1

1.2K 40 18
                                        

Suspiro.

Miro a todas direcciones pero no logro ver nada.

Oscuridad.

Abrazo mis rodillas y junto mis piernas a mi pecho agitado.

Miedo.

Oigo un ruido brusco pero no puedo adivinar de dónde viene.

Pánico.

Miro hacia la ventana. Lo único que veo es un ave golpeando el vidrio con su pico.

—Ya basta—digo en voz alta.
Miro de reojo la ventana y de nuevo observó con detenimiento la puerta, imaginando la inhumana sonrisa de quien intente entrar por ella.

—¡Ya basta! ¡¿Qué es lo que quieres?!—grito lo más fuerte que puedo esperando que se vaya de una buena vez.

Con los brazos temblorosos me aferro a las cobijas y al fin terminó por precipitarme hacia la ventana. Al principio no siento el helado piso debajo de mis pies descalzos, es hasta que me asomo por la gran ventana que noto la frialdad de la noche.

Bosque.

Pego mi frente al cristal y miro al exterior.

—¿Por qué no vienes ya por mi?—musito entre lágrimas.
Otra noche de insomnio.

Detrás de las tinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora