Oh Dios Mio...

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Les recomiendo que lean este capítulo con canciones lentas! Como Give me love de Ed Sheeran o la nana de Bella de Debussy :)

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Narra Lana:

-por qué lo dices?- me preguntó Harry.

Me encogí de hombros restándole importancia a algo que de verdad la tenía.

-Porque tú tienes los ojos grises- susurré.

Harry se paró en seco y me soltó, haciendo que me cayera al suelo bruscamente.

-Ah!! Eres tonto?? Me hice daño!- grité desde el suelo. Intenté mover los brazos y lo conseguí, seguramente el efecto del poder de Niall ya había pasado.

Me levanté a duras penas y me intenté soportar de pie.

-No me vas a decir nada?- pregunté molesta.

Mientras esperaba la contestación de Harry me llevé la mano al cuello, en donde Niall había estado a punto de morderme. Tenía dos marquitas pequeñas rodeadas de sangre seca, pero nada más, y me alegraba por eso.

-Desde aquí puedes ir tú sola- espetó fríamente.

Señoras y señores... ahí vuelve el frío y el asqueroso Harry que todos conocemos! Un aplauso!! Ya tardaba en salir de nuevo!!- pensé con sarcasmo.

-No sé donde estoy Harry- dije con voz calmada.

Él seguía observándome fijamente, su mirada bajó de mis ojos a mis labios, para después bajar a mi cuello. Relamió sus labios de una forma que a mi al menos me pareció sensual, y se llevó la mano al cabello, para colocarlo como solo él hace.

-Me da igual, por mi como si te mueres- dijo duramente.

Inconscientemente me llevé la mano derecha al corazón, ya que lo que me había dicho me dolió, no sé por qué, ya que a mi él me la trae floja.

-Muérete tú!- grité.

Harry soltó una prologada carcajada y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba a escasos centímetros de mi. Nuestras respiraciones se mezclaban, intentando acompasarse. Su dedo índice acarició mi mejilla mientras que una sonrisa burlona aparecía en sus rosados labios.

-Yo ya estoy muerto, cielo- me contestó.

Me quedé estática, él tenía razón, ya estaba muerto y no podía morir otra vez, él estaría así por los siglos de los siglos, y yo en cambio moriría como una viejita, en salón de mi casa mirando como juegan mis nietos al parchís o algún otro juego de mesa, exhalando mi último suspiro a finales de este siglo, con ochenta y algo de años.

-Tú no te vas a morir verdad?- pregunté en un hilo de voz.

Acaricié su desnudo brazo como dándole fuerzas, noté como sus músculos se tensaban al oír eso.

-No.

Me acerqué más a él y deposite un suave y sonoro beso en su mejilla derecha, haciendo que se sobresaltara, pero aún así no se apartó.

-Solo me pueden matar con la plata, es un metal muy significativo para los vampiros, ya que puede hacer que nuestra segunda vida llegue a su fin.

-No hay ninguna forma de convertirte en humano?- susurré. En sus labios se dibujó una hermosa sonrisa.

-Por desgracia no, además, va a llegar un momento en el que me canse de esta vida y le pida a alguien que me mate- dijo con toda la naturalidad del mundo, pero para mi eso fue como si me clavaran una estaca en el corazón.

Mi vampiro favorito, Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora