Capitulo Once.

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Lalala
El ganador lo leen al final... ¡Sorpresa! 


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Al llegar a casa, entre en la cocina rápidamente, y pude ver a Denise con un delantal rosa haciendo magdalenas, me senté en el taburete y tome una, estaba deliciosas.

— ¿Te gustan? 

— ¡Estan geniales! —Exclame.

— Que bueno que te gusten, es la primera vez que las hago, tu padre se ha antojado.

— El parece que esta embarazado, algunas veces.

— ¡El tiene mas antojo que una embarazada! — rió.

— Quizás deberíamos llevarlo hacerse el chequeo, ¿Cuantos meses tendrá?

— ¿Con esa barriga? algunos seis o siete. 

Mi padre entro en la cocina y sonrió al ver las magdalenas en una bandeja, tomo uno y lo mordió haciendo un sonido de aprobación, no aguante la risa y se me escapo contagiando a Denise, mi padre nos miro con el ceño fruncido.

— ¿Y a ustedes que? 

— Papa, ¿te encuentras bien? ¿No has tenido nauseas en estos días, o meses? —Denise rió.

— No, ¿De que están hablando? — Su cara se formo en una mueca rara.

— uff — Denise puso una mano en su frente. — Pensamos que estabas embarazado.

Mi padre abrió los ojos y su boca se formo en una gran "o", puse mi cara triste.

— Pensé que tendría un nuevo hermanito. — Tome otra magdalena saliendo de la cocina.

Subí a la habitación de Derek, el estaba sin camisa sentado en su escritorio, dibujando algo en una hoja en blanco y su laptop encendida donde se podía ver pasos para dibujar un conejo. Reí y deje mi mochila encima de la cama.

Me senté como un indio en la cama y me dispuse a observarlo, como su musculo se tensaba al dibujar parece tan concentrado, con su boca entre abierta y rosada y los dientes asomandoses, su cabello cayendo hacia adelante y sus ojos pegados al papel.

— ¡Listo! — se paro triunfante y me miro, se acerco a mi. — ¡Lo tengo! cierra los ojos. —Cerre los ojos y sonreí. —abrelos.

La hoja estaba delante de mi, lo que se supone que era un conejo, un ovalo grande era su cabeza, dos pequeños círculos para los ojos, las orejas, la pequeña nariz y una rayita para la boca, no tenia cuerpo solo cara.

— ¡Me encanta! — Reí, parecía un conejo como los que dibujaban los bebes, pero su esfuerzo me encantaba. 
 
— Genial. —Sonrio. — ahora me debes un premio. — El estaba frente a mi y puso su boca como pato y cerro los ojos. Se veía tan tierno con sus mejilla sonrojadas y su cabello revuelto.

Me acerque a el y le di un pequeñ beso. el abrió los ojos cuando me separe y sonrió, se abalanzo encima de mi y pego sus labios con los mios antes de dejarme protestar por aquello. mierda, sus labios estaba suaves y por alguna extraña razón le seguí el beso. 

Abrí mis labios y el introdujo su lengua dentro, lleve mis manos hasta su nuca y agarre su cabello, el mordió mi labio inferior, sus manos vagaban por mi cintura desnuda ya que había subido mi blusa, una de sus manos fue hasta mis pechos y los apretó, gemí, ¡Dios mio libérame de toda tentación! 

Lleve una de mis manos hasta su pecho desnudo. Escuche algún sonido a lo lejos, pero no me detuve, no quería hacerlo, el sonido otra vez, mierda. Derek se separo y llevo su mano hasta mi bolsillo trasero y saco mi teléfono y comenzó a teclear en el.

— ¡Suelta! — Tome mi teléfono y marque la contraseña, Derek seguía sentado ahorcada encima de mi. Abrí el mensaje. 

Lana: 
Esta noche fiesta en casa de Michael.
Paso por ti en la noche
xox

Le respondí con un simple "bien" necesitaba divertirme.

— ¿En que estábamos? — sonrió y coloque una mano en su pecho para detenerlo, Dios mio había besado a Derek y me había gustado y eso es lo que mas me enojada.

— Para, esto no esta bien.

— Nada ha estado bien en nosotros, igual lo hacemos.

