¿Y si te digo que te Amo?

Capítulo 4

Verano de 1991... Inolvidable, en casa se respiraba un aire muy especial.

La generación de mis padres, era una generación que sostenía el matrimonio como sea y hasta la muerte. Era muy raro escuchar o saber que alguien se separaba, el divorcio sonaba a tabú, sonaba a mala palabra y provocaba caras de espanto...  Hoy en día el divorcio es tan común como despertar por la mañana bostezar, desperezarse, lavarse la cara, cepillarte los dientes  y desayunar... y de estas separaciones surgen este nuevo modelo de familias "Ensambladas", "Re-juntadas", re contra re archi reconstruidas en donde cada integrante de esa nueva familia debe encajar como pieza de tetris... Los perjudicados, siempre, son los niños.

El punto es que mi primo Pocho, para ese verano, se vino a vivir a casa, sus padres, SE HABÍAN SEPARADO. Mi mamá y mi papá hablaron con mi tío Juan para proponerle que Pocho y Marucho se quedaran a vivir con nosotros. El trasfondo de esta cuestión era que mi tía se había ido, mi tío era quien tenía que responder por sus cinco hijos, Daniel, Paola, Roberto, Marucho y Pocho.

Daniel y Paola para ese entonces ya eran grandes y se podían valer por ellos mismos, Roberto tuvo el apoyo del Tío Mario. Pocho con 13 años y Marucho con 12 años eran los mas chicos. Mi tío Juan les dijo a mis padres que no, que los chicos vivirían con el.  Para el Verano del 91 Pocho ya tenía 16 años, fue él quien habló con mis padres para venir a vivir a casa, mis padres, obviamente, lo recibieron.

A casa había arribado mi futuro héroe, yo era un año menor que Pocho y en poco tiempo mi primo se transformaría en mi Hermano. 

Cuando comenzaron las vacaciones yo había finalizado el tercer año del secundario, para ese entonces era una persona muy introvertida, enfocado en el estudio e hiper vergonzoso. Realmente me costaba mucho integrarme a un grupo o socializar, hablar con una mujer se tornaba una situación sumamente estresante. Mis compañeros del secundario sabían como era y se aprovechaban de mi debilidad. Laura Codak, una morocha, pelo negro azabache extremadamente liso, de rasgos indígena, flaquita, muy bonita era compañera mía, estábamos en recreo cuando Laura se acerco a mi con dos compañeros y una compañera, fue ella quien se puso cara a cara conmigo a dos centímetros de mi boca, arengada por sus compañeros dispuesta a burlarse de mi y dijo, simulando sensualidad, "Vos me gustas mucho", yo agache la cabeza muerto de vergüenza, me puse colorado y comencé a transpirar mientras ella giraba su mirada hacia sus compañeros quienes se reían a carcajadas. Me miró, se rió, se dio la vuelta y mientras se alejaba de mi levantó sus brazos agitándolos como festejando una victoria dispuesta a disfrutar del botín que se estaba llevando en sus manos (Mi Dignidad).

Pero Gracias a mi primo pocho las cosas comenzaron a cambiar, lo primero que hizo fue ser mi compañero de cuarto, de charlas, me enseñó a disfrutar de la buena música, Los Redondos, los Rolling Stones, Deep Purple, entre otros. Él por medio de mi tío tito había conseguido un trabajo para pintar una casa a unas diez cuadras de casa, así que me propuso que lo acompañe para trabajar con el. Yo tenía una bicicleta roja marca aurorita rodado 20, esa era nuestra nave, las que nos llevaba a todos partes, el pedaleaba y yo iba parado atrás en el portaequipaje. A Pocho la vida lo había hecho crecer de golpe, con sus 16 años era muy adulto en su pensamiento, en su forma de andar por la vida, tenía un faltante muy importante, su mamá, y ante la adversidad y a pesar de todo su filosofía de vida estaba basada en el buen humor, ser compañero, familiero y super social. Las personas somos como pequeñas esponjas que vamos absorbiendo todo lo que a nuestro paso se cruza y yo no podía desperdiciar esta oportunidad que me estaba regalando mi primo, así que comencé a imitarlo.

La moda en ese momento era radio grabador pequeño con radio AM , FM y dos casetteras, una para reproducir y la otra con el botón rojo, Rec, para grabar. 

-  Ma ¿sabes que me gustaría tener?

- No se, decime...

- Uno de esos Radio grabador con dos casetteras

Mi  mamá, bendita y adorada viejita juntó el dinero y a la semana nos dijo a pocho y a mi "Tomen acá tienen la plata para comprar el radio grabador" la emoción y la alegría que tenía encima era inexplicable, realmente quería ese grabado, sabía que ese radio grabador sería la excusa perfecta para compartir mas tiempo con pocho, por que la música hace eso... Une gente. Sin perder tiempo nos subimos a la aurotita, bajo el rayo del sol de un verano sofocante y a media mañana nos fuimos hasta el centro de Morón en búsqueda de este preciado tesoro.

Horizonte, Rock & Pop, Z95, Hit, la 100, eran las radios que mas sonaban para ese entonces, con el Tdk virgen puesto en la casettera número 2, la del botón rojo,  y la radio encendida pasábamos la noche atentos al tema que iba a sonar y sea la hora que sea cuando sonaba ese tema saltábamos de la cama y en una corrida a toda velocidad presionábamos lleno de gloria el botón Rec. Así fuimos llenando nuestra valija de casettes con buena música.  

En algunas ocasiones cuando pocho se iba a trabajar y no me podía llevar yo me quedaba en casa, enchufaba el radio grabador, lo ponía en el porche del frente de la casa, me sentaba en el escalón del porche y pasaba la tarde escuchando música. En una de esas tantas tarde, aproximadamente a las tres de la tarde, un chico de no mas de 12 o 13 años pasaba caminando por la calle, se paró en frente de casa, me miró, se acercó a la vereda, apoyo sus manos sobre las rejas y de dijo

- ¿Que es eso que esta sonando en la radio?

- Son los Redondos.

- Esta muy bueno.

- Vencedores vencidos se llama este tema.

Lo invité a pasar, nos sentamos en el escalón del porche y nos pasamos la tarde hablando de todo, este muchacho tenía una energía y una velocidad para hablar realmente verborragia, era muy divertido e ingenioso, vivía a unas dos cuadras de casa sobre la misma calle. Desde ese día comenzó a venir todas las tardes. Fue así que surgió de la nada y de forma espontanea, una amistad que duraría varios años... Fue así que nos conocimos con Sebas.