ENCUÉNTRALO
-Todos lo buscan, eso te lo aseguro -su compañero rodó los ojos y negó.
-Eso dices tú. La triste y dura verdad es que algunos le huyen al solo escucharlo -el primero negó.
-Como tú mismo dijiste: algunos. ¿Qué crees que hacen los otros?
-¿Imaginar que no existe y así ser felices? -golpeó su cabeza y este lo miró frunciendo el entrecejo.
-Que no.
-Sí, y ya deja de soñar que eso es posible.
-Es posible, existe, sucede, justo ahora.
-Ya basta, deja de...
-No voy a perder la esperanza, como tú. Eso te lo apuesto.
-¿Ahora quieres apostar? Si sabes que vas a perder.
-Eso es lo que tú crees. Te aseguro que soy capaz de demostrártelo.
-¿Estás tan seguro de ello? -preguntó levantando una ceja.
-Tan seguro como poner lo que quieras en juego.
-¿Lo qué quiera?
-Lo que quieras -aseguró.
-Es tentadora tú oferta -dijo tocando su barbilla.
-Lo voy a conseguir.
-No estés tan seguro.
-¿Y por qué?
-Porque sé que no existe alguien allí buscándolo.
-Lo buscan, te lo aseguro.
-Lo que buscan son otros asuntos por así llamarlos... más tangibles, más carnales si me entiendes ¿no?
-Eso es lo que tú piensas.
-Eso es lo que llevó viendo durante años y me he hecho a la idea de que no existe alguien que busque algo más que eso.
-Hay humanos que lo buscan, buscan encontrar aquello y así ser felices.
-Pues yo no lo creo.
-Los hay, los he visto.
-Yo no.
-Tú vez la manera en cómo se comportan, lo que muestran, cómo actúan, lo que dicen. Yo veo lo que ellos ocultan, lo que se esconde en el fondo de su alma, en un pequeño rincón. Puede que digan que no. Puede que lo nieguen, que lo utilicen, que lo manipulen. Pero todos quieren al menos poder tocarlo. Hay algunos que se les escurre de los dedos por no saber como manejarlo y...
-Yo solo te estoy diciendo que no lo busca, no estoy metiendo eso. Eso es otro asunto -le explicó y él asintió.
-Solo te digo. Hay personas que aún creen en él, que se aferran a esa esperanza.
-Pero no lo consiguen.
-Lo hacen, lo verás.
-¿Acaso ya conseguiste a tus conejillos de indias? -preguntó y este rodó los ojos.
-No los llames así, tienen nombres. Y pues para tú información en ellos te voy a mostrar que aún existe en ellos.
-¿Eso crees?
-Te lo aseguro, ya verás. Si pierdo... iré a hacer tus guardias con ese niño problemático que tienes...
-¿Con ese pequeño monstruo?
-Con él mismo pequeño travieso. Si tú ganas yo iré a cuidarlo por ti. Y si yo ganó, tú cuidaras al mío -él miró su mano extendida en frente.
-¿Cuánto tiempo?
-Pues... diez años. ¿Te parece?
-No es mucho, pero... con ese niño la eternidad se vuelve más corta -sonrió y estrechó la mano.
-Te voy a demostrar que existe, que está allí y lo que hacen con él.
-Primero deben de buscarlo. ¿No? -este negó.
-Ya lo hacen, siempre lo hacen. Lo primero que deben de hacer es encontrarlo. Puede que duden, que no estén seguros de que es. Tienen que aprender a diferenciarlo de otras sensaciones, de razones equivocadas. Y cuando lo hacen, ese es el principio...
-¿Del fin?
-De tener una razón de ser-su amigo bufó.
-Quiero verlo.
-Lo harás -aseguró.
-Es imposible que me vuelvas a hacer creer en eso.
-Lo harás, eso te lo aseguro.
-Soñar no cuesta nada, lo que cuesta es levantarse luego de haber caído.
-Ya lo verás, lo verás...
Antes que nada, deben de encontrarlo. Siempre es en par, uno es con el otro. No hay de otra, solo no lo confundas, escoge y entrega sin esperar nada a cambio. Aunque si solo es el correcto, no hará falta... él dará lo mismo.