Capitulo Treinta Uno.

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Una semana, una semana había pasado, sin ver a Derek, sin ver a Denise, ni la cara de enojo de mi padre.

Nos odiamos, nos odiamos mutuamente, el me separo de Derek, y el me odia por desconfianza, creo.

Y aquí estoy en el internado green way, escribiendo un blog porque realmente no encuentro otra cosa que hacer.

Les contaré que paso una semana antes, pues papá salió enojado y llego tarde a casa borracho, sacó a Denise y a Derek de la casa y al día siguiente me trajo aquí, si lo lees rápido no es tan triste.

La puerta de la habitación se abrió y cerré la laptop, Nani inspectora de la habitación de chicas.

— ¿Todo en orden?

Asentí.

— ¿Donde esta tu compañera?  — Levanto una ceja y cruzo los brazos.

Fruncí los hombros, no me molestaba en cubrirla porque la chica me odia.

Mi única amiga era Nani, y ni era tan amiga.

 — Oh Nathaly, que vamos hacer contigo.  — Suspiro. — Si vuelve me avisas.

— Aham.

Ella cerró la puerta tras ella, me pare del asiento y fui por té helado al refrigerador, me senté en la cama y me quede viendo novelas.

Era lo único que hacía desde que estoy aquí.

Los gritos me despertaron, salí debajo de las sabanas y miré la hora 3:16AM.

— ¡No estaba haciendo nada malo! ¡Nani déjame!

 — Basta Nathaly, eres una caprichosa. 

La puerta de la habitación se abrió y me senté en la cama, esto es lo malo de tener compañera.

— No soy ninguna caprichosa, deja de molestarme mujer.

Nathaly abrió las sabanas y se adentró en ellas dándonos la espalda.

 — Mañana estarás castigada, buenas noches.

— Buenas noches.  — Dije. Nani cerró la puerta y apague la lampara para volver a dormir.







A la mañana siguiente, abrí los ojos por el ruido de música electrónica a todo volumen.

Nathaly la escuchaba mientras se vestía, suspire y me paré de la cama, busque la toalla y me encerré en el baño.

Me vestí en tiempo récord, solo quería salir de la habitación y buscar paz mañanera.

Abrí la puerta del baño, me puse mis zapatos, y salí de la habitación, este lugar era enorme, habían diez campus distintos, más canchas y salones.

Lo único bueno de este lugar era que podías salir cuando quieras. Y había un hermoso parque cerca.

Me senté la hierba debajo de un arból y tome mi teléfono, la foto de Derek apareció en mi pantalla, lo extrañaba demasiado, y me pregunto si sabrá donde estoy, o si ha intentado buscarme.

No podía llamarlo, mi padre había cambiado mi número, y confiscaba mis llamadas.

 — Tu, tu eres perfecta. — Levante mi vista, había un chico ahí, llevaba jeans ajustados, una chaqueta de cuero y una bufanda roja.

Me hizo pararme del piso y me aleje de el, el era extraño.

— Eres perfecta para el trabajo. - Me dio un papel.

Allan Martín photography.

— Oh disculpa, mi nombre es Allan, soy fotográfo y busco asistente. — se acerco a mí. — ¿Estas interesada?  — me susurró.

Mi vida con DerekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora