7. Ayuda.

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Salí de la ducha con un turbante en la cabeza y una toalla que cubría mi cuerpo al completo. El sonido de mi móvil me saco de mis pensamientos. Me acerqué y tenía un mensaje de Harry.

Harry: “Esperándote abajo. O bajas en tres minutos o subo a por ti.”

Rápidamente me puse unos vaqueros oscuros ajustados a mi cuerpo  y una camisola suelta blanca. Me puse unas sandalias porque sabía que si me ponía unos tacones él entendería que yo creía que lo nuestro era una cita mientras que es una quedada obligada. Me maquillé un poco, me peiné y bajé las escaleras.

Mi padre estaba en el sofá viendo un programa aburrido que veía siempre en la tele. Cuando me vio aparecer por el salón no dudo en soltarme un pequeño grito.

-¿A dónde vas?

-He quedado con las amigas.

-¿Volverás tarde?-me dijo con ojos tristes.

-No papá cuanto antes este en casa mejor.-le dí un beso en la mejilla y me fui.

Me miré en el espejo antes de salir de casa. Comprobé que llevaba todo lo necesario para esta noche y coloqué mi mano en el pomo de la puerta. Entonces escuché unos pasos que bajaban por las escaleras. Era Trevor.

-Recuerda lo que tienes que hacer.

-Tranquilo. Sé como hacerlo.

-Confío en ti.-dijo depositando un suave beso en mi mejilla.

Salí de casa y allí estaba apoyado sobre un coche negro. Un BMW de esos nuevos que acababan de salir en la tele anunciados. Se formó una sonrisa en su rostro cuando me vio. Llevaba unos pantalones negros con unos zapatos que para mi gusto eran horrorosos, acabados en punta. Una camiseta blanca de manga corta que dejaba ver algunos de sus tatuajes. Se llevó el pelo hacia atrás con su mano derecha.

-¿Ahora me vienes a buscar en coche?-dije a medida que me acercaba a él.

-Quería asegurarme que no me pedías conducir la moto otra vez.

-Ahora puedo pedirte conducir este cochazo.

-Y digas lo que digas la respuesta será no.

-Soy buena conduciendo coches también.-miento. No tengo ni idea de conducir un coche. Sería más seguro que ir en moto pero me parecía más complicado el cambio de marchas, el uso del embrague…

-No sabes conducir.-dijo cogiéndome de la cintura y acercando nuestros cuerpos.

-Eso tú no lo sabes.

-Lo sé. Lo intuyo.

Me abrió la puerta del copiloto y me invitó a pasar dentro. Me senté y aspiré el olor a coche nuevo. Fue cuestión de segundos lo que Harry tardó en sentarse en el asiento del conductor. Me miro chequeando cada centímetro de mi cuerpo.

-Cinturones.-dijo y ambos nos los abrochamos. Cuando arrancó el motor del coche yo como una loca me puse a buscar música por todos lados.

-¿Qué buscas?-dijo sin quitar la vista de la carretera.

-Música.

Separó una de sus manos del volante y busco por el lado izquierdo de su puerta. En una de las cajoneras tenía un par de discos. Me los dio y en un susurro le dí las gracias. La música no era muy buena por lo que decidí dejar los discos en la parte trasera del coche y poner la radio.

Por unos minutos la música de la radio completo la trayectoria que estábamos realizando. Me encantaría estar cantando mientras observaba Londres desde mi ventanilla pero me daba vergüenza que me escuchase.

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