Asustada, di un paso hacia atrás, por lo que me choqué con la papelera. Harry me observaba detenidamente el cuello, y sus ojos se iban teniendo de un color más rojo, convirtiéndose en un rojo muy nítido con el aro que rodeaba la pupila de color blanco.
Intenté empujarle, poniendo mis manos en su pecho y empujándolo hacia atrás, pero con suerte lo moví un centímetro de donde estaba parado en seco.
-Eres demasiado pequeña como para separarme de tu cuello- susurró.
-Por intentarlo no pasa nada- contesté secamente.
Agarré la manga de su americana y me impulsé para después salir corriendo de allí calle abajo.
Pasé el instituto y corrí más y más, através del paseo que daba a un pequeño río con césped recién cortado. Seguí corriendo ssin mirar atrás, estaba demasiado asustada como para voltearme a mirar si me seguía o si podía parar de correr.
Aceleré el ritmo, el corazón me iba a mil por hora, notaba la pupila dilatándose dejándome ver mejor lo que pasaba a mi alrededor. Pero no podía parar de correr, me jugaba mi vida!
Crucé la calle sin mirar a ambos lados. En pocos segundos noté una fuerza descargarse en mi cadera, impulsándome hacia la derecha, cayéndo al frío suelo.
Solté un grito de dolor y de pavor a la vez, no sabía si sentirme aliviada de que me encontraran, o asustada porque eso hacía retrasarme, dándole tiempo a Harry de que me alcanzara y de que me mordiera. Por no decir matar.
-Perdone señorita está bien?- me preguntó un anciano, seguido de la que sería su mujer.
Negué con la cabeza y me ayudó a levantarme a duras penas.
-Métanse en el coche- susurré, ya que no podía hablar, el golpe había hecho que mis pulmones no fueran capaces de coger el aire necesario- Rápido.
Los ancianos me hicieron caso y se metieron en el coche, pero cuando me iba a meter yo, alguien me agarró fuertemente de las muñecas y me acercó hacia si.
-Yo la llevaré a un hospital señores, no se preocupen.
-Gracias, que joven tan atento- dijo soñadoramente la señora- Cuida bien de tu novia cielo- le guiñó cariñosamente un ojo a Harry y este sonrió con mucha naturalidad.
Cuando el coche se perdió de nuestra vista di una zancada, pero la cadera me dolía demasiado como apra andar, por lo que me caí otra vez.
Harry me levantó con brusquedad y me cogió en brazos, haciendo que apoyara mi cabeza en su congelado pecho.
-Te pudiste haber hecho daño- susurró de forma fría.
-Tú me harías más daño sino-contraataqué. Harry apretó la mandíbula y negó.
-Vamos a hacer un pacto, yo no te muerdo si tú... no le dices a nadie lo que soy- me ofreció asiento a su aldo en una banca y no tuve otra que aceptar.
-Vale- suspiré- pero no puedes morder a ninguno de mis amigos.
Sonrió irónico, dejando al descubierto sus largos y puntiagudos colmillos.
-Yo no sé quienes son tus amigos, pequeña- me dijo.
-No te preocupes, ahora mismito te los digo, la chica que estaba conmigo hoy en el instituto se llamaba Magdalena, la llamamos Mada, luego Liam, Sophia, que es la que está pegada siempre a un chico moreno con el pelo negro y con una beisbolera azul del equipo de futbol, que se llama Zayn, a ese tampoco lo toques. Luego...- pensé quien más- a mi hermano pequeño ni lo mires, me oyes? Se llama Nicolas, tiene tres años y es la cosa más linda del universo, lo muerdes y te aseguro que te rebano con un cúter, avisado estás Styles.
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Mi vampiro favorito, Harry Styles
Hayran KurguYo nunca creí en vampiros, siempre me parecieron más bien un mito, una leyenda creada por los ancestros hace muchos millones de años, pero... de repente la realidad me golpea de la forma menos esperada, haciendo que esta "nueva" raza, se vea incluid...