No sé cómo empezar esta historia, y mucho menos sé cómo terminarla.
Los 5 años de estudios habían concluidos por fin, obtuve mi título con honores y sí llámenme “cerebrito”, pero todo y eso era necesario para conseguir la beca que tanto anhelaba. Dejar mi país por dos años era lo que siempre soñaba, y ahora a mis 24 años podía ser concretado.
Por una parte era doloroso separarse de los vínculos más cercanos, como lo era mi familia y mis amigos, y por otro lado sentía la necesidad de explorar lugares nuevos y sin que nadie supiese de donde era, y ninguno de los prejuicios en donde hoy me sentía inserta.
La noticia tan esperada llego, la “Universidad de Manchester” había aceptado mi carta de admisión, admirando las grandes calificaciones en las cuales salía.
Salí del cuarto lo más rápido posible, hay estaba reunida toda mi familia viendo la televisión.
- Padres!, lo conseguí!!- Chille con emoción
- qué conseguiste?- pregunto mi hermano
- Poder estudiar en Manchester, mi doctorado en Sociología- Exclame
Si bien la noticia los enorgullecía, al mismo tiempo se percataban de que lo que estaba tan lejano de un día otro, se había hecho realidad.
-Y ahora qué vas hacer?, donde vas a dormir? Cuando viajas?- Muchas preguntas de las cuales obviamente provenían a mi madre, sin duda una de sus características era el preguntar todo y querer todos los detalles de lo que ha preguntado.
- Bueno, debo ahora ingresar a un hostal de alojamiento de turista que van a estudiar, la visa ya la saque y partiría en una semana- dije interrumpiendo sus preguntas que se venían venir muchas más.
La semana transcurrió con un tiempo bastante radicalizado, todo iba muy rápido, pareciera que el presente se desvanecía y el futuro tan anhelado ya era inmediato. Situada en mi pieza guardando y ordenando dos maletas grandes y azules, con ropa, fotos, peluches, etc.
-oye! Porque empacas tantas cosas?, que quiero que vuelvas no que te vayas a vivir allá- dijo mi madre nostálgica.
-Lo sé mamá, son solo cosas materiales, yo volveré y no te darás cuenta de lo rápido que ha sido mi llegada- dije un tanto emocionada al ver que en el rostro de mi madre se deslizaba una pequeña lagrima.
- Todo esto te hará crecer interiormente, yo lo sé- abrazándome.
“Tiempo radicalizado”, efectivamente lo fue, me encontraba en el aeropuerto despidiéndome de mi familia, con risas con tono de lágrimas.
-No me lo hagan más difícil, para mí ya es difícil volar en un avión, imagínense como será sin ustedes- Abrace a mi padre- Espero que dogi no te moleste mientras duermas- y le sonríe
-Yo también espero eso- río- Cuídate mucho hija- Se dio la vuelta para que “no me diera cuenta” que estaba emocionado
-Bueno hermanita, yo sé que te deparara un futuro esplendido, toma muchas fotos y si vez alguna británica buenaza, no olvides hacerte amiga de ella- Me guiño el ojo.
- Claro que lo hare tomi- lo abrace con fuerza, sólo quedaba la peor parte mi “madre”, intentando mantener la calma, comiéndose las uñas como de costumbre, intentando no llorar, intentando demostrarme que todo cambio es para mejor, intentando dejarme ir…
La abrace fuertemente y ella lo correspondió, me dio un beso en la frente y tomo mi cara con sus manos.
-No olvides llamarnos cuando llegues, no olvides tener cuidado y no confíes en cualquiera- dijo con la voz quebrantada