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-¿Kattie?

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-¿Kattie?

Mi cuerpo no reaccionó al instante, dejé que me corazón se controlara antes de hablar.

-Yo...

-¿Por qué la leíste?- abrí la boca pero no tenía nada que decir, bajé la mirada hasta la nota en mis manos.

No pensabas que fuese yo,  creías que fui indiscreta.

-¿Es para ella?- evitaste mis ojos a toda costa. El color rojo estaba empezando a teñir tus mejillas, estabas avergonzado.

-No tenías por qué leerla. -sin previo aviso arrancaste el pedazo de papel de mis manos, me sorprendió tu reacción, se suponía que en la nota me estabas retando, me insinuabas seguir con tu juego, era mi decisión terminarlo o continuar.

Busqué a tu sombra con la mirada, ella nos observaba desde un punto privilegiado del aula, alcé una ceja y ella giró la cabeza con rapidez.

Los demás no estaban atentos a nosotros, ellos hacían sus cosas y nosotros las nuestras; cada quien con sus problemas y soluciones.

-Necesitamos encontrarla- cuando te escuché decirlo me dio un vuelco el corazón. Tus emociones estaban plasmadas en tus palabras, y sin quererlo te expusieron; revelando tu deseo más anhelado.

-No puedo continuar si no cierro este capítulo, no lo entiendes, a ti no te carcome la presión de poder hacerle daño a una persona que no conoces, dirás qué soy estúpido por preocuparme por alguien tan cobarde pero, no quiero ser responsable del sufrimiento ajeno.

De pronto mi garganta se quedó seca.

Me dolieron tus palabras, me dolió ser la causante de tu angustia, me dolió ser tan cobarde, me dolió el simple hecho de mirarte.

-¿Estás enamorado de Tracy?

Tu reacción al escuchar su nombre me lo dijo todo, fue mi tiro de gracia, era la señal para retirarme, ustedes se habían vuelto cercanos y yo no tenía el derecho de interponerme.

Pensé demasiado ese día, no hubo notas ni persecución alguna, éramos mi mente, mis sentimientos, mi lógica y todo mi ser en una mesa de debate interno.

Al día siguiente llegué antes que tú, había escrito mi despedida en el papel más elegante que pude encontrar.

Deposité el papel en tu banca y salí del aula, no quería verte leerla, era demasiado doloroso.

Tracy llegó justo después de que yo saliera, caminé lentamente y escuché un pequeño grito. Giré la cabeza y vi sus sucias manos sostener algo nuestro, ella leyó una vez más lo que escribí, miró en todas direcciones para asegurarse no ser vista, metió la nota en su mochila y fue a su lugar.

Justo como una rata lo haría.

Mi caminar se llenó de coraje, tenía razón, todo lo que escribí era cierto, repasé una y otra vez la nota en mi mente.

"El juego se acabó. Podría declararlo un empate pero los dos sabemos que yo salí perdiendo."

Si tu novia te ocultaba la nota y tú no lo veías como mi bandera blanca de la paz no había otro inconveniente para desatar una guerra.

***

Más tarde regresé del descanso y vislumbré un trocito de papel doblado sobre tu banca, lo tomé con naturalidad y volví a salir.
Un vez en un lugar seguro, la abrí.

"Quiero verte".

10:50 en la fuente" escribiste.
Sonreí con malicia, con un movimiento apresurado saqué mi teléfono, marqué el número que ya sabía de memoria y me deleité al escuchar la voz ronca de Frank, aún sonaba apagado, un poco triste si se me preguntaba.

-Hola, linda.- él no estaba de ánimos, decidí ir al punto.

-¡Hey! ¿Cómo está el poeta frustrado más guapo del mundo?

Soltó una risita y suspiró con pesadez.

-¿Qué quieres ahora?

Fue mi turno de sonreír.

-Quiero iniciar una masacre de sentimientos.- él amaba las referencias sangrientas, no hacía falta verle para saber qué sonreía.

-¿Tengo que vestir de negro para el funeral?

"Probablemente" respondí en mi mente.

Notas Al Aire© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora