Alex (Serie Love 05)

Beso

Jack

No puedo respirar con normalidad.
Clarisas. Mi Clarissa.
Hace tanto que no la veía.
Tanto tiempo esperándola y me rendí, aunque nunca la olvidé.
Y ahora, aquí está. Cuando menos lo espero y en el lugar en que menos esperé.

Me aclaro la garganta porque no estoy solo con ella y lo que menos necesito en este momento es ponerme en evidencia frente a sus hijos y...
Sus hijos.
¿Como pude olvidar que se casó?
Dios. Que imbécil soy.
Nunca tuve una oportunidad.
Nunca me atreví a decirle que estaba loco por ella y por eso, ese desgraciado se me adelantó.
-¿De que os conocéis?-pregunta Max.
Ahora que me fijo, se parece bastante a él. No se como no me di cuenta antes.
Idiota. Idiota.
Veo de reojo cono Alex abre los ojos sorprendida. Ella lo sabe. Sabe lo que Clarise significa para mi. Ella es la única que lo sabe.
-Jack y yo nos conocimos en el instituto.-responde Clarise.-Éramos muy buenos amigos.
Y yo estaba enamorado de ti, pero nunca te diste cuenta. Nunca me miraste como algo más.
-Si. Hace mucho tiempo de eso.
Veo como sus ojos se cristalizan pero baja la cabeza para que nadie más se de cuenta.
¿Que es lo que he dicho?
-Yo, debería irme. Solo vine a decirte que hay otro cocinero. Y hay helado de postre si prometes comértelo todo.
La sonrisa de Alex me calma y relaja el ambiente, cosa que agradezco.
-Me lo comeré.
-Pues eso es todo. Nos vemos luego. Adiós, Clarissa.
Sus ojos azules se clavan en los mios antes de murmurar un adiós, dejando que me vaya.

Cierro la puerta a mi espalda y me alejo lo más rápido que puedo antes de entrar de nuevo y decirle que...
¿Qué exactamente?
¿Que la amaba?
¿Que no la he olvidado?
¿Que inconscientemente mi vida ha seguido girando alrededor de su recuerdo?
Entro en el ascensor aun sumido en mis pensamientos.
-¡Jack!
No, por favor. No te acerques. No puedo tocarte como quiero, ni besarte, ni decirte...
Entra en el ascensor conmigo y las puertas se cierran.
-¿Todo bien? ¿Alex necesita algo?
Eso es. Centrate en el trabajo. No pienses en ella. Ni en sus ojos, ni como sigue arrugando la nariz cuando está pensativa.
Sus manos van al cuello de mi bata, se pone de puntillas y junta nuestras bocas.
Joder.