5. Lejos.

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Mis piernas se adaptaron perfectamente al asiento de la moto. Tenía una preciosa negra y brillante moto que tenía pinta de ser cinco veces más cara que la mía. Coloqué mi mano sobre ambos manillares y con delicadeza coloqué la llave. Sonreí al escuchar el motor de la moto ponerse en marcha. El tacto de la goma del manillar me hacía sentir esos viejos tiempos en los que andaba en mi moto.

-Se te ve más feliz que a un niño de 10 años el día de Reyes.

-No sabes cuanto echo de menos andar en moto.

Sonríe y una vez que se acerca a donde estoy se sienta detrás de mi. Sus manos sujetan mi cintura y hace que un escalofrío recorra cada lugar de mi cuerpo. Coloco todo mi pelo a un lado de mi cuerpo dejando el otro hombro completamente descubierto.

Su barbilla se coloca en mi hombro y su respiración lenta choca en mi cuello.

-¿Te pongo nerviosa?-dice riendo.

-Para nada.

-¿A dónde me vas a llevar?-dice poniendo voz femenina.

-Lejos.-digo riendo.

-A saber que me quieres hacer para tener que irnos lejos.

-Idiota.-digo riendo.

Me pongo rumbo a uno de mis bares favoritos. Nada que ver con el de la vez que lo conocí. Este estilo de bar es más tranquilo, con música en directo de fondo mientras hablas con tu pareja o bebes individualmente un café con doble de crema.

El camino se hace tan ameno, tan tranquilo. Hacia tanto tiempo que no sentía esta paz, esa paz que se mete dentro de tu cuerpo y completa cada rincón vacio de él.

-No lo haces mal.-dice en mi oído.

-Ya te gustaría a ti conducir como lo hago yo.

-La verdad es que tienes buena mano pero sigo siendo mejor.

-Eres un tanto egocéntrico por lo que he podido observar.-digo rotando levemente mi cabeza para poder observar sus hoyuelos.

-Atenta a la carretera, señorita, no queremos tener un accidente.

El silencio entre nosotros invade el camino. Adelantamos varias veces atravesando entre los pequeños huecos que los coches dejaban cuando el semáforo esta en rojo. El momento en que llego a la calle principal de Stran visualizo el bar. Un pequeño cartel escrito con tiza junto a unas sillas metálicas resaltan en toda la calle.

-Es aquí-digo aparcando la moto.

-¿Vienes a menudo aquí?-me pregunta mientras yo observo paralizada cada detalle perfecto de su moto.

-No tanto como querría.

Camino y entro dentro del pequeño bar. Tan sencillo y acogedor como siempre. Me acerco a la barra y pido un café con leche con crema por encima y una vez que la camarera me lo ha preparado me siento en una pequeña mesa de madera que hay al fondo.

-¿No pensabas preguntarme que quería?-se acerca a mi y coge una silla de otra mesa y la coloca junto a la mía.

-¿Sigues aquí?

-Efectivamente sigo aquí. Y no es que sea una persona que se vea poco.-dijo entrelazando su manos alrededor de mi café y acercándoselo.

-Es mío. Devuélvemelo.

-Tengo sed.-dijo dándole un largo sobre a mi dulce café.-Mm, esta bueno ¿verdad?

-No he podido porque un gilipollas llamado Harry me ha quitado mi café.-digo y él sonríe dejando la taza en la mesa. Me la devuelve y le guiño un ojo.- Así me gusta, obedeciendo.

Su mirada recorría cada pequeño lugar de mi rostro haciendo que me estremeciese. Me sentía intimidada y a la vez presionada a estar aquí con él. Se acerco a mi y con una de sus manos atrajo mi rostro al suyo. Mientras que sus ojos me miraban, él se mordía el labio inferior con sus blancos dientes.

-¿Ganas de besarme?-dije riendo pero él no contesto.