— Hablo enserio. — Me deshice de el y me pare de la cama ¿Porque me había gustado tanto? mierda. Tome mi mochila y salí de la habitación, me senté en el sofá de la sala, y saque los libros necesarios de mi mochila.




Mi teléfono vibro en mi pierna.

Lana:
Estoy llegando, espero que estas lista.

Mierda. el tiempo se me había ido, subí corriendo las escaleras y abrí la puerta de Derek, el estaba durmiendo en su cama ¿Derek durmiendo un viernes en la noche? Eso si es raro. tome la toalla y me encerré en el baño.  

Me vestí con una falda negra bastante corta y pegada, un top rosa donde se veía mi ombligo y converse negra, odiaba usar tacones para ir a bailar, coloque un brazalete en mi tobillo y me coloque un poco de pintalabios rosa.

Escuche el timbre del baño y solté mi cabello rápidamente, salí del baño y Derek aun seguía durmiendo.

Baje las escaleras y encontré a Lana en la sala hablando alguna cosa con Denise, la tome del brazo y salí de la casa gritando "Adiós" antes de que papa me detenga por no haberle avisado siquiera.

Entramos en el pequeño volkswagen amarillo de Lana.

— Oye, ¿Que es eso en tu cuello? — Abrí los ojos y baje el espejo. mirando mi cuello donde había un gran chupón rojo. mierda ¿Cuando Derek había hecho eso? Ni lo había sentido.

— Me golpee. — Mentí.

— Eso no parece un golpe, Lia. — Entrecerró los ojos.

— ¿Y tu que crees que es? 

— ¡Un chupón! ¿Con quien estuviste besándote, Lia? 

— Si te cuento, chocaras el auto.

— Anda, cuenta, puedo manejar esto. — Apretó el volante. 

— Pues... con Derek. — Dije entre dientes. el auto se movió bruscamente y me sostuve del cinturón. — Mierda, lana.

— Diablos Lia, debiste decirme que era así de gran noticia. 

— ¡Te lo dije! 

— ¿Es bueno? 

— ¡Es Genial! Ash, no se porque me gusto tanto. mierda algo esta mal conmigo, lana. 

— Te dije que Derek te gustaba, no te lo volveré a repetir. 

— Derek es un idiota, ¡Y no me gusta! 

— Es lo que quiere, porque te gusta tanto que tratas de meter en tu cabeza lo idiota que es, y para tu información Derek esta buenísimo, si no lo quieres ve avisando, yo me lo quedo. — Ella sonrió.

— Tu ya tienes a Michael. — Gruñi.

— ¿Y eso que? puedo darle una oportunidad a Derek.  — Ella me guiño el ojo y fruncí el ceño ¿Y si lana realmente le da una oportunidad? Ay Dios mio,

— No quiero que hagas eso.

— ¿Por que? — Ella sonrió.

— Porque no quiero. — Mire a la ventana. 

— ¿Porque no quieres? eso no es una maldita Justificación. 

— Porque... ¡Diablos! Me gusta Derek — no se porque sentí un gran alivio en mi interior, suspire y recosté mi cabeza en el asiento, lo había admitido y me siento una mierda por eso. 

— Lo sabia. — Sonrió. — Ya hemos llegado, Recuerda que eres virgen Lia y no quieres entregar tu virginidad a cualquier idiota que se te pare delante ¡Te estaré vigilando! 

Asentí y abrí la puerta del auto, la casa de Michael era enorme, habían personas por todas partes con un vaso rojo en la mano, la mayoria.

Lana desapareció rápidamente de mi vista, me acerque al bar y pedí una coca-cola, el chico de ojos miel me entrego uno de esos vasos rojos, le agradecí y camine entre las persona sudorosas que bailaban, me senté en una de esas sillas altas, con la pequeña mesa circular.

— Tan linda, y tan sola. — Escuche en mi oído, Logan se sentó en la silla del al frente y sonrió. 

— Siempre pasa. 

El rió. — ¿Quieres bailar? 

— Si, por favor. 

El sostuvo mi mano ayudándome a bajar del asiento y nos adentramos a la pista, la canción era bastante movida, el se pego a mi lo suficiente y se meneo al ritmo de la musica, me deje llevar por sus movimientos. 





