13.Gracias.

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La fiesta era un total caos. La música estaba a un volumen que superaría los decibelios que el ser humano podría soportar. Las mesillas que había por el pasillo estaban llenas de vasos de  plástico llenos de alcohol. La gente se pegaba por subir a las habitaciones, cosa que era casi imposible con toda la gente que estaba en las escaleras tirada intentando recuperarse después de la gran cantidad de alcohol que habían ingerido.

Lo que sería la sala de juegos principal para la casa de Peter se había vuelto algo así como una pelea de gente bailando. La música conseguía evadir cada rincón de la casa.

-Cath.

-Peter-dijo Cath y esta salió corriendo a donde él estaba. Se abrazaron y tras unos segundos de romanticismo, se acabaron comiendo los labios el uno al otro. Unas risillas se escapaban por parte de Cath mientras este metía sus manos bajo la tela de su vestido.

-Voy por algo de beber.-dije con cara de asco.

Me acerqué a la cocina pero allí no había nada de alcohol, tan solo zumos, coca-cola y kas de naranja.

-¿El alcohol?-le dije a un chico que venía con un vaso lleno.

-En el baño.

Agarré un vaso de plástico rojo y fui andando por donde venía todo el mundo. Todos estaban ya algo perdidos. La gran mayoría estaba tan perdida que se les caía la bebida al suelo enmoquetado de la casa.

Visualicé el baño, no había nadie por lo que entré sin preguntar. Tiré de la cortina de la bañera hacia la derecha y pude ver como la bañera estaba completamente repleta de hielos y en ella había alrededor de unas cien botellas de vodka, whisky, ginebra… Vertí sobre mi vaso gran cantidad de vodka que algo más tarde mezcle con un zumo tropical.

Me pegué a la pared de la entrada. Cath había tardado menos de lo que yo había tardado en beberme el vaso en subir a la habitaciones.

Me encontraba completamente rodeada de extraños. Bueno, no todos eran extraños. El imbecil de Harry estaba enfrente de mi, pero no estaba solo. Una chica rodeaba su cuerpo. Se movía cual gogo por todo su cuerpo. El chico sonreía pícaramente mientras que bebía una cerveza.

Cerré los ojos al ver esa repugnante escena. Si tanta necesidad tenía la chica de tirarselo que subiese a alguna de las habitaciones que había en el piso de arriba pero que no lo hiciese delante de mi.

-April.-Su voz hizo que en cuestión de segundos una inmensa depresión se apoderase de mi. ¿Qué hacía él aquí? Quise hacer como si no lo hubiese escuchado, sería lo mejor.

-April-volvió a repetir pero una de sus manos golpeó mi hombro, y por educación, me giré para verle.

-Zayn…

-Me alegra volver a verte- dice dándole un sorbo a su cerveza.-No has cambiado nada, sigues igual que cuando te vi por última vez.

-Eso será por fuera porque por dentro ya no soy la misma.

-¿Cómo te ha ido todo?-dice haciendo que mis piernas flaqueasen cuando una media sonrisa apareció en su rostro. Era extremadamente guapo. Su pelo oscuro corto, sus ojos color miel , su manía de morder con sus dientes la lengua.-¿Conseguiste convencer a tu padre para estudiar publicidad?

-Lo hice-dije entristecida al recordar todos los momentos en los que yo le había contado mis problemas. Momentos en los que Zayn había sido mi mundo.

-No conseguí la beca en California, asique me volverás a ver por aquí.

-Que mala suerte la mía.

-¿No lo has superado todavía o qué?

-¿Perdona?- dije incrédula- Te he superado, hace mucho. Pero como comprenderás, el dolor sigue dentro de mi.

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