Me agarro y me inclino para besarme. Sin embargo yo desvié mi rostro cuando sus labios se aproximaban a los míos.  De esta manera sus labios se posicionaron sobre mi mejilla. Se separo de mi y por un momento pensaba que estaría enfadado pero más bien estaba sonriendo mostrando sus hoyuelitos.

-Con que esas tenemos.

Me levante de mi silla y fui directa al baño. En el momento en que la puerta del servicio se cerro, quería golpearme la cabeza con la pared. ¿Qué hago tomando un café con un tío que me esta acosando?

Meto mis manos en el bolsillo del pantalón y veo que todavía tengo las llaves de la moto de Harry. Deseo salir de aquí cuanto antes y no ver a Harry. Me miro al espejo y pienso una manera de salir de allí sin que Harry me vea.

Salgo con la cabeza agachada y mirando al suelo. No quiero encontrarme con su mirada penetrante.

-¿April?

Salgo corriendo intentando sacar las llaves de su moto para nada más llegar poder salir escopetada. Tengo que alejarme de él.  Me empezaban a doler las piernas cuando me obligué a seguir corriendo. Visualizo a lo lejos su brillante moto y con las llaves en la mano siento que tengo posibilidades de escapar de él.

-¿A dónde crees que vas, April?-siento más cercana su voz ronca.

Las manos me tiemblan y se me caen las llaves al suelo. Me agacho para recogerlas y entonces sus frías manos agarran mi antebrazo y tira de mí acercando nuestros cuerpos.

-Responde a mis preguntas.

-Me iba. ¿A caso no me has visto?

-Si, por esa misma razón he salido detrás de ti.-me agarra con sus manos y me empuja contra la pared de un edificio rojizo. Sus manos acarician mis antebrazos mientras que yo le miro con el ceño fruncido.

-Harás lo que yo diga, ¿ de acuerdo, nena?

-No. A mi no me vas a controlar yo hago lo que quiero.

-Harás lo que yo diga- dice intimidándome con su mirada y no digo nada. Guardo silencio.- Así me gusta, obedeciendo.-dice repitiendo mis palabras.

Coge sus llaves que están enredados en mis dedos y las guarda en el bolsillo delantero de su pantalón.

-Encima pensabas irte con mi moto.-ríe- No te ha salido tan bien como pensabas que te saldría, preciosa.

-El plan no iba mal hasta que me has empezado a seguir.

Sus manos sujetan mis pómulos y los acaricia suavemente. Sus labios fueron bajo mi oreja y deposito leves besos. Inconscientemente cerré los ojos y solté un grito ahogado cuando forzó mis caderas con las suyas. Una sonrisa se formó en sus labios al ver la reacción que acababa de producir en mí.

Separó sus labios de mi cuello y me miro desde arriba pudiendo observar ,debido a la diferencia de altura, mis pechos apretados sobre el suyo. Estaba apunto de soltarle un sopapo en la cara pero su mano atrapo mi muñeca.

-Eso no se hace.-dijo sonriendo.

Sus labios bruscamente atraparon los míos. Intentaba que yo le correspondiese el beso pero no lo hacía, no quería hacerlo.

-Y ahora piensas que te voy a besar-dije sobre sus labios como pude.

-No, lo pienso, lo vas a hacer.-dijo agarrando con sus manos mi cuello e inclinándome para que lo bese. Sus carnosos labios se movía sobre los míos desesperados porque yo le siguiese. En un pequeño suspiro que quise expulsar su lengua se introdujo en mi boca y su lengua jugaba con la mía. Separó sus labios de mi esperando que yo lo hiciese pero al ver que no lo hice me volvió a besar. Sus gruesos labios apretando los míos. Eran besos cálidos en los que de vez en cuando agarraba con sus dientes mi labio inferior.

-April…-murmuró todavía sobre mis labios.

-Mmm-dije todavía con los ojos cerrados y mis brazos alrededor de su nuca.

-Sube a la moto.

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Gracias por leer. Un besazooo.

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