Suicidas

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A nadie le importa lo que pienso, a nadie le importa lo que haga si me muero o me voy, a nadie le importa, y aunque intento levantarme con una sonrisa y luchar cada día... sola estoy. De nadie voy a despedirme y en mi epitafio nada dirá. Olvidando el enojo y rencor. Un día abandonare este mundo y por fin seré feliz siendo mi alma libre.

La chica de la noche que gritaba asustada porque alguien la mataría, durmió con Roxana y Jared, ya que no querían dejarla sola, fue una mala noche para todos, se sentía la tensión en toda la casa más por el temor de que alguien iba a matar a la joven.

Al mediodía cuando todos se reunieron para comer, conversando le preguntaron a la chica sobre lo sucedido, ella solo bajó la mirada, sin responder.

-No la molesten, déjenla sola. -Dijo Roxana al ver lo incómoda que se sentía la chica. Dirige la mirada hacia Jared, y él, al sentir alguien con su mirada encima de él, mira a todos, parando en Roxana. ­-¿Conoces a la chica? ­Yo nunca en mi vida la he visto-Pregunta Roxana en un susurro, para que ella no escuche.

-Sí, he hablado muy poco con ella pero la diferencio.

-¿Y sabes cómo se llama?

-Espera, trato de recordar... sino estoy mal, su nombre es Jane.

El joven Jared fue a su habitación, ahí estaba Jane dormida. Ella tenía una playera de mangas largas, pero sus mangas se corrieron y dejaron de ocultar lo que Jane no quería que vieran... él vio unas cortadas en sus brazos.

La tomó de un brazo rápidamente. -¿¡Por qué haces esto!? -Jane se despertó asustada por el grito de Jared.

- ¡Déjame en paz!

-Espera, no te vayas.-Cerrando la puerta del cuarto para que no saliera.

-Dime qué quieres y déjame salir.

-¿Por qué lo haces?

-¿Qué?-Responde un tanto molesta por la preguntadera.

-¿Por qué te cortas las muñecas?

-Porque así libero algo llamado endorfinas, que liberan la dopamina, lo cual produce una sensación agradable; para liberar mis cargas emocionales. Si preguntas por qué se eso, una vez lo leí en un artículo.

-Jane, te puedo ayudar, no te hagas daño.

-Tú no sabes nada, no me conoces. No me molestes, no te preocupes por mí, preocúpate por ti que es lo primordial-Jane sale de la habitación enojada.

Jared quedó totalmente preocupado por lo que hace esta chica, él solo pensaba en una manera de ayudarla, pero Jared siempre quiere ayudar a todos.

-Primero debo ser realista, Jane necesita reconocer su problema y detenerse.

Al anochecer, todos listos para dormir. Jane se quedaba en el mismo cuarto de Jared, junto con Roxana, Jared y Jane se encontraban solos y sin aviso Jared abrazo a Jane con mucha fuerza haciéndole sentir su calor, para que supiera que tenía un amigo, ella empezó a derramar lágrimas en el hombro de Jared, abrazándolo aún más fuerte, este era un abrazo de esos que necesitas con urgencia y muchas veces no tienes quien te lo de. Y esos abrazos cálidos, dados con cariño, son los que te pueden salvar.

-Idiota, te odio, pero gracias lo necesitaba.

- ¡Llora, Jane! En mi hombro, puedes hacerlo, no te resignes.

- ¿Ah, qué dices?

-Nada, nada, solo llora pequeña niña-Acercándola a su pecho para secar sus lágrimas.

Los Abandonados de la calle 82Donde viven las historias. Descúbrelo ahora