El sueño había conseguido dejar inconsciente a LuHan por varias horas. Fue algo necesario, su cabeza necesitaba descansar, y si no podía por las buenas, lo haría por las malas; desmallandose.
El mánager no se dio cuenta, solo cuando entró y lo vio tirado en el suelo, supo que algo malo había pasado.
No cogieron ese vuelo. Perdieran el avión entre que Han se recuperaba y desayunaba.
Asquerosa comida en asqueroso restaurante. Todo le sabía mal. Se sentía débil y quería dormir, vomitar lo que acababa de tragar por obligación, y quizás, solo quizás, caer dormido y jamás despertar, pero el mánager era alguien difícil de tragar, que ni lo dejaría solo durante todo el trayecto, no hasta pisar tierra china.
Ni siquiera le dejó cargar su propia maleta a la hora de entrar en el aeropuerto.
Él necesitaba luz, aire fresco, sin embargo lo encerraron en aquella caja de zapatos llamada avión.El avión despegaría y MinSeok no llegaba.
El avión... se iría en minutos y no pasaría como en los doramas.Y despegó, separándose de la tierra, así con ello, arrancando de LuHan la última esperanza, llevándose con esa tierra de dolor y amor su última llama brillante, que repentinamente se apagó, justo como su corazón.
Porque ya no latía, ya no bombeaba sangre. Ahora su corazón era solo un órgano muerto, junto con todo su alma. Un cuerpo vivo pero muerto, que solo servía para arrastrarse sin sentido.
MinSeok lo marcó, y no solo físicamente. Venir a Corea unas semanas antes nunca fue buena idea, no, en si jugar al amor imposible nunca fue buena idea, pero mierda, dolía, dolía como el infierno.
Por su orgullo de hombre intentó no llorar delante de personas y delante del mánager, y con las primeras lágrimas, su orgullo al igual que el amor propio desaparecieron.
Fueron unas horas difíciles, en las que pudo descansar y relajar su mente. Pudo tranquilizarse, y decirse a sí mismo que no pasaba nada. Porque realmente, esto era un punto y aparte... aprendería a vivir sin amar. Aprendería a estar vacío...
Después de bajar del avión su mánager lo dejó, diciendo que debía ir a hacer algo importante, y que su coche lo esperaba en el aparcamiento cuando quisiera volver.
LuHan asintió ante eso, mordiendo lentamente su labio. Daría un ojo por un café americano helado y algo dulce. Moría de hambre, joder que si moría.
Caminando hacia la cafetería, su móvil vibró.
Sonrió al ver el mensaje de Tao, quien había escrito un bonito "Espero estés bien, Ge. Salió en las prensas que te habías desmallado. Ten mas cuidado, o tendré que ir a cuidarte personalmente. Te quiero 💞😚"
No sabía qué haría sin Zi Tao. Esperaba volver a estar con él como estaba antes, hacía años cuando salían a cada que podían.
Sentado en la mesa, la mesera, especialmente linda, se acercó a él con una sonrisa que dejó a Lu embobado por un momento.
—¿Qué quisiera? — Preguntó, mostrando una mueca leve, solo una curvatura apenas notoria en sus labios, que Han notó.
—Un café americano helado, y algún dulce no muy dulce, por favor. — Lu no sonrió, porque no tenía ganas de sonreír por una simple mesera bonita de tez pálida y pelo largo y lacio.
Trajo el café, un café amargo que le encantaba. Siempre recordaba, cuando su madre le decía que no había nada mejor que un amargo café en una mañana triste, algo que te amargase más la mañana, y te quitase la sensación mala que viviste, reemplazandola con el aroma fuerte y la sensación fría que te congelaba el cerebro.
Siempre era Americano Helado, siempre lo sería, con o sin MinSeok, helado.
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14 días para tenerte. [XiuHan/LuMin] Finalizado
Fanfiction7 años después de haber dejado a EXO, LuHan se cruzó con MinSeok, solo para enterarse de que su amigo de siempre estaba comprometido, viviendo una aparente vida perfecta. La vida de LuHan al contrario de la de MinSeok, es una vida triste y solitar...