-¿Enserio te la planeas pasar un domingo en la noche viendo películas? ¿Recuerdas que teníamos algo que hacer? -preguntó desde el marco de la puerta y encendió la luz de la segunda sala. En la cual había un sofá, equipos de sonido, una videoteca, un televisor. Por completo oscurecido a causa de las cortinas-. ¿Otra vez estás llorando?
-Soy patética -dijo escondiendo su rostro en el almohadón. Ella se acercó, se sentó a su lado y acarició su espalda.
-Ya Steff, solo... un momento ¿es el Titanic? -ella asintió mientras su cabeza seguía en el almohadón- Tú lo odias -recordó-. ¿Qué ocurre realmente? -levantó levemente su cabeza del almohadón.
-Leonardo Di Caprio es encantador, pero... pero... -y volvió a sollozar-. El capitán se hunde con su nave-dijo saliendo una lágrima y su amiga entendió.
-Leonardo Di Caprio puede morir ahogado y tú lloras por el capitán. ¿No?
-Por los músicos y por la pareja de ancianos en el camarote -dijo sorbiendo su nariz-. Y pensar que eso en... en verdad pasó y que... que...
-Eso pasó hace demasiado tiempo, fue una tragedia. Pero si te diré que cambio la manera en como el mundo vio la navegación y que... ya Steffany -dijo al verla llorar-. Tú nunca estás así de sentimental, siempre lloras en esas escenas pero luego se te pasa. ¿Qué ocurre en verdad? Esa película la has visto hace bastante tiempo y te declaraste que la odiabas.
-Solo que...
-Steff
-Perdón sí, solo que... ando sensible.
-No me vengas con que ya te...
-No -la interrumpió imaginando que pensaba-. Eso no.
-¿Entonces? Porque la única razón en que parece lógica para que te pongas así es...
-El internado -dijo siendo en parte verdad.
-El último día de clases, casi incendias el esqueleto del Laboratorio -recordó.
-Es que este será nuestro último semestre antes de la universidad.
-Steff -dijo enternecida y la abrazó-. Así me mude a la China sabrás siempre de mí, como yo de ti -ella sonrió y limpió su nariz-. Ya mi máquina de...
-Carol -llamó la atención
-Perdón, ya cálmate Steffany. No me gusta verte así.
-Lo siento, pero tenía que des sestresarme con algo -le explicó-. Es que... recordé algunas cosas y...
-¿Qué? Si es con lo de... lo del internado. ¿No? -dijo un tanto enfadada-. No me vengas con que...
-No de nuevo, no debí de mencionarlo- Se lamentó sabiendo que su amiga la conocía-. No debí de...
-De mencionar al hombre que dejará de serlo si me provoca así sea un poco.
-Carol -retó-. Solo...
-Solo espero no extrañe sus...
-Carol
-Lo sé, lo sé. Es ilegal si no tengo un título que diga que puedo, cortar, mutilar, degollar, cercenar o amputar cualquier parte de su cuerpo.
-Ni colocar píldoras <<especiales>> en su agua natural. -Carol sonrió con malicia.
-Aún falta que le rompa un florero en la cabeza pero... no me digas que no te gusto verlo correr por la cafetería conteniéndose.
-No entiendo hasta ahora de donde sacaste esos laxantes.
-Tengo mis métodos. Me conoces. Una llamadita a unos amigos de papá, un leve problemilla con el transito lento. Ya sabes -ella sonrió y apagó el televisor que enarcaba los créditos-. No creo que solo sea eso ¿o me equivoco? -ella echó un largo suspiro.