Capitulo 23

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Me levanté a las 10 de la mañana y fuí a darme una ducha. Cuando salí empecé a mirarme mi armario sin saber que ponerme. En ese momento llamó mi hermano Ivan.
I: ¡buenos dias! ¡Y felicidades pequeñaja!-dijo muy efusivamente.
K: gracias, y deja de decirme pequeñaja. No soy tan pequeña-le dije mientras miraba entre la ropa que tenia.
I: siempre serás mi pequeñaja... Y bueno, ¿que tal por Barcelona?-me dijo. Estaba comiendo, le oía masticar.
K: pues bien...-le dije coginedo un mono blanco que me pareció una buena opción- he conocido a alguien, pero no puedes decir nada.
I: soy una tumba, ya lo sabes. Dime, ¿con que chico guapo ya te has enrollado?-me dijo
K: ¡Ivan! No me he enrollado con él-dije y fuí al espejo a mirar como me quedaba el mono.- he conocido a Sergi Roberto.
I: ¿Qué?-dijo y pareció que se atragantaba- ¿A Sergi Roberto? ¿El futbolista del Barça?
K: Sí, pero no puedes decir nada.-le dije y fuí a cojer unos tacones para ponerme.
I: ¡Dios mio! ¿Y te has enrollado con él?-me dijo.
K: ¿Qué? ¿Estas loco?-dije, pero era mi hermano y era la persona que me conocia mejor en este mundo. Aunque él era mayor que yo (tenia la edad de Sergi) era como si tubieramos una conexion. No podia mentirle.
I: Katia no soy imbécil. Dime la verdad-me dijo con su tono serio.
K: bueno vale si, pero Ivan porfavor no digas nada. Es un secreto, y sobretodo nada a papá ni a mamá.-le dije.
I: ¡Dios mio! ¡Felicidades K! ¡Dios que fuerte! ¿Crees que deberia venir a ver si me encuentro a Shakira y hago como tu?-dijo.
K: ¿Qué? No, no Ivan no. Eh, porfavor ni una palabra-le dije.
I: Que sí, lo sé. Confia en mi.-me dijo.
K: Bueno tengo que dejarte que tengo que arreglarme-le dije y puse el altavoz para poder vestirme.
I: Vale vale, te dejo. Pasatelo bien, pero no te pases-me dijo con esa voz de gracioso.
K: Eres... Bueno venga ya nos veremos-le dije mientras acababa de ponerme los zapatos.
I: Adiós fea, te quiero-me dijo
K: Y yo a ti-le dije. Y era verdad, lo queria. Era todo para mi y era en quien siempre habia confiado. Le queria.

Sin EsperarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora