Sakura sentía la lluvia helada correr por su cuerpo. Continuaba caminando de un lado al otro en el portal del edificio donde vivía Sasuke.
Sólo había una cosa que rondaba su mente: ¿Qué demonios lo había llevado a cometer esa locura?
De hecho, esa mañana estaba siendo perfecta hasta que escuchó a Toneri presumir de su nueva adquisición: La moto acuática del contable, obtenida por un precio ridículo. Al inicio se sorprendió al escucharlo.
Sasuke adoraba esa moto. ¿Qué le había obligado a venderla? ¿Debía dinero a alguien? O quizá, ¿lo necesitaba para pagar algo importante?
Un presentimiento se anidó en su corazón y salió directa a la clínica de fertilidad. Hablando con la secretaria pudo averiguar que realmente no existía ninguna promoción y después de mucho insistir le mostraron el cheque de pago. En seguida reconoció la firma del pagador: Sasuke Uchiha.
Incrédula comenzó a negar, sintiendo un torrente de emociones, hasta que ganó una: La indignación. No quería limosnas de nadie y menos de él.
Por eso se encontraba en frente del portal del contable, empapándose con la lluvia. No quería deberle nada. Jamás permitiría que la viera con lástima, no después de descubrir que estaba enamorada de él. Prefería cortar toda relación y regresarle todo su dinero. Se armó de valor y entró dispuesta a perder a su mejor amigo y recuperar el poco orgullo que le quedaba.
Sasuke se encontraba en la cama tratando de leer. La tormenta que caía afuera era casi la misma que se había desatado en su interior desde esa misma mañana. Sakura todo el día le había estado evadiendo. Ni siquiera le esperó para salir a comer, simplemente desapareció.
Algo le decía que estaba por perderla. Se pasó la mano sobre la incipiente barba y negó con desesperación. No, no iba a permitir que ella lo alejara.
El timbre en su puerta comenzó a sonar. Se extrañó. Estas no eran horas de visita y menos con la que estaba cayendo, La insistencia lo hizo salir de su lecho.
―¿Sakura? ―Abrió la puerta sorprendido―. Estás empapada.
―¿Qué significa esto? ―Le golpeó en el pecho con el documento donde figuraba su pago en la clínica.
―¿De qué hablas? ―Sasuke se veía confuso.
―¡No finjas! ―Le recriminó.
Sasuke comenzó a desdoblar la mojada hoja. Su rostro palideció al reconocer entre los manchones de tinta la fotocopia del cheque que entregó en la clínica.
―Quiero que seas feliz. ―La miró a los ojos con sinceridad.
―¿Pagando el tratamiento de fertilidad? ―lo miraba incrédula―.
¿Vendiendo tú moto? Joder ¿Estás loco? Yo no te pedí ayuda ¿Por qué lo hiciste?
Se pasó las masculinas manos por el cabello.
―Porque eso hacen los amigos Sakura. No sé qué esperabas que te dijera.
Las sinceras palabras mataron la breve esperanza de ser correspondida.
Pero no era su culpa, ¿Quién amaría a una mujer que ya había fracasado una vez?
―No quiero tu limosna. Mañana te devolveré tu dinero. He cancelado todo. No me vuelvas a hablar, Sasuke. Lo que menos esperaba de ti era lástima. Aléjate de mí ―ordenó con decisión, elevando su mentón, necesitaba de salir con la poca dignidad que le quedaba.
Sasuke se sentía desesperado. ¿Cómo era posible que por intentar ayudarla, la estuviera perdiendo? No soportaba verla sufrir y menos sin poder decir la verdad que lo corroía por dentro. Estaba al límite, la amaba demasiado. Sus últimas palabras fueron las que decidieron que se jugará el todo por el todo.
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Tres no son multitud
FanficEsta en una versión de un libro que leí hace algún tiempo me pareció interesante si los protagonista fuera algunos de mis personajes favoritos de naruto. Aquí podremos ver a hinata como la protagonista y naruto y a menma como hermanos gemelos ta...