¿Hasta cuándo?

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Se mentía a sí mismo. Decir que estos tres días serían los mejores de su vida, era una gran mentira y LuHan tenía esperanzas, como las familias pobres que aun esperan ganar de la lotería y mágicamente mejorar su vida.

La lotería, el destino, la suerte, el karma. 

Fue cálido dormirse a su lado. Era una sensación que le hacía perder la cordura, porque cuando se encontraba con MinSeok, todo a su alrededor dejaba de tener  importancia. Eran solo ellos dos, en un mundo que no quería que estuvieran juntos, en un mundo que, jamás aceptaría su relación. Ellos lo sabían, ¿verdad? 

Aun así, esos tres días, serían los mejores tres días de su vida. Serían mejor que cuando estuvieron en EXO, mano cogiendo mano, sin preocupación, sin tener que fingir.
Ver a MinSeok, ver su grueso labio separado del superior más delgado, ver como duerme pacíficamente, como sueña algo quizás bonito... ¿No es lindo? Sin duda, lo es.

Ese chico de mejillas pronunciadas, que en un pasado quería abrazar como si fuese una chica. Maldita sea, ¿tan mal estaba amar a MinSeok?

Despertó a los minutos, dejando ver sus  ligeramente enrojecidos ojos. Se veía precioso, se veía simplemente como una deidad. Lo poseía, lo tenía entre sus brazos, pero sabía que su mente no estaba con él.
"Tenemos tres días antes de que ella vuelva, LuHan"
Ella siempre volvería, ¿no es así? ¿Cómo podría luchar contra una mujer? ¿Cómo se podría comparar con la comodidad, la fama y en sí, el futuro brillante?
No podía, aun así, maldita sea, aun así, ¿por qué no soñar con poder hacer eso? ¿Por qué no soñar con la vida perfecta?
Puede, él puede permitirse soñar y vivir en un mundo de fantasía, al menos, tres días. Puede quizás, esperar a la lotería, a que se alineen los planetas y MinSeok le prefiera ante todo.

—Hanniee... ¿Qué hora es? No dejas de moverte...— Escucha la voz perezosa de MinSeok, quien coge su propia almohada y se tapa de forma infantil el rostro, intentando protegerse de los rayos solares.

—¿Sí? — Mirando el reloj en la mesilla, pudo ver claramente las 12:35. Rio un poco, porque realmente era tarde. — Aún es pronto. —Le dijo, levantándose sin ánimos, mientras deslizaba perezosamente su cuerpo hacia el baño. Debía darse un baño y arreglarse, quería verse decente para Seok.

**

La mañana pasó tranquilamente para los dos, como una mañana cualquiera en la que Min se levantaba, hacía el desayuno,  mientras un LuHan somnoliento se duchaba y alistaba.
Lo vio servir la mesa, con todo tipo de comida, acompañada de dos cafés que sabía que eran sus favoritos, porque siempre era lo mismo, porque nunca lo cambiaría, para LuHan siempre sería un americano helado, para MinSeok, quizás ya no.

—¿Te parece si vamos al cine más tarde, cuando no haya gente? — Preguntó el mayor de ambos, con una esperanza casi infantil en sus ojos, que incrementó al ver el asentimiento despreocupado de LuHan. — Genial. Quiero ver un dorama que se estrenará pronto. Pero también quiero ver una película de acción.

Esperaba que LuHan le dijese "elije tal" o "no me van los doramas, no soy Tao", pero nunca dijo nada, solo llenó el silencio con un sorbo del amargo café.

LuHan estaba extraño, pero si se ponía a pensar en los sentimientos de LuHan, si por una vez en su vida no se comportaba como un completo egoísta, ¿dónde quedaría el orden?

Comieron en un silencio que fácilmente se podría denominar como uno incómodo, al menos por parte de MinSeok. 

LuHan era una montaña rusa, su ánimo bajaba y subía, su consciente lo traicionaba. A veces, se envolvía en fantasías y falsas esperanzas, y cuando se daba cuenta de que no, de que no puede ser, se deprimía. Justo así se sentía así ahora, porque despertó en una cama que no era la suya, porque en la maldita mesilla al lado del reloj, vio la foto de su amado al lado de su jodida futura mujer, y quería romper esa foto en mil pedazos.

14 días para tenerte. [XiuHan/LuMin] Finalizado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora