Las guerreras del Yin y Yang

Peleas y dicusiones.

(Ahora hablare en primero persona, con lo cual soy Vero)

-Pues queríamos hablar con vosotras, veréis desde hace años estamos enemistados con vuestro campamento...- dijo Francisco.

-Vale, muy bien, ¿y a mi qué?-dijo Sandra 

-Perdona pero os estamos hablando con educación, por lo menos hablarnos igual.-dijo Cameron

- Mira pelo pincho, eso lo sabemos de sobra...-empezó Sandra

-Perdona, ¿qué me has dicho?-dijo Cameron

-Te ha dicho pelo pincho, pero tranquilo que podemos decirte más-dije yo

-Hombre, si ha hablado la mudita-dijo Francisco

-Hombre idiota, no te había visto, hasta ahora, ¿es que eres un fantasma y no me había dado cuenta?-dije yo riéndome

-Hemos decidido que nos vamos a meter en un lío por vuestra culpa...-empezó a decir Cameron

-¿Por  nuestras culpa? las que nos hemos metido en un lío hemos sido nosotras que tuvimos que fregar todos los platos-dije yo

-Uy... que pena- se burló Francisco

-La pena que vas a dar tú cuando te borre la sonrisa de una ostia-le gritó Sandra 

-Acabamos ya, a partir de ahora cada uno por su lado veras como no os vais a meter en ningún lió por "nuestras culpa"-dijo Francisco

Y tal y como había dicho Sandra le dió una ostia.

-AAA! seras gilipo...-gritó Francisco

-YAS! tranquilo acabalo, que la disfrutes-le dijo Sandra

-Ale Sandra vayámonos que ya tienen de recuerdo de nosotras para toda la noche-dije yo

-Perdona pero solo tiene Francisco-dijo Cameron

-Uy... sí me olvidaba-le dí una patada en la entrepierna a Cameron- ale chavalote, por hablar

Y nos fuimos Sandra y yo a la casa riéndonos. Pero antes de entrar oímos a los chicos decidnos.

-No os vais a ir de rositas esta  nos la vais a pagar, ya lo veréis.

Nos metimos dentro de la casa ya de una vez, con lo cual, despertamos a todos, y interrumpimos la hora de relajación de la sensei.

-Se puede saber quien esta dando tanto ruido en mi hora de relajación?-pregunto furiosa la sensei.

-Nosotras-dijimos en unión Sandra y yo.

-Entrar ahora mismo a vuestra habitación y no salgáis en ningún momento, hasta que yo lo diga-exclamo la sensei.

Nos fuimos a la habitación corriendo, y mirando por la ventana que seguían los chicos, pero escondidos. Estuvieron un buen rato mirándonos, como si quisieran  matarnos, pero luego nos sacaron una sonrisa traviesa que dejamos de mirar por la ventana y nos tumbamos en nuestras camas.

-Que raro es todo esto, verdad?-pregunte.

-Si, pero mira el lado bueno, no nos a matado la sensei -suspiro Sandra.

-Todavía no nos a matado, pero veras que bronca nos cae luego -dije.

-Sabes, por un lado me alegro de seamos guerreras, ahí luchando contra el mal y todo eso -sonriendo Sandra.

-Vaya cosas raras que nos pasan, y encima a nosotras tendría que ser -suspiro.

-Ya te digo tía, y si hacemos algo divertido, como venganza para eso capullos?-pregunto Sandra vengativa.