Comenzó a sentir que algo le lamía la mano. Se despertó y vio a su mascota jugando con su mano que estaba en su cintura. Sonrió
-¿Con qué fuiste tú él que hizo lo de anoche? -le dijo, mientras le acariciaba la cabeza- Te debo una -había pasado toda la noche abrazado a Steffany, y era la primera vez que solo abrazaba a alguien y dormía. La veía y exploraba cada rincón de su rostro con su mirada era tan perfecta, sin importar que estuviera desmaquillada, con el cabello desarreglado, se veía preciosa. Con sus dedos rozaba su rostro, no dejaba de observarla. Notó que eso le causó un cosquilleó y despertó.
-¿Harry? -dijo entre dormida
-Buenos días -besando su frente, lo cual hizo que ella sonriera-Lamento haberte despertado.
-No te preocupes pero... ¿acaso ya amaneció? -preguntó extrañada- Yo solo cerré durante un instante los ojos y me he quedado dormida.
-Si no me crees voltea y verás que no miento, pero espera abro las persianas y así lo veras, hasta mientras cierra los ojos. -ya que atrás se encontraba un vitral que dejaba pasar algunos rayos de sol.
-No lo harás si no me sueltas -sin notarlo él la estaba sosteniendo aún en sus brazos. Sonrió avergonzado, la soltó, se levantó, abrió por completo las persianas y se volvió a recostar al filo de la cama. Steffany volteó y se topó con un pequeño gatito, pero lamentablemente como volteó sin darse cuenta de su presencia, hizo que este maullará y ella se asustara. Dando ella un giro que hizo que Harry y ella cayeran de la cama.
-Auu -le dijo Harry, puesto que él fue quien recibió todo el golpe de la caída ya que ella cayó encima de él.
-Lo siento, es que... -se quedó callada, se había perdido en la mirada de Harry, aunque varias eran las veces que se había topado con aquella mirada, está vez era la primera en la cual la había visto claramente, ya que las otras habían sido por la noche. No sabía que decir, su corazón se comenzó a acelerar cada vez más y más. Era algo raro y... no, no podía sucederle. Vio su rostro, era magnífico. Harry al igual que ella se quedó en silencio, la veía y no pensaba nada más el poder besarla, acercó su rostro, ella igual, los dos sintieron el rozar de sus narices, sintieron su respiración, su aliento.
-Miau... -maulló el animalito, trayéndolos de vuelta al mundo real.
-Este... yo...es mejor que regrese a casa, tengo que... -mientras bajaba la mirada y se levantaba.
-Gracias -murmuró con sarcasmo al pobre gatito que jugueteaba con una almohada -Espera -mientras Steffany buscaba su ropa.
-Harry me tengo que ir. No he pasado la noche en casa y mis padres... no puede ser lo olvide por completo -mientras buscaba debajo de la cama sus zapatos.
-¿Qué pasó? -le dijo preocupado.
-Mi padre me iba a llamar hoy y... por quedarme a dormir contigo, no sé sí...-mientras notó la sonrisa pícara de Harry- Digo que nosotros, es decir yo... -mientras se sonrojaba- Mejor ayúdame sí.
-No te preocupes, tú y yo sabemos que paso anoche -mientras le guiñaba el ojo derecho y sonreía. Y ella bajaba la mirada.
-Cualquiera pensará, por como lo dices, que fue... mejor olvídalo sí, antes que diga una tontería. No deseará que mis padres se enterarán que pase la noche con...
-¿Conmigo? -interrumpió él- ¿Qué tan malo es?
-Harry eres maravilloso y cuando digo contigo, no me malinterpretes, pero... Harry Styles es sinónimo de Casanova, mujeriego y todo aquello.
-Hace dos días ni siquiera sabías mi nombre, ni quién era.
-Pero después de que me lo dijiste me entere.