¡Dios! Mi energía estaba a millón, sentía que podía volar en cualquier momento, la fiesta se había puesto mas encendida y yo me sentía como un arcoiris. le dije al chico del bar que me de lo mas fuerte que tenga. ¡Mierda! esto quema mucho, sentí como el liquido bajaba por mi garganta. 

— Lia, ¿Que te pasa? — Una rubia se acerco a mi, creo que era Lana. 

— Ay dios mio, quiero tener sexo. — Tome su mano y la lleve hasta uno de mis pechos. —Estoy tan caliente. 

— Mierda, Lia ¿Como te metiste en esto? — empecé a reír sin razón, solo se que todo me parecía divertido. ¡Dios mio! estoy viendo ponys. 

— Lana, voy a decirte un secreto. — Me acerque a su oído.  — Me gusta mi hermanastro y eso es jodidamente malo. — Me reí otra vez y mi vista empezó a ser borrosa. — Mierda, veo ángeles. 




Derek.- 

El Ruido de mi teléfono me saco de mi sueño. mi maravilloso sueño, donde me follaba a mi hermanastra sin ningún problema, tome el teléfono de la mesita de noche. Lia ¿Que hace Lia llamándome? o mejor dicho ¿Donde mierda esta Lia? 

— Hola, soy lana, la amiga de Lia, estamos en problemas. — Parecía desesperada. — ¿Podrias venir a la calle Sthepano 53? ¡Dios! Lia no te subas en esa mesa. — Fruncí el seño. — Escucha es una emergencia. 

— Estoy de camino. — Corte la llamada. 

Tome mi camisa y me la coloque y luego la chaqueta negra, salí de la casa rápidamente y entre en el auto arrancando, mierda Lia si estas borracha voy asesinarte. 

A los pocos minutos llegue a la casa que estaba llena de gente y musica a todo volumen. pude ver la rubia que ayudaba a la pelirroja de Lia. Salí del auto y me acerque a ella sosteniendo a Lia de la cintura. 

— ¡Sueltenme! — Exclamo, molesta. — Quiero follar. mierda. ¿Por que me siento tan caliente? 

— ¿Que mierda le dieron? — Gruñi. La pelirroja estaba mas loca que nunca. 

— No lo se, la encontré así. 

— Vamos, lia, camina. — Ella se estaba poniendo pesada. 

— Oh, Derek ¿Eres tu? — ella sonrió y se paro derecha. 

— Si soy yo, y ahora debo llevarte a casa. — La tome del brazo, ayudándole a caminar y dejara su tambaleo. 

— Oh si, nene vayamos a casa. — Pude ver su sonrisa picara y negué con la cabeza si ella fuera asi cuando esta sobria, yo fuera la persona mas feliz del mundo. 

— Derek. Te conozco lo suficiente, no vayas hacer nada con ella. — Me detuvo la rubia, ni siquiera estaba pensando en ello, solo pensaba como iba a subir a doña borracha y pesada por la escalera. y hacer que pare de reír, si no estaríamos castigados. 

— Esta borracha, no pienso hacer nada con la loca borracha. 

— ¡Oye! — Un golpe vino a mi cabeza por la enana pelirroja. — Eso no dijiste por chat la otra vez. — Mierda, ella lo había leído. 

— Derek. — Ahora fue la rubia, ellas me estaban sofocando, y la otra pesada no dejaba de moverse. 

— Lo prometo, ahora déjame irme. 

— Esta bien, váyanse. — Al fin rubia, estas pensado. 


Lleve a Lia hasta el auto y la coloque en el copiloto poniéndole el cinturón, arranque el auto, Lia solo reía mientras mencionaba lo linda que eran las hadas que estaba viendo, y que la rosada era su favorita, ¿Por que no tengo una cámara ahora? me habría reído de por vida. 

Al llegar a casa, Lia se desmayo en mis brazos cuando trataba de subirla por la escalera sin hacer ruido, al menos esto era mejor, la cargue y la deje en su cama con cuidado. ella se movió en una posición y murmuro algo. que linda se ve borracha. 







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Mi vida con DerekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora