Un sutil aroma de un perfume ahora común en las mañanas lo hizo sonreír mentalmente, apretó sus brazos constatando que ella estaba a su lado, lo cual era verídico. Abrió uno de sus ojos y sonrió de medio lado al ver como su cabello caía sobre su hombro cubriéndola, acerco su mano a su rostro y quitó un mechón que caía sobre este. Estaba seguro que al momento en que se levantará de allí un tremendo dolor de espalda llegaría pero... valía la pena.
Nunca había hecho algo así, nunca alguien lo había impresionado de tal manera en como ella lo hizo. Estando sobre el escenario sintió algo al verla allí, estaba parada observándolo. Por un momento sintió como si su alrededor no existiera, olvido por completo estar sobre el escenario. Lo olvido hasta que Louis tocó su hombro y llamó su atención, no lo había notado y era... raro y único.
Podía quedarse todo el tiempo observándola, era muy simpática y tenía un lindo comportamiento. Su cabello castaño a media espalda y con ondulaciones al final le hacían sentir un cosquilleo al sentirlo sobre su brazo, sus pómulos salidos resaltaban su rostro, sus pestañas largas y esa pequeña y redonda nariz, sus labios no tan gruesos pero atrapantes era algo que tenía que probar, sus ojos chocolate con un brillo... algo, especial. Tenía algo especial y único, no era como todas las chicas que había conocido. Se autoproclamaba rara y... ¿bruja? Era extraño pero lindo. Ni llevaba una semana de conocerla y se conocía hasta cuantos lunares tenía en su rostro, bueno ni eran demasiados. Uno sobresalía al sonreír, no era muy notorio casi indivisible estando lejos pero por la cercanía lo había notado, un pequeño lunar diagonal a unos cuantos centímetros de sus labios, que al sonreír sobresalía. Y un lunar que no estaba en su rostro sino entre el cuello y este. Específicamente al lado izquierdo en su cuello cerca del lóbulo de su oreja que solo al girar la cabeza se notaba.
Era extraño todo eso, pero le agradaba. Le agradaba esa sensación de sentir a alguien entre sus brazos al dormir. Usualmente se daba la vuelta para dormir pero con ella... no sabía como pero con suerte no había caído en toda la noche de ese sofá con ellos dos dormidos así. No sé había movido en toda la noche. Llevarla al cine y estar peleando con palomitas fue interesante y divertido. Se hubiera quedado toda esa mañana observándola pero no era posible, bueno solo si no...
-Señor despertador, pido cinco minutos más -dijo al escuchar el sonido de su teléfono al sonar. Se revolvió ocultando su rostro en su pecho a lo que soltó una risilla al escucharla decir ello
-Despierta, tengo que contestar -le dijo a lo que vio cómo se levantaba de golpe y lo miraba extrañada
-¿Harry?
-¿Quién más creías que era? -ella se sonrojó
-¿Dormimos juntos? -ahora él la miro extrañado
-Algo así -dijo juguetón- Buenos días -habló besando su mejilla- Solo contesto -dijo a lo que ella se separó y él alcanzó el teléfono que estaba en el bolsillo de su chaqueta al pie del sofá
-¿Qué preparas? -habló enrollando sus brazos en su cintura a lo que ella respondió dando un pequeño salto
-Me asustaste -dijo apartándose un poco
-¿Te sucede algo? -le dijo algo extrañado ya que hace unos días cuando hizo lo mismo no reaccionó así
-Nada solo que...
-¿Qué? -dijo él a lo que ella volteó de la estufa hacía él
-¿No crees que es muy extraño? -levantó una ceja confundido- Lo nuestro Harry -él sonrió de medio lado y ella se sonrojó- Es decir...
-Tranquila -habló tocando su barbilla, a lo que ella separó su mano de su rostro y él la miró extrañado
-No soy ninguna tonta para que lo hagas -dijo un tanto molesta, pero al ver su cara de extrañez cambio su semblante- Perdón Harry yo...