo sentir orgullosa.

La vez que Lucas había arruinado mi línea color café claro, se me ocurrió una genial idea. Estuve varias horas pintando. Hasta que me salio algo genial y quise improvisarlo aquí. La pared tenía varios colores, pero había algo en especial que llamaba mi atención.

HOPE.

Se encontraba en letras grandes y blancas con sombras negras. Había pintado toda la pared, ni la parte que ya estaba podrida la había dejado pasar. El gran mural que se encontraba ante mis ojo hacían que estos brillaran de felicidad.

- Wow -fue lo único que salio de los labios del vaquero.

Sonreí, más no dije nada.

- Pensé que creías que la esperanza era para perdedores -dice el luego de unos segundos, y me mira con curiosidad.

Me encogo de hombros.

- Creía, tu lo dijiste. Pero no en realidad, siempre tenemos esperanzas, y de alguna forma terminamos siendo perdedores. Pero vivimos de la esperanza, ¿sabes? Yo tengo la esperanza de que algún día me darán ganas de hacer la tarea, o tendré alguna buena calificación -bromeo.

El ríe suave.

- Pero -continuo-. Es la verdad. ¿Cuales son tus esperanzas?

El se queda pensativo, yo espero atentamente y en silencio su respuesta.

- Bueno... -comienza-. Tengo muchas esperanzas, cómo por ejemplo; ser alguien en la vida.

Asiento lentamente, yo en realidad ya me sentia alguien en la vida, sé que no era la gran importancia para el mundo pero si era importante para aquellos que en realidad si me tomaban importancia y que eran importantes para mi.

- ¿Cómo qué? ¿Quieres ser un vaquero de mayor nivel? -bromeo, sacándole una sonrisa.

- No, pero quiero marcar algo -responde algo confundido con si mismo.

- ¿Cómo qué?

- No quiero ser recordado cómo Lucas el bueno, o el vaquero de Texas...

- Y Huckleberry -añado con diversión.

- Y Hucleberry.

Ambos nos quedamos en silencio, pero no de unos incómodos. Jamás me había sentido tan a gusto con el vaquero.

- Maya, ¿por qué me evitas?

Por alguna razón, no me sorprendí porque estaba esperando esa pregunta desde que nos vimos en la biblioteca. Mi vista se poso en el insípido suelo, y mi expresión se volvió seria. Tenía que decirle, ya no quería mentirle, y lamentablemente si, me importaba y por esa razón ya no quería mentirle.