Un ídolo en Australia.

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Pasaron unas horas que dejamos a los chicos en el callejón y nosotras volvimos al hotel. Sandra como que no los echaba de menos porque estaba tranquilamente en el sofá viendo el fútbol, pero yo en cambio los llamaba por teléfono y no me lo cojia ninguno, así que decidí ir en su búsqueda.

-Sandra me voy a buscar a los chicos-dije abriendo la puerta.

-Si si, que te vaya bien-dice Sandra sin despegar la vista de la televisión.

Estaba pensando en mis cosas, hasta que llegue al callejón y vi a Cameron y Francisco en el suelo tirados, fui corriendo a ellos y estaban vivos por lo menos.

-¿Chicos estáis bien?-pregunte preocupada mirando las heridas de Cameron.

-¡Hombre tu que crees!-dice Francisco sarcástico.

-Vale, vale venga vayámonos al hotel que estará Sandra preocupada por vosotros-dije ayudándolos a andar.

Cuando llegamos Sandra estaba preparando la cena, y cuando vio a los chicos con la cara deformada, fue hacía nosotros.

-¡Pero que os a pasado animales!-dijo Sandra cogiéndole de los mofletes a Francisco.

-Como sois tan buenas ayudándonos a luchar contra los que casi os violan pues tuvimos que hacerlo nosotros, como no...-dice Francisco.

-Haber es que tenia que haber paz, amor igualdad animal obviamente-dice Sandra riendo- ale tirar a ducharos que vaya pintas me traéis de dementes.

Los chicos se fueron a ducharse y Sandra y yo nos fuimos a poner los pijamas que eran estos:

Cuando ya estaba la cena hecha que era pizza hecha por Sandra, llamamos a los chicos para que salieran ya y cuando salieron se partieron el culo con las pintas que llevábamos

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Cuando ya estaba la cena hecha que era pizza hecha por Sandra, llamamos a los chicos para que salieran ya y cuando salieron se partieron el culo con las pintas que llevábamos.

-Tu de que te ríes cara anchoa-dijo Sandra seria.

Francisco se acerco a Sandra le cogió de los mofletes y...

-Ay mi chiquitina que pijamita me lleva-dice Francisco imitando la voz de Sandra-¿quieres que te cuente después un cuento para dormir?

Sandra de ya aguantar suficiente le dio un puñetazo en el estomago y se fue a sacar la pizza del horno, mientras Francisco se retorcía del dolor del puñetazo en el suelo.

Cuando terminamos de cenar, que estuvo muy rica la pizza nos quedamos viendo una película de miedo con los chicos. Cameron me abrazaba a mi y Sandra lo tenia bastante apartado porque cada vez que se acercaba a ella le ponía la mano en la cara y lo apartaba.

En una parte de la película me asusté tanto que fui la única porque Sandra ni se inmutó, me abrace fuerte a Cameron escondiéndome en su cuello.

-Tranquila miedica, aquí esta tu príncipe azul para rescatarte-dice riendo Cameron.

Las guerreras del Yin y YangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora