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El día siguiente tus pies estuvieron inquietos, se movían todo el tiempo, rebotaban contra las baldosas y chocaban con una fuerza mínima

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El día siguiente tus pies estuvieron inquietos, se movían todo el tiempo, rebotaban contra las baldosas y chocaban con una fuerza mínima.

"¿Qué es lo que te pone tan nervioso? Siento que tus pies están siendo quemados, ¿Sufres de ansiedad? Deberías tranquilizarte."

La pluma con la que escribía hizo un ruido monumental, todos voltearon en mi dirección, incluso tú.

Bajé la mirada para que nadie sospechara, rápidamente todos volvieron a su rutina, mis mejillas se marcharon de un rojo indescriptible, demasiada vergüenza por toda la vida.

El día fue pasando, o al menos eso sentí, me pregunté que se sentiría ser tú, ¿Qué pensabas de mis notas? ¿Era extraño para ti recibir escritos de alguien que ni conocías? Descarté esos pensamientos en cuanto tu turno de explicar algo en voz alta llegó, tu labios se movian de una forma tan majestuosa y magnífica, era imposible no mirarte; los aplausos se hicieron presentes cuando terminaste.

Hice una mueca al verte hablar con Tracy, la chica era obviamente más bonita que yo, los celos, si así es que se le pueden llamar a las ganas incontrolables de decirle a mis emociones primitivas, se dispersaron por todo mi ser. Moviste tu cabello en forma de coqueteo, una parte de mí tuvo el valor para levantarme y hablar contigo, pero fue reprimida por mi cobardía, al final del día dejé la nota en mi banca, como de costumbre tú esperaste al final.

Tomaste el papel, lo abriste, ni siquiera lo miraste bien, caminaste hasta la salida y lo tiraste a la basura.

Mi corazón dió un vuelco, jamás pasó por mi cabeza que hicieras algo como eso, te veías molesto, tanto que no te diste cuenta de mi presencia hasta que chocaste conmigo, te disculpaste sin mirarme y simplemente te fuiste, me pregunté qué era lo que había hecho mal, no pasó por mi cabeza algo que hubiese escrito. Sólo habías reaccionado de una manera impulsiva, me entristeció saber que la nota no era de tu agrado, fue una recomendación, pero lo tomaste como un insulto.

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