Los señores, que habían estado observando, al escuchar el último reto se acercaron a nosotros.
– Ya basta -dijo mi suegro-. Nos encontramos en un hospital.
– Papá hasme un favor ...-Le pidió su hija-. En el coche traigo un portafolio. Bájalo. Necesito que firmemos de una vez por todas los convenios del divorcio. No soporto más la idea de estar casada con este endriago.
– Yo voy -se acomidió la señora-. Tú quédate acompañando a _______.
El joven de lentes se unió a mi suegra para ir con ella.
Lo que ocurrió a continuación me hizo comprobar nuevamente lo contradictorio de la femineidad.
_______, en vez de mantenerse en pie de guerra y llevar hasta sus últimas consecuencias el pleito que había iniciado, se desplomó en el sillón de la salita para visitas y comenzó a llorar de forma desgarradora.–¿Por qué? -articulaba entre gemidos con la cabeza agachada- ¿por qué?, ¿por qué? ....
Me quedé pasmado ante la incongruente actitud. ¿Sus lamentos eran muestra de un alma desesperada que se duele hasta las raíces por algo que está pasando y quisiera detener? ¿o simplemente le gustaba llamar la atención? Al menos eso último estaba logrando muy bien.
Me sentí aplastado al verla llorando asi. Ante una reacción tan dolorida, mi enojo se tornó en confusión. De echo, no fue sino hasta que presencié su llanto, calibré además de mi enfado, la fuerza de mi afecto por ella.
–¡ Que manera de dramatizar! -dije para excluirme.
Mi suegro se sentó a su lado y la abrazó. ______ escondió el rostro en el pecho de su protector emitiendo unos gemidos lacerantes que partieron el alma a cuanto médico, enfermera y visitante se hallaba cerca.
– ¿la señora está bien? –pregunto cierta doctora que pasaba por el corredor.
- porsupuesto -contesté-. Su deporte favorito es llamar la atención.
El padre de ______ me fulminó con la mirada.
- Haga favor de alejarse -ordenó.
- Estoy esperando a su esposa con el portafolio.
–¡ Haga favor de alejarse! -exigió con un grito que terminó en falsete, al punto que se ponía de pie para encararse conmigo.
Respiré hondo. No puede, bien que ganas no me faltaron, contestarle al viejo, pero lo que yo podía decirle a él, estaba limitado por la natural distancia existente entre suegro y yerno. Me di cuenta de eso en cuanto quise atacarlo. Tal vez él podría agredirme físicamente, pero yo no lograría devolverle la misma agresión. _______ levantó el rostro y con tono deplorable me preguntó entre sollozos:–¿Por qué Siwon? ¿por qué no puedes ser capaz de respetar ni a mis padres? ¿no vez que nos has destruido a mí y a nuestro hijo? ¡No te entiendo! Eras un buen hombre y ahora ... -siguió gimiendo incontrolada como si hallase ante la tumba de su ser más amado.
En ese instante apareció mi suegra en compañía, del sujeto espigado. El entrometido llevaba el portafolio en la mano. Detrás de ellos caminaban dos policías.
La señora se aterró al ver a su hija llorando y a su esposo enfrente de mí enfurecido.
–¿qué pasó? -escandalizó– ¿le pegó otra vez?
El hombre la hizo a un lado sin contestar.
– Aléjese -repitió el padre.
–¿Quiere que dejemos a la indefensa mujercita con su amante? -me volví a _________-. Ya llegó por quién llorabas...
El apuesto jovencito se quitó los lentes nerviosamente y se los volvió a poner.
- Aprehéndanlo -exigió mi suegra a los dos policías-. Es él.
Estos se acercaron a mi.– Lo siento -dijo uno de ellos-, pero tendrá que acompañarnos.
–¿Por qué?
– Existe una orden de arresto contra usted por rapto a un menor.
–¡ Qué sorpresa! ¿Y dónde está el menor? Además, en todo caso, ustedes no están facultados legalmente para aprehenderme...
– Si lo están -intervino el cuatro ojos amante de ______–. Cualquier agente de orden público tiene la obligación de detenerlo y turnarlo a la autoridad competente.
Miré al tipo con desprecio. Ante mi suegro podría medirme pero no ante él.
– De acuerdo -convine-, sólo permítanme hacer algo urgente antes de acompañarlos.
Me aproxime al jovenzuelo y le arranqué el portafolio violentamente. Los guardias se pusieron alertas. Me senté en el sillón junto a mi esposa. La cerraja izquierda del cartapacio se abrió en cuanto accioné el botón, pero la derecha no. Tenía llave. Introduje la mano por el lado izquierdo y abrí el portafolio de un fuerte tirón rompiendo las bisagras. En el interior había un altero de papeles. Comencé a revisarlo rápidamente y a arrojarlos al aire después de comprobar que no servían. Los presentes de hayaban como estatuas sin atreverse a detener la lluvia de documentos.
Al fin hallé la inconfundible carpeta del bufete jurídico; arrugué algunos impresos más, hasta que tuve en mis manos el convenio privado hecho para agilizar los trámites del divorcio. Tomé un plumón del vademecum y firme las tres hojas con una caligrafía enorme sobre el texto.________ había dejado de llorar y me observaba asustada. Le lancé los pliegos a la cara y me puse de pie.
– ¡detenganlo ya! -ordenó el barbón; los policías se acercaron, pero yo salte para zafarme y di un golpe a la nariz del joven entrometido.
Le rompí los lentes. Los cristales se le encajaron en su delicado rostro.
–Me franturo el tabique. -chilló.
Levanté las manos para indicar a los guardias que cooperaría.
Me permitieron hacer la llamada telefónica de usanza antes de encerrarme. Hable con mi jefa Shi hye y le pedí que me enviara al licenciado de la empresa.
Una infame depresión comenzó a invadirme.
A esas horas la jaqueca producida por el whisky ingerido me estaba matando. Tenía dos años de no tomar mi una gota de alcohol. ¿por qué volví a hacerlo? ¿por qué no fui capaz de mantenerme firme en mi promesa de abstenencia? Era cierto que nunca había atravesado por conflictos personales tan enormes, pero también era cierto que en otra época de mi vida, el vino había agravado todos mis problemas...
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No a los lectores fantasmas al menos vota. ..
Nota: tienes una novela que te gustaría compartir o escribes una y quieres audiencia .. puedes comentar cual y con gusto la leeré ....
Gracias por leer
#yazRUSHERgirl #yazRUSHERgirlSUJU
Besos a tod@s ..
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"La Última Oportunidad" -adaptada- Siwon Y Tn___
RandomSi alguna vez a cruzado por su mente la idea de disolver su matrimonio, si siente que no vale la pena seguir luchando por ese trabajo o esas personas que lo han despreciado; haga un alto y dese la oportunidad de leer esta historia ... Autor: Carlos...