Capítulo 4

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Sueños

Senderos verdes llenos de hermosas flores incrustadas, una enorme laguna al finalizar del tramo y miles de luciérnagas adornando la fría noche. Mis ojos viajan de un extremo a otro no creyendo el lugar en donde estoy. Visualizando una enorme roca al lado de un hermoso árbol de cerezos. Mis ojos se agrandan al ver el hermoso espectáculo nocturno,me quedo más que sorprendido de la brillante figura que se encuentra descansando pacíficamente sin temor alguno. No pude evitar reírme de la extraña situación en la que estoy metido.

Con sigilo me acerco a una distancia prudente de aquella hermosa mujer que me tenía hipnotizado. Ocultándome en la oscuridad de la noche, admirando la silueta de aquella hermosa dama. ¿Quién es?.
No he visto su rostro aún, pero déjenme decirles que es lo más bello que he visto en mi vida.

Una ninfa, un hermoso ángel que ha bajado del cielo. Apoyada en el tronco del árbol, luciendo más que inocente. Contempló con más profundidad el ambiente. Observó en el suelo una fogata casi extinta y una mochila verde en el suelo, acompañando a un libro solitario arriba de el. Trato de ver más pero la luz de aquella fuente de calor se va desvaneciendo poco a poco.

Me acerco más y como por arte de magia puedo apreciar el rostro de aquel hermoso ángel. Cabello azabache, piel de porcelana, nariz refinada. Pestañas largas y rizadas que en el momento se encuentran cerradas descansando con gracia en su hermosa piel. Labios de ensueño, brillantes y apetecibles.

Todo en esa inigualable dama es hermoso. ¿Vaya Naruto Uzumaki pensando así? No puedo ni imaginar las carcajadas de todos al escucharme hablar así. Sonrío al pensar que dirían. De pronto me percato que su hermoso rostro empieza a dar inicios de despertar y con rapidez me oculto detrás del árbol viendo como aquella dama se levanta de dónde descansaba y mira a su alrededor buscando algo que no logro identificar. Cuándo lo encuentra sonríe con naturalidad y se acerca a ello.

Mi corazón comienza a palpitar como loco pues aquella chica se da la vuelta en dirección a dónde me encuentro escondido. Comienzo a rogarle a Dios que no me vea, que no me encuentre espiándote y al parecer mis plegarias fueron escuchadas pues está hermosa mujer se detiene a medio camino. Recogiendo algo que no logré ver que era. Pero lo que sí logré ver, es quién era ella. Esa hermosa dama, ese hermoso ángel caído del cielo. Hinata, era ella.

— ¿Dónde dejé mis provisiones?
—Susurró— ¡Aquí están! — Vaya que me salve de no ser visto, me dije. Tratando de calmar a mi alborotado corazón.

—¡¿Quién anda ahí?! —Rayos lo dije en voz alta, ¡Ay, Dios! —¡Byakugan!

—¡Tranquila! —Rogué— Soy, soy yo Hinata. —Dios apiádate de mí..

— ¿Naruto-Kun? —Preguntó sorprendida, desactivando su Byakugan. Gracias Dios, lo amooo ¿Qué haces aquí?

—¡Hola! Yo no estaba espiándote, solo pasaba por aquí y me sorprendió verte tan hermosa durmiendo y me quedé a ver que nada te pasará ¡No! Digo, no sé qué hago aquí. La verdad es que, no sé cómo llegué aquí. —Admití avergonzado, evadiendo su mirada.

Escuche una dulce risa que me hipnotizó por completo, levantando la mirada la ví ahí riendo para mí tan amigable. Contagiándome su precioso reír.

—Naruto-Kun está tan nervioso.—Se burló acercándose a mí.

— No, yo estoy bien. —Argumenté ruborizado, sin mirarla.

—Es gracioso ver a Naruto-Kun así, es bastante lindo. —Sonrió posando una mano en mi frente— Naruto-Kun ¿Te encuentras bien?

—¡Estoy bien! 'ttebayo!—Afirme con una leve sonrisa.

El Cambio De Hinata [ Naruhina ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora