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Capitulo 9

Camila's POV
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San Valentín nunca fue mi festividad favorita, de hecho, odiaba ese día. A los catorce años, la mayoría de las chicas había recibido al menos una flor o algún chico las había invitado a salir, mientras que yo me quedaba en casa viendo los especiales de películas que pasaban. A los quince todas mis amigas —menos Dinah— tenían una cita para ese día, así que ella y yo hicimos una pijamada y nuevamente, vi un montón películas románticas que se suponía te hacían creer en el amor, pero a mí me parecía que eran pura basura. A los dieciséis, tenía a Lauren, y aunque no estábamos vinculadas de manera romántica, por primera vez no me sentí tan sola, y el especial de películas románticas fue reemplazado por una pizza y un maratón de High School Musical con ella, porque nuestros padres habían salido a festejar el día, si saben a lo que me refiero. A los diecisiete, fue la primera vez que celebré la festividad como se debía: Lauren y yo salimos en una cita, intercambiamos regalos e hicimos el amor.

Ahora, me encontraba a pocos días de cumplir dieciocho y no estaba muy emocionada por ver lo que este día de San Valentín iba a traerme.

Preparé la caja que había estado guardando en mi habitación desde que había vuelto a casa y verifiqué por última vez que todo estuviese dentro de ella. Tomé las llaves de mi auto, y fui a casa de Lauren. Al llegar, me recibió su mamá, quien me dejó pasar y no hizo preguntas de por qué estaba ahí tan temprano ni de por qué llevaba una caja enorme en las manos.

Ella entendía que se trataba de San Valentín, y es por ello que tampoco me hizo preguntas cuando le dije que necesitaba subir a la habitación de Lauren. Al entrar, me desplomé.

Había sido en ese mismo lugar en donde Lauren me había llevado a cielo, y me había dejado tirada en cuestión de minutos. Era ahí en donde Lauren y yo habíamos tenido sexo de despedida. Era ahí en donde todo entre nosotras había terminado. Era ahí en donde habíamos pasado buenos momentos, antes que malos... Y sabía lo masoquista que estaba siendo al recorrer la habitación, tratando de grabar en mi memoria la manera en que lucía y el aroma que desprendía, pero qué se le iba a hacer, si yo era así.

Dejé la caja sobre la cama de Lauren, me limpié las lágrimas y salí de la habitación. Me despedí de su mamá, y logré desaparecer de la calle antes de que Lauren llegara.

Había estado siguiéndola para ver cuál era su rutina, y así saber en qué momento ella no estaría en casa para poder dejarle la caja con mis regalos. Esa era la única manera que se me ocurría de que no la rechazara. Y luego de una semana, sabía qué hacía minuto a minuto, y el mejor momento para ir a su casa era a las nueve de la mañana, hora en la que salía a correr.

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Estuve fuera de casa todo el día, porque debía darle credibilidad al asunto de que Lauren y yo estábamos juntas celebrando nuestro amor, pero en realidad estaba en un parque, sentada en una banca llorando— porque no hay manera más patética de pasar San Valentín que lamentándote por tu ex.

Yo había arruinado una relación perfecta, simplemente porque no pude aguantar un poco más. Yo me había equivocado al irme sin avisarle a Lauren, ni intentar contactarla más veces. Yo la había lastimado a hacerle una broma, aun cuando había visto lo preocupada que Lauren estaba, aunque no me hubiese pasado nada grave... Pero yo había intentado remediar mis errores.

Desde el primer día del año había hecho todo lo posible para hacer que Lauren accediera a hablarme, para explicarle todo mejor y poder pedirle perdón por haber arruinado todo. Aunque sabía que después de haberse dejado de ese modo al terminar de hacer el amor, ella no se merecía que yo estuviese —casi literalmente— arrastrándome por ella. Pero realmente la quería de vuelta, y si ella no iba a hacer nada, entonces era yo quien debía hacerse cargo.