Dame, dame drogas

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Jared se volvió jibaro, sí de esos que venden drogas, algunas noches se iba a barrios cada vez más peligrosos, pero todo era por el dinero. Un día le propusieron el negocio de robar junto con Yeiler, debían robar una motocicleta (seguramente era una XM 180) Jared no sabía manejar una moto en cambio Yeiler sí, entonces Yeiler fue el que manejó y Jared de parrillero amenazó con una pistola a un hombre al que debían robar, cuando se bajó de su moto apareció uno de los chicos que les propusieron el negocio, tomó la motocicleta y todos se fueron manejando. Jared no se creía lo que estaba haciendo, nunca había tomado un arma en sus manos y menos tener las fuerzas para sostenerla ya que a sus 12 años lo asustaron con una pistola de balines de metal que le dejaron moretones en su espalda, por eso le temía a las armas de fuego. Cuando estos dos chicos terminaron el trabajo que les habían pedido a ambos les  pagaron muy bien, no solo les dieron dinero, también les obsequiaron una moto. A Jared le iba muy bien con su negocio de vender drogas, cada vez le pedían más y más, eran bastantes los consumidores que ya lo conocían por expender drogas, muchos le decían: vamos dame, dame un poco más.

Él se hacía en una noche $200.000 vendiendo esa porquería a Jared no es que le gustara venderla ya que sabía los riesgos pero gracias al dinero que ganaba en suburbia ya no aguantaban hambre, pero Yeiler empezó a robar por los pagos que hacían. Por el lado de Frank ya no prostituía tantas chicas y se la pasaba peleando porque le pedían mucho a su hermana. Frank nunca dejaría que alguien tocara a su hermana y menos para acostarse con ella y mucho menos pagándole

Los Abandonados de la calle 82Donde viven las historias. Descúbrelo ahora