Espero en la puerta del local. La brisa sopla y comienzo a tener algo de frío. Rodeo con mis brazos mi cuerpo y los froto dándome calor. Miro hacia la derecha y hacia la izquierda, no hay nadie caminando sobre las calles. No hay ningún coche por Newman Street. El aire revuelve mi oscura melena y hace que todo el pelo golpee una y otra vez contra mi cara. Recojo el pelo en una larga cola de caballo y suspiro.
Miro a la pantalla de mi móvil, las cuatro y veintiséis de la mañana. Dios. Donde estará el maldito taxi. Al no ver ningún coche entrar por la calle saco mi paquete de tabaco del bolsillo trasero de mi pantalón.
Saco un cigarro y lo coloco directamente en mis labios apretándolo para que no se lo lleve el viento. El musculoso segurata de la puerta del local me ofrece su mechero y yo se lo agradezco. Una vez encendido el cigarro le doy continuas caladas y suelto el aire por la nariz.
Y justo el taxi se estaciona frente a mi. Dejo mi cigarro casi a la mitad. No quiero malgastar un cigarro por lo que lo capo y lo guardo de nuevo en la caja.
Me siento en lado del copiloto. Le doy los buenos días amablemente mientras me pongo el cinturón y dejo caer mi cabeza contra el reposacabezas. Digo la dirección de mi casa lo más rápido posible y me relajo mirando por la ventana. Observando las tranquilas y silenciosas calles de Londres.
Huele realmente bien dentro del auto . Hay un ambientador en cada ventanilla del coche con una suave fragancia con extractos de vainilla. Observo el taxi y esta completamente lleno de fotos de niños pequeños, supongo que serán sus hijos.
-¿Qué pasaba no podías conducir de vuelta?-ríe el taxista. Tiene una sonrisa muy amplia para ser las tantas de la madrugada y estar trabajando.
-No me encontraba bien.
-Es lo que tiene emborracharse.
-No, no. Solo he bebido un poco pero me ha sentado mal.- continuo frotando con mis manos mi pequeño cuerpo para darme calor pero no sirve de nada. Sigo destemplada.
-¿Quieres qué baje el aire?-dice el taxista tras un silencio incomodo.
-Si, por favor. No sé que me pasa que estoy destemplada.
-Es lo que tiene salir tan fresca y habiendo escuchado en las noticias que va a hacer un horrible temporal. Va a hacer un frío de pelotas.- dice y rio ante su expresión.
-Y, ¿el novio? ¿No te podía llevar a casa?- pregunta curioso. Por un momento corren por mi cabeza demasiados pensamientos. Aunque parece un señor completamente hecho y derecho.
-No tengo.
Mi móvil no deja de vibrar pero yo ignoro toda llamada. Mis ojos van directos al frente. Las carreteras se ven completamente vacías. Poca gente hay en la calle a estas horas. Miro mi reloj y compruebo la hora. Las cuatro y cuarenta y cuatro de la madrugada.
-Pues hay alguien que de verdad se preocupa por usted.
-¿Perdona?-digo sin entender lo que me dice.
-Alguien no puede vivir sin usted. No deja de llamarle al móvil. ¿No piensa cogerle?
-Ah. No. Claro que no.- miro la pantalla de mi móvil y tengo varias llamadas perdidas. La gran mayoría de un numero desconocido.
Un silencio invade el auto. En el fondo es incomodo pero la situación no debería ser cómoda. Me refiero, estoy en un taxi, no espero una conversación entretenida a estas horas de la mañana.
-Bueno… Creo que hemos llegado.- Efectivamente estoy frente a mi pequeña casita. Miro el taxímetro y le tiendo la cantidad indicada.
-Bueno, Marcus- digo leyendo su nombre en la chapa metálica que cuelga de su camisa.

ESTÁS LEYENDO
Secretos.
FanfictieMi manera de ser cambiaba cada segundo que pasaba con él. Cada segundo que sus manos rodeaban mi cuerpo. Cada segundo que sus besos hacían que perdiese la cabeza. Por que crees que nadie es capaz de hacerte cambiar hasta que llega la persona menos e...