16.-Mía.

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---¿Quién soy?---Preguntó una voz masculina.

---Vicktor.---Respondió la castaña incrédula.

---Si, preciosa...---Dijo dulcementen, le quitó la mano de los ojos y le besó la mejilla.

Rosa miraba la situación ligemente sorprendida, hasta que Vicktor la miró.---Hola...---

---Hola Vicktor, soy Rosalya..---

El peliengro sonrió.---Mucho gusto.---Dijo y se sentó junto a Sucrette.

---¿Dónde se concieron?---

---Cuando era pequeña vivía en otra ciudad, ahí lo conocí, fuimos amigos durante varios años..---Un leve sonrojo surco sus mejillas.---Pasó el tiempo, nos hicimos novios y duramos cinco meses antes de darnos cuenta de que lo mejor era seguir siendo sólo amigos...---

Vícktor asintió y rodeo los hombros de Sucrette con uno de sus brazos.---Han pasado tres años desde que ocurrió lo nuestro...---

---Parecen llevarse bien..---

---Si, somos buenos amigos, después de todo fuimos el primer amor de cada uno..---Expresó Vicktor y sonrió al ver a Sucrette sonrojada, de pronto el celular de la peliblanca comenzó a sonar.

---Regresó en un momento..---Dijo y se fue.

---Tardará como una hora..---Comentó al ver como su amiga corría a contestar muy lejos. Él le sonrió y le tomó la mano.---Su, ¿Qué te sucede?---

---Nada, ¿Por qué?---

---Te vez triste.---Le colocó dos de sus dedos en el mentón.---No me gusta verte triste, te vez mucho mejor con una sonrisa...---Sin poderlo evitar el pelinegro comenzó a acercarse a los labios de la castaña, Sucrette se quedó paralizada de la impresión y en menos de un minuto tenía los labios del pelinegro sobre los suyos, en el pasado esos labios que le dieron su primer beso, en ese momento no le sabían a nada, ni siquiera le daban ganas de corresponderle, colocó sus manos en el pecho del pelinegro para alelajarlo, pero justo antes de hacerlo vio que Castiel salía al patio.

---(Mi venganza...)---Pensó y comenzó a corresponderle mientras cerraba sus ojos, Castiel los miró totalmente paralizado y sintió como una inexplicable sensación de enojo le recorría el pecho por completo, poco después empuño sus manos, caminó hacía ellos y de un empujón alejó a Vicktor de Sucrette.

---No te acerques a ella.---Dijo furioso mientras veía al pelinegro en el piso, el cual estaba totalmente shockeado, antes de que reaccione Castiel tomó a Sucrette de la muñeca y la llevó consigo hasta el final del pasillo, subió las escaleras llevándola practimente a rastras y sin escuchar todas las quejas y maldiciones que le dirigía. Al llegar a la terraza cerró la puerta y de un empujón la tuvo acorralada y sin esperar nada la besó, Sucrette intentó alejarlo, pero no lo consiguió, lo único que consiguió fue que le pelirrojo le tomé las manos y se las ponga contra la pared mientras aumentaba la intensidad del beso, Sucrette con aquel besó sentía como si estuviera recibiendo varias descargas eléctricas, su cuerpo y todo su ser pedía a gritos más, mucho más, de ese besó, y así lo hizo cedió a sus deseos, le correspondió a la vez que dejaba que Castiel enrede su lengua con la de suya y la lleve al cielo y al infierno al mismo tiempo, que le robé el aliento y que la llené de una sensación única e inigualable, al separar sus labios un hilillo de saliva delató la intensidad de su beso, pero sobre todo de sus sentimientos. Se quedaron mirando a los ojos diciéndose mil y un cosas que no se atrevían a expresar con palabras.

---Eres mía...---Sentenció el pelirrojo.

---No lo soy..---Dijo Sucrette ligemente molesta. Aunque no podía negar que le gustaba verlo celoso.

El pelirrojo la miró un insante con el desafío brillando en sus ojos, le soltó las manos y la volvió a besar con mucha más fiereza que antes, con deseo, con anhelo, con todo lo que sentía desde el día anterior, le encantaba sentir como Sucrette iba cediendo lentamente ante sus labios, y como la iba dominando el deseo hasta que ya no podía más, pero sobre todo le encantó cuando sintió las delgadas manos de Sucrette enredarse en su cabello para traerlo mucho más a sus labios. Por su lado Sucrette se contenía todo lo que podía....hasta que su propio cuerpo la traicionaba, irónicamente Castiel era el bálsamo de su herido corazón, el cual el mismo había herido con su venganza, al separar sus labios Castiel le colocó dos de sus dedos en la barbilla.---Eres sólo mía, sólo yo te puedo besar...---

A Sucrette le daban ganas de dos cosas, golpearlo y besarlo, golpearlo por ser tan...idiota, besarlo por ser el idiota que ama, estaba en un lío...del cual jamás deseaba salir, Castiel sonrió al verla sonrojada, se acercó a su cuello y le dio un beso, seguido de una leve mordida, Sucrette soltó un leve gemido.

---(¿Qué diablos estoy haciendo..?)---Se reprendió mentalmente, como pudo se alejó de él y estuvo a punto de salir corriendo, pero Castiel colocó su palma abierta en la puerta y no la dejo salir.

---¿A dónde crees que vas?---Cuestionó burlón.

---Lejos de tí, ya te dije que no quiero que juegues conmigo..---Dijo cabizbaja.

---No juego...----

---¿Entonces que haces?---Cuestionó mirandolo, sólo una respuesta le haría quedarse, una que Castiel quizás jamás le daría. El pelirrojo abrió sus labios, pero los volvió a cerrar al darse cuenta de que no sabía que decir, quitó su mano de la puerta y la dejó salir. Sucrette bajaba las escaleras mientras sentía una horrible presión en el pecho ya que nuevamente se sentía usada...

---(Nunca más me hará algo así...)---Se dijo e ingresó a un salón que debía estar vacío, pero no lo estaba...

☆☆☆☆Continuará.☆☆☆☆

CastielxSucrette-Dulce Venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora