Capítulo 16

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Con tanta ausencia de "La Cima", siendo totalmente extremista, a todo o nada, donde la cima se había transformado en nada, decidí alejarme de la música permanentemente, vendí mi Guitarra Washburn modelo Nuno, mi amplificador Marshall Valvestate de ochenta, pedales, cables y todo lo que se relacionaba con ese pasado inmediato que se acababa de esfumar. La relación con los ex-integrantes de la banda no era la mejor, Ale y Carlos, en algún punto, habían truncado la posibilidad, si hubiese existido, de firmar algún contrato con BMH, lo cual a mi me había hecho enfadar lo suficiente para tomar un poco de distancia de ellos por un tiempo. Sebas y Lisandro no estaban de acuerdo con disolver la banda, intentaron persuadirme en varias ocasiones para seguir adelante con la cima, ante mi rotundo "NO", se podría entender que se enojaron conmigo y se fueron distanciando paulatinamente. A pesar de haber tomado la decisión que había tomado, no me encontraba bien conmigo mismo, Amaba hacer música, amaba componer temas para tocarlos con "La Cima", la co-dependencia que tenía para con esa banda era algo poco razonable, era algo mas bien sanguíneo, era cuestión de piel. En contra de todas mis emociones, de todos mis sentimientos y el amor que sentía decidí cortar de raíz esa relación. "Ya basta de Música", me dije a mi mismo.

Esto me llevó a caer, en lo que sería el principio, de una desanimada forma de vivir la vida. 

La relación con Lola se caía a pedazos, toda nuestra relación fue basada en la música, en mis proyectos, en mis grabaciones, en mis fechas, en mi... Ahora me sobraba tiempo y no sabía que hacer con ese tiempo , era como tener una granada sin seguro en mis manos, la cual en breve estallaría. Ese último tiempo me había puesto insoportable con Lola, la controlaba donde había estado, que hacía, que dejaba de hacer, le hacía escenas de celos sin tener motivos, comenzamos a discutir, como nunca lo habíamos hecho antes, abrumaban las malas caras y las miradas achinadas por encima del hombro.

Uno de esos inesperados días (léase con sarcasmo), por allá, finalizando el año 98, cuando llegó Lola a casa me dijo, algo así como: "tenemos que hablar". Nos encerramos en la habitación, me la veía venir, me imaginaba que abriría dialogo con un "Speech de Manual" esas cosas que se dicen en esos momentos "no sos vos, soy yo", "Necesito algo de tiempo para pensar" "Tomemos algo de distancia para re veer esta situación" pero no... Dijo lo que sentía, dijo lo que le pasaba, teníamos la suficiente confianza para decirnos sin vueltas la verdad, hacía, casi, cinco años y medios que estábamos de novios y era mas que suficiente para poder hablar sin Rodeo. Se que fue una decisión muy difícil para ella pero aliviadora, Es que había dejado de Amarme pero me quería mucho, y cuando querés mucho a alguien no querés lastimarlo, querés, ante esta situación, que salga lo menos afectado posible. Así se terminó esta relación con Lola, con lágrimas en los ojos salió de la habitación y lo último que escuche de ella fue el sonido de la puerta principal de la casa, cuando la cerraba.    

Quedé tambalenado en la cuerda Floja, perdiendo el control de mi equilibrio, a pesar de balancear, inexorablemente, piernas, cintura, corazón, brazos y cabeza, sabía que me iba a caer, se veía, lo presentía. Entonces se aflojaron piernas, cintura, corazón, brazos y cabeza y Caí... 

Me aferré fuerte a la soledad y pasé los próximos cinco años de mi vida teniendo largas charlas con ella, a solas, mano a mano, cara a cara...  Mi soledad y yo. 

El panorama que se veía era poco alentador, sin la banda, sin Lola, practicamente sin amigos. Para ese entonces había vuelto a trabajar con mi papá en la construcción, y fue, exactamente en ese momento, que para dar la última pincelada sobre, el desastroso lienzo, de mi vida, que estaba pintando, le dije a mi papá que no iría a trabajar con el por un tiempo. 

Finalizando el 98, entrando en el verano del 99 me encontraba solo en casa, devastado, busque en el galpón el viejo radio-grabador, que años atrás habíamos comprado con mi primo Pocho, busque mi valija, con mis viejos casettes, los desempolvé, abrí la puerta principal de casa, enchufe el radio-grabador, lo puse en el porche, revolví entre los casettes, elegí uno de mis favoritos, lo puse en la casettera, le di play y me senté en el escalón del Porche. La vida ridícula y recursiva repartía las cartas de la baraja nuevamente. En el preciso momento que sonaba por los parlantes del radio-grabador el tema "Vencedores vencidos" de los Redonditos de Ricota, por el medio de la calle pasaba caminando Sebas, me mira, se acerca a la vereda, apoya sus manos sobre las rejas y dice:

¿Y si te digo que te Amo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora