CAPITULO 9

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CAPITULO 9

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"...Y sin tener ninguna prueba que demuestre lo contrario de esto, y siendo el señor Justin Bieber culpado de dichos delitos como lo es de Austin Norris y Lucky Blue, siendo culpado de otros crímenes de bajo rango, entonces la decisión será..."

– ¡DETENGASE! – grite entrado a la sala de juicio. Unos oficiales intentaron detenerme. – ¡TENGO PRUEBAS! – grite llorando.

– ¿QUIÉN ES USTED? – preguntó el Juez.

–___... – escuche que dijo mi padre y no le preste atención.

– ¡TENGO PRUEBAS DE QUE ESTA EN LO EQUIVOCADO! ¡ÉL NO ES CULPABLE! – dije llorando

– ¡SUÉLTENLA! – ordenó el Juez. Coloqué mi mano en el abdomen, comenzaba realmente a doler. Enfoque mi mirada buscando a Justin entre las personas. Vi unos oficiales sostener a un hombre, sostenerlo a él, con la cabeza cubierta con una funda de tela negra y las manos esposadas atrás en su espalda. Mi corazón dolió al verlo así, al otro lado estaba Ryan quien me miraba preocupado por mi aspecto, y John, quien parecía estar aún molesto. – ¿TRAJO LAS PRUEBAS CON USTED? – me pregunto el Juez.

–Sí. – dije mirándolo mientras mi cuerpo temblaba por el dolor que sentía pero esto era mucho más importante. Vi de reojo a Justin removerse entre el agarre de los oficiales. Apreté mi mandíbula para no salir corriendo hasta donde estaba él y abrazarlo.

–Bien ¿Dónde está? – me miro intimidantemente el Juez. Tome mi cartera y saqué el CD que traía, lo mostré, él asintió. – Tendremos un receso de unos cinco minutos. – Dijo el Juez y se puso de pie. – Traigan a la testigo a mi oficina. – Comentó.

Mire a los lados, todos se colocaron de pie y vi cómo se llevaban a Justin a otro lugar. Ryan quiso decirme algo pero al mismo tiempo los oficiales me tomaron por los brazos y me llevaron fuera de la sala, luego me dirigieron a una oficina. – Pase. – Dijo uno de ellos mientras abría la puerta para que yo pasara.

Tragué grueso y asentí. Pase y me encontré con una amplia oficina, decorada con cuadros de honores, algunas medallas, y un par de trofeos, al final un escritorio de madera, vi de una puerta salir a Juez y dirigirse a su escritorio. – Bien. – dijo sentándose. – Hablemos, cuénteme su testimonio y muéstreme la prueba. – me miro. Asentí y camine hacia él. Llegue al escritorio y me senté en la silla que me correspondía.

–Me llamo ___ Jess...– empecé.

– ¿Es usted familiar del señor Kalvin Jess?

Asentí. – Su hija. – baje la mirada y luego lo mire a los ojos. – Por desgracia. – apreté mi mandíbula.

–Y usted... viene a favor del acusado o va a complementar con pruebas para colocarlo preso.

–Vengo a favor del acusado. – comente, él frunció su ceño. – El asesino acá es... el Señor Kalvin Jess.

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