24.-Pequeño acercamiento.

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Castiel.

Luego de que pasé de largo de Sucrette y ése tipo, me fui a mi casa, con una extraña sensación de enojo. ¿Celos? Si es así. ¿Por qué? No lo entiendo, simplemente  es extraño, después de todo nunca  he tenido, tengo o tendré algo con Sucrette. Pero por más que me digo éso, no entiendo porqué me suena como una mentira.

Al llegar a mi casa fui por algo de comer, le di de comer a Demonio y decidí sacarlo a pasear, para dejar de pensar en ella y ese tipo.

Tomé el camino más largo hacía el parque y cuando llegué ya era mas de las cinco de la tarde, no me importó y seguí por ahí, hasta que Demonio corrió hacía algo, o mejor dicho alguien, y lo tumbó al saltar sobre él o ella, corrí hacía el lugar y vi que era..Sucrette. ¿Por qué precisamente tiene que ser ella?

---Demonio.---Llamé a mi perro, el cual se quitó de encima de ella. Sucrette me miró.---Gracias..---

---No lo hice por ti, sólo lo hice porque es mi perro....---Solté sin pensar, aún me siento enojado por lo que vi. Y me enoja aún más no saber el porqué de ello..

[..]

Sucrette lo miró dolida y al sentir una punzada en el pecho, miró a otro lado.

---Lo siento..---Murmuró el pelirrojo entré dientes. Ella no dijo nada y se puso de pie, Sucrette al ser incapaz de mirarlo sin tirarse a sus brazos, miró a Demonio, el perro comenzó a mover la cola se acercó a ella y le lamio la mano.

Castiel se sorprendió ya que Demonio era algo difícil de tratar, y no se acercaba a nadie más que él, de hecho a los demás les gruñia. Mientras el pelirrojo se preguntaba a que se debía ese extraño comportamiento de su perro, Sucrette recordaba cómo conoció a Demonio, y si, había sido de una forma parecida, un día antes del paseo Sucrette caminaba de regresó a su casa, ya que había ido a comprar algunas cosas para el paseo del día siguiente, de pronto Demonio se le abalanzó y estuvo a punto de tirarla. Castiel apreció y se puso a molestarla.

---(Las cosas son muy diferentes ahora, pero...no me rendire. Me recordará.)---Pensó decidida, levantó su mirada y sus ojos quedaron fijos en los grises del pelirrojo.

---¿Castiel has recordado algo?---Preguntó de forma cautelosa.

---No.---Dijo neutro. Ya que era verdad, o bueno en parte, lo que le sucedió ese día y otra le decían que había algo importante que no recordaba. Miró el rostro de Sucrette y logró ver que nuevamente lo veía de una forma triste. Por alguna razón inexplicable Castiel sintió la necesidad de abrazarla, aún así no lo hizo, pero tampoco apartó la mirada de esos ojos verdes. Que aunque no lo admitía a viva voz, le parecían muy bonitos.

Entré miradas la noche cayó.

---Debo irme..---Murmuró ella, Castiel no dijo nada, y estaba dispuesto a dejarla partir sin soltar una burla o alguna palabra hiriente. Había decidido dejar de apartarla y molestarla, ya que haya sido novia de Nathaniel, no significaba que él, debía hacerle la vida imposible. Castiel salió de sus pensamientos al sentir los tibios labios de la castaña sobre su fría mejilla.

Extrañamente aquel contacto le resultó familiar, y le gusto como si hubiera sido la más significativa de las caricias.

--Hasta mañana...---Susurró ella y comenzó a caminar hacía su casa, Castiel sintió la necesidad de seguirla y seguiendo sus impulsos así lo hizo, la tomó de la muñeca, la jaló hacía él y la besó, y extrañamente le resultó familiar esa situación...

Sucrette se quedó paralizada por tan repentina acción, pero eso sólo fue por unos segundos, finalmente le correspondió, mientras le rodeaba el cuello con los brazos. Había anhelado ese beso desde el momento que Castiel sufrió el golpe en la cabeza, de hecho su herido corazón lo había estado reclamando a gritos. Ya que esos labios, eran como un bálsamo para el dolor.

Castiel separó sus labios de ella y la miró de forma confusa, pero justo cuando pensaba pregúntele porqué le resultaba familiar ese beso, se oyó una voz masculina, que nombraba a Sucrette de una forma furiosa, la castaña se separó de Castiel y enseguida encaró a su padre.

---Vamos a la casa en esté preciso momento...---Dijo enojado, mientras miraba de forma fulminante a Castiel.

Sucrette camino hacía su padre, el cual la tomó de la muñeca y la llevó prácticamente arrastrando.

Castiel se quedó en medio del parque, totalmente sorprendido por lo que había ocurrido.

---(¿Por qué la besé?¿Por qué me resultaron familiares sus labios?)---Se preguntaba mientras le ponía la correa a Demonio para regresar a su casa.

{...}

Sucrette y su padre llegaron a la casa.

---Hija..---Exclamó su madre y la abrazó.

---Creímos que te había pasado algo malo...---Dijo ella mientras le acariciaba el cabello.

---Estoy bien...---Dijo ella mientras le correspondía al abrazo.

---¿Dónde estabas?---

---.....---

---En el parque con un joven pelirrojo..---Respondió el castaño y se fue.

La pelirroja sonrió más.---Cuénteme todo...---Dijo emocionada.

---No hay nada que contar....---Dijo la castaña y un par de lágrimas corrieron por sus pálidas mejillas. La pelirroja decidió callar y consolar a su hija, en silencio.

---Mamá...¿Es verdad que nos mudaremos esté viernes?---Preguntó con la voz entre~cortada.

---Si..--Respondió.

Después de aquella breve respuesta, permanecieron un momento más abrazadas, luego fueron a cenar.

{...}

Algunas horas después Sucrette se encontraba acostada en su cama, una de sus manos la tenía sobre sus labios, se encontraba recordando a Castiel y ese sorpresivo beso. Un pequeño acercamiento...

-(Tengo tres días....)---Pensó cerrando sus ojos.

☆☆☆☆Continuará.☆☆☆☆

CastielxSucrette-Dulce Venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora